Víctimas de robos con fuerza en el casco urbano piden más patrullas y controles al Ayuntamiento
25.03.13 - 01:13 -
JORGE GARCÍA BADÍA |/ la Verdad
La familia de Paco no se quita de encima la psicósis de que algún extraño anda merodeando por el interior de su casa, la mujer de Fermín no ha vuelto ha quedarse sola en su domicilio con sus gemelos de 22 meses, y José Antonio se turna con su esposa para vigilar su piso. Nada ha vuelto a ser igual en las vidas de estas tres familias, después de haber sido víctimas del repunte de robos que se ha producido en marzo en Archena. En un mes se han denunciado en Guardia Civil y Policía Local más de nueve asaltos en casas particulares en pleno casco urbano.
Lo más preocupante de esta situación es que muchos de estos robos se están produciendo a plena luz del día y en zonas transitadas del municipio, donde los cacos no están mostrando reparos a la hora de perpetrar su actividad delictiva.
Así lo han sufrido María Dolores y José Antonio, un matrimonio al que le robaron 4.000 euros. Pero fue mayor el daño psicológico: «Nuestra hija al regresar a casa y ver cómo estaba todo se puso histérica». El asalto se produjo entre las 19.30 y las 20.30 horas del pasado martes 5 de marzo. Les arrancaron una reja de su vivienda, situada en el camino de la Paira. «El ladrón nos estuvo observando porque robó el martes, justo cuando los dos estamos trabajando y no hay nadie en casa. Entró por una zona a la vista de los peatones», relata el matrimonio. En menos de una hora «seleccionó de forma meticulosa las joyas de oro, dejó todas las de plata, buscó el dinero en metálico y se llevó los relojes más valiosos de la colección». No ha sido el único robo en esta zona de Archena, «a nuestro tío le han robado ya dos veces el mismo mes».
Solo diez días más tarde, el viernes 15, dos ciudadanos marroquíes reventaron presuntamente la puerta corredera del domicilio de Paco, situado en la calle Maestro Rodrigo. «Esa gente sabía que los fines de semana me voy a Murcia, llegaron a las 18.30 horas y mi vecina les sorprendió en el patio, y al gritarles se fueron corriendo». Pero es tal la impunidad con la que están actuando los cacos en Archena que, según cuenta Paco, «solo dos horas más tarde regresaron los mismos tíos, para entrar por el patio. ¡Por el mismo sitio!».
Terminaron lo que habían empezado, y se llevaron 2.000 euros en joyas y 400 euros en metálico. «Cuando regresamos a casa, ellos estaban dentro, pero salieron corriendo. Desde entonces, tengo la psicosis de que volverán, y el otro día cuando vi una puerta abierta en el patio me fui a por mi escopeta, resulta que era mi hija pequeña quien la había abierto».
Fuentes policiales tienen claro que no se trata de una banda organizada, que esté operando en Archena, sino de residentes del municipio (españoles, marroquíes y africanos) empujados en ocasiones por la necesidad. Eso sí, el 'modus operandi' suele ser el mismo: emplean la fuerza para acceder a los inmuebles, guantes de látex para no dejar huellas y vigilan a sus víctimas para aprovechar cualquier ausencia. Tal y como denuncia Fermín, que antes de sufrir el robó recibió varios avisos, «estuvieron llamando al portero de mi casa cada fin de semana, lo hacían de madrugada para ver si alguien les contestaba».
Le taladraron la puerta
El pasado sábado 16 de marzo, Fermín no contestó, se había marchado de viaje con su mujer e hijos. Le robaron de madrugada «taladrando la cerradura de la puerta principal». De su domicilio, situado en la calle Alfonso X el Sabio, se llevaron un botín valorado en 60.000 euros, gracias a electrodomésticos y una fuerte suma de dinero. «Desde aquella fecha, mi mujer no quiere ni dormir en casa, no quiere estar sola con los gemelos». Precisamente, esa soledad fue de la que se aprovecharon otros cacos que asaltaron la casa de una viuda cerca de Muebles Cano Medina, lo hicieron a las 15 horas del día de San José.
El 'error' de la anciana fue irse a comer fuera. Aunque para asaltar el piso de José Antonio, el miércoles pasado, no esperaron a la hora de comer: «Fue a las once de la mañana, cuando mi mujer salió para hacer la compra». A su regreso, «ella pensó que estaban dentro todavía y me llamó al trabajo, subí a casa con unas tijeras para defenderme», cuenta José Antonio. Pero en su piso de la calle Miguel de Cervantes no había nadie y todo estaba patas arriba. Entre los daños y lo sustraído han perdido 16.000 euros.
Este grupo de vecinos avanza que presentará un escrito a la Policía Local y a la Delegación del Gobierno para exigir más patrullas y controles de seguridad ciudadana. Según José Antonio «solo queremos vivir tranquilos, pero ahora mismo nos sentimos más seguros en la calle que en casa».
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