La Hoya/ La Verdad
S i la ciudad tuviera dos centros urbanos, uno de ellos estaría, con toda probabilidad, en la pedanía de La Hoya. Ha sido la diputación lorquina que más se ha desarrollado económicamente hablando, y también desde un punto de vista social. Es otra pequeña gran Lorca en la que sus gentes apostaron por la diversificación, por la industria y por extender las fronteras de sus mercados. De hecho, gran parte de las cooperativas agrícolas que exportan sus productos desde el término municipal están asentadas en la diputación.
Limita con la vecina localidad de Totana y es la puerta de entrada al término municipal desde Murcia. Sus gentes son peculiares y gozan de un extra de localismo. Se sienten lorquinos, pero sobre todo de La Hoya. La experiencia de esta semana nos dice que lo de opinar sobre el lugar donde viven no es algo que les apetezca en exceso. Los que lo hacen destacan sobre todo la tranquilidad y ese carácter ajeno al ajetreo urbano.
Las fiestas son otro de los atractivos de la diputación. Las hay y bastantes. Una de las más importantes es la romería de la Virgen de la Salud que se celebra el día de la Candelaria. Cientos de vecinos suben en peregrinación hasta el parque de La Salud donde se encuentra la ermita del mismo nombre. Su semana Santa ha ido en auge en los últimos años y las cofradías incorporan nuevos tronos para engrandecer este acontecimiento religiosos en el que los Jóvenes empiezan a jugar un papel fundamental.
No abundan los paisajes y los pocos que hay están ocupados por plantaciones agrícolas que siguen siendo una fuente importante de ingresos para muchas familias. El polígono es el segundo referente industrial junto a Saprelorca del término municipal. A medio camino entre Tercia y La Hoya se encuentra también la Ciudad Regional del Automóvil. De momento son pocas las empresas allí ubicadas aunque ya cuando se construyó se advirtió de una expansión a largo plazo.
Es La Hoya tierra de buen comer. Sus locales de restauración son conocidos en todo el término municipal. La mayoría se encuentra en la travesía central, recientemente restaurada y a la que se ha dado un matiz modernista. Está a tiro de piedra, por lo que muchas parejas de jóvenes han optado adquirir allí su primera vivienda.
S i la ciudad tuviera dos centros urbanos, uno de ellos estaría, con toda probabilidad, en la pedanía de La Hoya. Ha sido la diputación lorquina que más se ha desarrollado económicamente hablando, y también desde un punto de vista social. Es otra pequeña gran Lorca en la que sus gentes apostaron por la diversificación, por la industria y por extender las fronteras de sus mercados. De hecho, gran parte de las cooperativas agrícolas que exportan sus productos desde el término municipal están asentadas en la diputación.
Limita con la vecina localidad de Totana y es la puerta de entrada al término municipal desde Murcia. Sus gentes son peculiares y gozan de un extra de localismo. Se sienten lorquinos, pero sobre todo de La Hoya. La experiencia de esta semana nos dice que lo de opinar sobre el lugar donde viven no es algo que les apetezca en exceso. Los que lo hacen destacan sobre todo la tranquilidad y ese carácter ajeno al ajetreo urbano.
Las fiestas son otro de los atractivos de la diputación. Las hay y bastantes. Una de las más importantes es la romería de la Virgen de la Salud que se celebra el día de la Candelaria. Cientos de vecinos suben en peregrinación hasta el parque de La Salud donde se encuentra la ermita del mismo nombre. Su semana Santa ha ido en auge en los últimos años y las cofradías incorporan nuevos tronos para engrandecer este acontecimiento religiosos en el que los Jóvenes empiezan a jugar un papel fundamental.
No abundan los paisajes y los pocos que hay están ocupados por plantaciones agrícolas que siguen siendo una fuente importante de ingresos para muchas familias. El polígono es el segundo referente industrial junto a Saprelorca del término municipal. A medio camino entre Tercia y La Hoya se encuentra también la Ciudad Regional del Automóvil. De momento son pocas las empresas allí ubicadas aunque ya cuando se construyó se advirtió de una expansión a largo plazo.
Es La Hoya tierra de buen comer. Sus locales de restauración son conocidos en todo el término municipal. La mayoría se encuentra en la travesía central, recientemente restaurada y a la que se ha dado un matiz modernista. Está a tiro de piedra, por lo que muchas parejas de jóvenes han optado adquirir allí su primera vivienda.
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