La Verdad
No hay mentira, por grande que sea, que pueda tapar por completo otra. Y más cuando la primera implica la muerte de una persona. Aún así, dos ciudadanos rumanos trataron ayer de poner en marcha una espiral de medias verdades y datos falseados cuando se encontraron entre manos con el cadáver de un compatriota y tercer miembro del grupo.
Fue entonces cuando los dos se acercaron a uno de los guardas de seguridad de las obras del tranvía, a la altura de la plaza de la bandera paracaidista Ortiz de Zárate, en la avenida Juan de Borbón. Le pedían que avisara a los servicios de emergencias y a las ambulancias porque a su compañero «le habían atropellado».
Para cuando el 112 movilizó a los servicios de emergencia y llegaron a la zona, el hombre había expirado. Los médicos apuntaron a un fuerte golpe en la cabeza como posible causa de la muerte, a la espera de los resultados de la autopsia.
Los agentes de la Policía Local que primero atendieron al grupo no lo vieron claro -no había rastros del atropello y las declaraciones de ambos eran «poco coherentes»- y acabaron por detener a los individuos. A las investigaciones se ha sumado la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, cuyas primeras pesquisas apuntan a que la muerte del rumano fue fruto de un «accidente laboral» mientras el grupo trataba de llevar a cabo un robo, probablemente de cable de cobre.
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