Los habitantes de pedanías de la Costera Sur cortan la Gran Vía en hora punta bajo el grito 'alcalde muévete' y afirman sentirse "discriminados"
La Opinión
MANUEL G. TALLÓN.
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MANUEL G. TALLÓN.
Más y mejor transporte público para todos. La Costera Sur también es Murcia'. Bajo ese lema reivindicativo se manifestaron ayer unos trescientos vecinos llegados de pedanías como La Alberca, Santo Ángel, Algezares, El Palmar, Sangonera la Verde, Patiño, Los Garres, Los Dolores, Beniaján y Santiago y Zaraiche, que reclaman cuestiones como que se restituyan los horarios en las líneas 7, 12, 27 y 30 y la aplicación de la tarifa única en el municipio.
"Peleamos por algo que es básico en nuestra vida rutinaria, pues hay personas que hacen hasta cuatro viajes al día y encuentran dificultades para llegar a tiempo a sus citas y se gastan mucho dinero en sus desplazamientos. Resulta obvio que hay agravio y nos sentimos discriminados pues, mientras nosotros no tenemos combinación de autobuses, los rayos circulan casi vacíos por la ciudad", explicó Ginés Martínez, presidente de la asociación de vecinos de La Alberca y uno de los convocantes de la protesta.
Los manifestantes se reunieron en la Glorieta de España, frente al Ayuntamiento, y desde allí caminaron por la Gran Vía hasta llegar al Palacio de San Esteban, lo que obligó a cortar el tráfico en la principal arteria de la ciudad en hora punta.
"Es un problema social"
Por megafonía enviaban un mensaje a Miguel Ángel Cámara -"alcalde muévete", gritaban, utilizando el lema del plan de movilidad presentado el martes por el primer edil- al tiempo que remarcaban el agravio creado entre las pedanías y la ciudad.
"Hasta hace unas semanas teníamos dos autobuses en la línea 12, la que va desde la urbanización El Brazal hasta Santiago y Zaraiche, y pasaba uno cada 40 minutos. Ahora han eliminado uno y transcurre bastante más de una hora entre la llegada de un vehículo y el siguiente. Esto ha hecho que cuando antes utilizaban el servicio unas 600 ó 700 personas al día, ahora apenas lo hagan 300 porque la gente, entre otras cosas, no sabe cuándo va a llegar el autobús", comentó Juana Carrascosa, vecina de Santiago y Zaraiche.
"El problema es claro y no parecen dispuestos a ponerle solución, pues la empresa concesionaria, Latbus, busca la rentabilidad económica pero lo hace gestionando un servicio público y el Ayuntamiento y la Comunidad deberían tomar cartas en el asunto en lugar de pasarse la pelota de unos a otros", añadió Carrascosa, quien lamentó que "se trata de politizar una cuestión que es un problema social".
"Peleamos por algo que es básico en nuestra vida rutinaria, pues hay personas que hacen hasta cuatro viajes al día y encuentran dificultades para llegar a tiempo a sus citas y se gastan mucho dinero en sus desplazamientos. Resulta obvio que hay agravio y nos sentimos discriminados pues, mientras nosotros no tenemos combinación de autobuses, los rayos circulan casi vacíos por la ciudad", explicó Ginés Martínez, presidente de la asociación de vecinos de La Alberca y uno de los convocantes de la protesta.
Los manifestantes se reunieron en la Glorieta de España, frente al Ayuntamiento, y desde allí caminaron por la Gran Vía hasta llegar al Palacio de San Esteban, lo que obligó a cortar el tráfico en la principal arteria de la ciudad en hora punta.
"Es un problema social"
Por megafonía enviaban un mensaje a Miguel Ángel Cámara -"alcalde muévete", gritaban, utilizando el lema del plan de movilidad presentado el martes por el primer edil- al tiempo que remarcaban el agravio creado entre las pedanías y la ciudad.
"Hasta hace unas semanas teníamos dos autobuses en la línea 12, la que va desde la urbanización El Brazal hasta Santiago y Zaraiche, y pasaba uno cada 40 minutos. Ahora han eliminado uno y transcurre bastante más de una hora entre la llegada de un vehículo y el siguiente. Esto ha hecho que cuando antes utilizaban el servicio unas 600 ó 700 personas al día, ahora apenas lo hagan 300 porque la gente, entre otras cosas, no sabe cuándo va a llegar el autobús", comentó Juana Carrascosa, vecina de Santiago y Zaraiche.
"El problema es claro y no parecen dispuestos a ponerle solución, pues la empresa concesionaria, Latbus, busca la rentabilidad económica pero lo hace gestionando un servicio público y el Ayuntamiento y la Comunidad deberían tomar cartas en el asunto en lugar de pasarse la pelota de unos a otros", añadió Carrascosa, quien lamentó que "se trata de politizar una cuestión que es un problema social".
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