La iglesia de San José, donde han sido bautizados la mayor parte de los vecinos, es declarada Bien de Interés Cultural tras tres siglos de historia
J. G. BADÍA ABANILLA/ La Verdad
J. G. BADÍA ABANILLA/ La Verdad
Después de tres siglos de historia la iglesia de San José, ubicada en pleno centro del pueblo, podrá «descansar tranquila» tras haber sido declarada por el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma, como Bien de Interés Cultural con categoría de monumento (BIC). Una designación que la Consejería de Cultura y Turismo ha concedido no sólo a esta iglesia parroquial, también al castillo de Santa Ana y a uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de toda la Región, como el de Quibas.
La declaración se presenta como una recompensa tanto para la iglesia de San José como para la historia de Abanilla, que por fin ve cómo este templo parroquial de estilo barroco construida por la Orden de Calatrava allá por principios del XVII con planta basilical, obtiene un merecido reconocimiento a sus capillas laterales intercomunicadas con bóvedas de medio cañón, a su particular crucero que está cubierto por una cúpula sin tambor con pechinas todo ello bajo el envoltorio de un atractivo aspecto exterior decorado con tejas vidriadas.
La nueva categoría BIC de esta iglesia parroquial también afectará a los bienes inmuebles que alberga, como su escudo nobiliario de 1712, año de conservación de la iglesia, una pila de agua bendita instalada en el 1763 junto al retablo del altar mayor obra de Jacinto Perales -1933- presentando características muy similares a la iglesia murciana de San Miguel junto a un relicario realizado a base de pedrería que se presentan sin duda; como algunos de los bienes que integran la larga lista de tesoros que se ocultan tras las paredes de San José.
Otro de los factores que contribuyen a dar relevancia histórica y cultural a esta parroquia son los estrechos lazos que la unen con las fiestas patronales de la Santísima y Vera Cruz de Abanilla, «el trono de la Santa Cruz se guarda en la sacristía antes de que desfile la patrona, es la sede de la patrona está totalmente ligada a las fiestas», subraya el párroco, Juan Matías, durante la visita guiada por algunos de los rincones de la iglesia de San José cerrados al público abiertos por un día para el diario laverdad.
Este monumento ha sobrevivido incluso a la Guerra Civil, que trajo consigo la destrucción de todos los altares de las capillas laterales además de numerosos robos, «del altar mayor del retablo llegaron a arrancar los tres arcángeles; a San Benito y San Fulgencio hasta algunos adornos florales», relata el párroco como uno de los muchos momentos históricos que ha presenciado y hasta en ocasiones, ha vivido en sus propias carnes la iglesia parroquial de San José.
La declaración se presenta como una recompensa tanto para la iglesia de San José como para la historia de Abanilla, que por fin ve cómo este templo parroquial de estilo barroco construida por la Orden de Calatrava allá por principios del XVII con planta basilical, obtiene un merecido reconocimiento a sus capillas laterales intercomunicadas con bóvedas de medio cañón, a su particular crucero que está cubierto por una cúpula sin tambor con pechinas todo ello bajo el envoltorio de un atractivo aspecto exterior decorado con tejas vidriadas.
La nueva categoría BIC de esta iglesia parroquial también afectará a los bienes inmuebles que alberga, como su escudo nobiliario de 1712, año de conservación de la iglesia, una pila de agua bendita instalada en el 1763 junto al retablo del altar mayor obra de Jacinto Perales -1933- presentando características muy similares a la iglesia murciana de San Miguel junto a un relicario realizado a base de pedrería que se presentan sin duda; como algunos de los bienes que integran la larga lista de tesoros que se ocultan tras las paredes de San José.
Otro de los factores que contribuyen a dar relevancia histórica y cultural a esta parroquia son los estrechos lazos que la unen con las fiestas patronales de la Santísima y Vera Cruz de Abanilla, «el trono de la Santa Cruz se guarda en la sacristía antes de que desfile la patrona, es la sede de la patrona está totalmente ligada a las fiestas», subraya el párroco, Juan Matías, durante la visita guiada por algunos de los rincones de la iglesia de San José cerrados al público abiertos por un día para el diario laverdad.
Este monumento ha sobrevivido incluso a la Guerra Civil, que trajo consigo la destrucción de todos los altares de las capillas laterales además de numerosos robos, «del altar mayor del retablo llegaron a arrancar los tres arcángeles; a San Benito y San Fulgencio hasta algunos adornos florales», relata el párroco como uno de los muchos momentos históricos que ha presenciado y hasta en ocasiones, ha vivido en sus propias carnes la iglesia parroquial de San José.
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