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Sevilla visita el espacio público Mirador del Castillo y Casa de la Maíta, cuyo acondicionamiento supone la revitalización de la zona
El programa de subvenciones a las corporaciones locales de la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio subvenciona esta actuación con 281.000 euros
El consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Antonio Sevilla, y el alcalde de Molina de Segura, Eduardo Contreras, visitaron hoy la adecuación del entorno urbano en el que se encuentran los restos de la antigua alcazaba medieval del siglo XIII.
Se trata de la parte más alta del barrio del Castillo, conocida como Mirador del Castillo, donde se ubica la antigua casa de la Maíta que incorpora restos de la antigua muralla medieval.
La actuación llevada a cabo en Molina de Segura contó con una inversión de 678.657 euros, cofinanciada al 41 por ciento (281.163 euros) por la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, gracias al programa de subvenciones a corporaciones locales para el acondicionamiento de espacios públicos.
Antonio Sevilla explicó que las obras han consistido en la demolición de los elementos inmobiliarios sin interés y recuperación y puesta en valor los restos arqueológicos, "convirtiéndose así en un nuevo recurso turístico y cultural para el municipio, ya que se recuperado su valor patrimonial e histórico".
Además de la importancia de la intervención desde el punto de vista arqueológico, el consejero destacó "la adecuación del espacio como mirador y zona de estancia pública integrando un equipamiento que revitaliza dicha zona".
El consejero de Obras Públicas manifestó que la intervención ha proporcionado un adecuado tratamiento al mirador con pavimentación, jardinería y mobiliario urbano.
Recuperación de restos arqueológicos de los siglos XIII y XVII
Antonio Sevilla explicó que, gracias a los trabajos arqueológicos realizados en el enclave, se han identificado restos de muralla del alcázar (siglo XIII) unidos a la torre, de los que se conservan unos doce metros de longitud de una altura de cuatro metros y una sección de 65 centímetros.
Además, se ha recuperado una base de la torre rectangular de seis metros de frontal y cuatros metros de flanco y, un silo de cereales del siglo XVII parcialmente cubierto por cúpula, de unos cinco metros de diámetro exterior.
"Se ha resuelto la accesibilidad al Mirador desde las calles que confluyen al mismo a base de rampas cuya implantación pretende rememorar los entrantes y salientes originales del promontorio natural", manifestó el consejero.
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