La Opinión
EFE "Les dije que se fueran con el dinero, pero que no me hicieran nada, y cuando me encerraron en el maletero recé para tranquilizarme, hasta que mis gritos de auxilio fueron escuchados y pude salir de allí". Así relataba ayer C.S., una de las dos hermanas vecinas de Fortuna que fueron atracadas en esta localidad en el año 2008, cómo vivió el momento en el que tres hombres les quitaron un botín de más de 10.200 euros. "El tiempo que permanecí encerrada en el maletero me pareció eterno, pero les he perdonado", añadió.
Aunque ninguna de las dos testigos pudo reconocer a los acusados durante la vista oral celebrada en la Audiencia Provincial de Murcia, C.S. manifestó a la sala que uno de los participantes en el atraco era más alto que el otro, y que uno de ellos llevaba puesta una gorra, mientras que la segunda, P.S., afirmó que fue asaltada por un hombre que llevaba un pasamontañas, por lo que no podría identificarlo.
Ante la falta de pruebas concluyentes sobre la participación en los hechos de los dos acusados que comparecieron a la vista, C.A.G. y C.G.V., la fiscal del caso mantuvo su acusación "solo a efectos formales" para que la sala pueda dictar una sentencia condenatoria o absolutoria "con arreglo a su conciencia".
La acusación se encontró también con una dificultad añadida: la incomparecencia del tercer acusado, A.L.G., que ha sido declarado en rebeldía y cuyo testimonio se considera esencial porque sus manifestaciones ante la Guardia Civil incriminaron a los otros dos.
Culpó a sus compañeros
Un agente de la Benemérita que declaró como testigo indicó que en el transcurso de las investigaciones procedieron a la detención de este acusado, quien no sólo les confesó su intervención en los atracos en labores de vigilancia, sino que señaló a los otros dos como los autores materiales de los mismos. Además, durante la celebración del juicio, la letrada defensora de uno de los inculpados dijo que el análisis de las huellas dactilares recogidas por los agentes en el coche de C.S. no dieron resultado positivo. Al declarar como testigo, C.S. manifestó que pasó "mucho miedo" durante el atraco, ya que además de arrebatarle más de 8.100 euros -a cuya indemnización ha renunciado-, la metieron en el maletero de su coche, del que pudo salir un cuarto de hora después.
Las defensas han pedido la absolución y expusieron a la sala que la declaración incriminatoria del acusado que está en paradero desconocido no puede ser tenida en cuenta, ya que al no haber acudido al juicio, sus manifestaciones no han podido ser sometidas a contradicción.
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