El vicealcalde, que autorizó las adjudicaciones, dice que se lo contó tras las denuncias del edil Juan Luis Martínez
Barreiro echa a su concejal: «Moralmente lo hizo Enrique»
Una semana después de que el caso saliera a la luz en La Verdad, la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, compareció ayer de formar «urgente» ante los periodistas para comunicar «una» de las decisiones más dolorosas y difíciles» de su «ya larga» trayectoria política, según confesó: aceptar la renuncia al cargo del concejal de Vía Pública y Seguridad Ciudadana, Enrique Pérez Abellán, por recomendar a su hijo para que le dieran contratos del Fondo Estatal de Inversión Local (Plan Zapatero).
Barreiro pudo haberlo hecho al menos casi dos semanas antes, evitando siete días seguidos de críticas contra ella, su equipo y el PP. Pero el vicealcalde, Agustín Guillén, no le informó hasta el viernes de la semana pasada de las adjudicaciones a pesar de que habían sido hechas desde diciembre y de que, diez días antes, le había dado al concejal del Grupo Municipal Socialista Ángel Rafael Martínez los datos de los contratos. Los pidió éste.
Guillén hizo saber a la alcaldesa que le habían dado los proyectos al hijo de Pérez Abellán a raíz de que el edil socialista Juan Luis Martínez denunció a este diario la «inmoralidad» de los hechos (se adelantó unas horas a Ángel Rafael Martínez y a la portavoz socialista, Caridad Rives). Esos hechos le han costado el puesto a Abellán tras dieciocho años por la moral pública que debe seguir un gobernante: «Moralmente lo hizo Enrique», dijo la propia Barreiro.
Desgaste para el PP
La alcaldesa justificó su decisión por la «situación creada» a raíz de que el lunes Abellán puso públicamente el cargo a su disposición. Tal vez se habría ahorrado este desgaste si hubiera conocido la situación antes de que Guillén asumiera el «error y la torpeza política» de aceptar como coordinador del Plan ZP la «sugerencia» de Abellán.
Quizás se habría ahorrado también tener que pedir a Abellán (apoyada por el presidente local del PP, Francisco Celdrán), que asumiera su responsabilidad política al proponer a su hijo para redactar cuatro proyectos de reforma de calles y dirigir las obras por 52.000 euros.
Barreiro destacó que toma las decisiones «después de hablar con todos los concejales, como no podía ser de otra manera». Dijo que supo «hace muy poco» lo de Pérez Abellán y su hijo, pero ve «irrelevante» cuándo lo conoció.
El vicealcalde admitió anoche que debió haber informado a Barreiro a la vez que al PSOE. «No le di importancia y por eso no se lo dije a Pilar. Pensaba que todo era legal y no había problemas. No pensé en cuestiones éticas sobre Pérez Abellán o sobre mí. El PSOE me pide muchos documentos y le di esos. De verdad, no vi la repercusión que ha tenido. No lo vi como un escándalo y no calculé la consecuencia», se explicó Guillén.
Aseguró que no ha querido ocultar «nada» y que no tuvo problemas en reconocer su «error y torpeza» cuando fue preguntado.
Barreiro acotó por la mañana: «Aquí, la única responsabilidad es la de un error y una torpeza, no de una ilegalidad». «Ha habido un error que cometió una persona que se llama Enrique Pérez Abellán» y que él lo asumió con «un gesto que le honra» y que le ha obligado a ella a asumir su responsabilidad con los ciudadanos.
«No voy a indagar más»
«No asumo responsabilidad de nadie más en este acto. El hijo era de Enrique. Enrique es el que pide por su hijo, Enrique asume su responsabilidad y, por lo tanto, Enrique es el que se separa del gobierno», señaló Barreiro. Y señaló que no va a «indagar más», y que ve saldada su compromiso con los vecinos: «Los cartageneros tienen derecho a estar seguros de que su gobierno actúa únicamente buscando el interés general. Mi obligación como alcaldesa es asegurar ese derecho».
