31.05.09 -J. A. G. CARTAGENA/ La Verdad
Regular la situación de decenas de comercios de Cartagena es necesario, entre otras cosas, a efectos de determinar quién sería el responsable de pagar las indemnizaciones a un cliente o un empleado que sufriera daños en el interior del establecimiento por un incendio o la caída de un objeto. Según fuentes municipales, existe el riesgo de que si el responsable del negocio carece de licencia de apertura o no tiene ésta en regla, el Ayuntamiento tenga que asumir la responsabilidad civil subsidiaria por no haber cerrado el local.
El director general de Seguridad del Ayuntamiento de Cartagena, Carlos Nieto, asegura que los agentes hacen todo lo posible por redactar informes sobre la situación de los comercios en las distintas zonas del municipio, pero advierte de que las inspecciones ordinarias son responsabilidad de la Concejalía de Desarrollo Sostenible.
«Nosotros actuamos por iniciativa propia, a requerimiento de la concejalía responsable de las licencias de actividad y también cuando nos llega alguna queja o denuncia de vecinos. Lo hacemos a través de la patrulla de Calidad de Vida y de los agentes de barrios, como por ejemplo en el casco antiguo. Pero si hay tantos locales sin licencia no es porque nosotros no trabajemos para evitar esas situaciones», aseguró Nieto.
Actividades ilícitas
Vecinos del casco histórico de Cartagena han contactado con este diario para expresar su preocupación acerca de otro asunto relacionado con los comercios de esta zona de la ciudad.
Se trata del presunto uso de tiendas de la zona para la venta de objetes robados, así como de sustancias estupefacientes.
Residentes de la zona han mostrado su inquietud por estas supuestas actividades ilegales, y piden que la Policía Local y la Policía Nacional lo investiguen para evitar «situaciones peligrosas» y que «el mal ambiente en el barrio vaya a más». Apuntan al posible uso de locutorios para actividades distintas a las autorizadas, como se comprobó hace meses en la zona del Monte Sacro, donde fueron cerrados algunos negocios por ser en realidad prostíbulos.
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