Barreiro echa a su concejal: «Moralmente lo hizo Enrique»
Una semana después de que el caso saliera a la luz en La Verdad, la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, compareció ayer de formar «urgente» ante los periodistas para comunicar «una» de las decisiones más dolorosas y difíciles» de su «ya larga» trayectoria política, según confesó: aceptar la renuncia al cargo del concejal de Vía Pública y Seguridad Ciudadana, Enrique Pérez Abellán, por recomendar a su hijo para que le dieran contratos del Fondo Estatal de Inversión Local (Plan Zapatero).
Barreiro pudo haberlo hecho al menos casi dos semanas antes, evitando siete días seguidos de críticas contra ella, su equipo y el PP. Pero el vicealcalde, Agustín Guillén, no le informó hasta el viernes de la semana pasada de las adjudicaciones a pesar de que habían sido hechas desde diciembre y de que, diez días antes, le había dado al concejal del Grupo Municipal Socialista Ángel Rafael Martínez los datos de los contratos. Los pidió éste.
Guillén hizo saber a la alcaldesa que le habían dado los proyectos al hijo de Pérez Abellán a raíz de que el edil socialista Juan Luis Martínez denunció a este diario la «inmoralidad» de los hechos (se adelantó unas horas a Ángel Rafael Martínez y a la portavoz socialista, Caridad Rives). Esos hechos le han costado el puesto a Abellán tras dieciocho años por la moral pública que debe seguir un gobernante: «Moralmente lo hizo Enrique», dijo la propia Barreiro.
Desgaste para el PP
La alcaldesa justificó su decisión por la «situación creada» a raíz de que el lunes Abellán puso públicamente el cargo a su disposición. Tal vez se habría ahorrado este desgaste si hubiera conocido la situación antes de que Guillén asumiera el «error y la torpeza política» de aceptar como coordinador del Plan ZP la «sugerencia» de Abellán.
Quizás se habría ahorrado también tener que pedir a Abellán (apoyada por el presidente local del PP, Francisco Celdrán), que asumiera su responsabilidad política al proponer a su hijo para redactar cuatro proyectos de reforma de calles y dirigir las obras por 52.000 euros.
Barreiro destacó que toma las decisiones «después de hablar con todos los concejales, como no podía ser de otra manera». Dijo que supo «hace muy poco» lo de Pérez Abellán y su hijo, pero ve «irrelevante» cuándo lo conoció.
El vicealcalde admitió anoche que debió haber informado a Barreiro a la vez que al PSOE. «No le di importancia y por eso no se lo dije a Pilar. Pensaba que todo era legal y no había problemas. No pensé en cuestiones éticas sobre Pérez Abellán o sobre mí. El PSOE me pide muchos documentos y le di esos. De verdad, no vi la repercusión que ha tenido. No lo vi como un escándalo y no calculé la consecuencia», se explicó Guillén.
Aseguró que no ha querido ocultar «nada» y que no tuvo problemas en reconocer su «error y torpeza» cuando fue preguntado.
Barreiro acotó por la mañana: «Aquí, la única responsabilidad es la de un error y una torpeza, no de una ilegalidad». «Ha habido un error que cometió una persona que se llama Enrique Pérez Abellán» y que él lo asumió con «un gesto que le honra» y que le ha obligado a ella a asumir su responsabilidad con los ciudadanos.
«No voy a indagar más»
«No asumo responsabilidad de nadie más en este acto. El hijo era de Enrique. Enrique es el que pide por su hijo, Enrique asume su responsabilidad y, por lo tanto, Enrique es el que se separa del gobierno», señaló Barreiro. Y señaló que no va a «indagar más», y que ve saldada su compromiso con los vecinos: «Los cartageneros tienen derecho a estar seguros de que su gobierno actúa únicamente buscando el interés general. Mi obligación como alcaldesa es asegurar ese derecho».
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