Nuevo panorama: se acabaron las ambiciosas bienales internacionales en Murcia, Cultura se resigna a no acudir ni a ARCO ni a la Bienal de Venecia, cierra sus puertas el espacio AV...
El controvertido Centro de Arte de Ceutí abre nuevas exposiciones, buscando atrapar al público con altas dosis de 'show', mientras convierte a Verónicas en su gran sede en Murcia
La Conservera ni se toca. Lo tiene «clarísimo» -¿y punto?- el consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz, satisfecho, en mitad de una tempestad nada prometedora ni 'shakespereana' de recortes de infarto que han dejado tiritando los presupuestos para su ambiciosa gestión, tras unos años de apuesta a pecho político descubierto por grandes y costosos eventos artísticos que se multiplicaban como en un -¿feliz?- sueño, con este, entre milagroso y surrealista, centro de arte rabiosamente internacional y, al mismo tiempo local y extraño, ubicado en Ceutí (apúntenlo y anímense a visitarlo: Avenida de Lorquí, s/n). Ni se toca, y menos aún ahora en que La Conservera está llamada, por imperativo económico y por vocación, a convertirse, al menos durante este año que está arrancando con malos presagios, en el gran buque insignia de la personal política de artes plásticas impulsada por Cruz con una una fe -¿ciega?- de samurái. Llegaron las vacas flacas también para la Consejería de Cultura, sin ni siquiera estar tuneadas éstas por el provocador Jeff Koons, y el panorama da vértigo, como si te asomaras al mismo tiempo a un cuadro de Lucien Freud y a otro de Francis Bacon.
Año 2011: ¡no habrá más bienales internacionales de arte contemporáneo! Acaba de finalizar en Murcia y Cartagena Manifesta 8, con sus más de tres millones de euros de inversión pública, dejando una rocosa decepción que llevaba la firma de la definitivamente negociante Hedwig Fijen (directora de la International Foundation Manifesta, con sede en Amsterdam); y también ha concluido en Murcia el PAC (Proyecto de Arte Contemporáneo), que ha comisariado sin el éxito esperado, pero con el sugerente título de 'Dominó Caníbal', el orondo mexicano Cuauhtémoc Medina (¡adiós!). Y más (o menos): Murcia no acudirá este año a Madrid con 'stand' institucional a la 30ª Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO, ni tampoco a la 54ª Bienal de Venecia, en la que sorprendentemente sí participó en 2009 con el denominado Pabellón de Murcia que ideó el peruano Jota Castro y que, con la intención de reflexionar sobre 'La sociedad del miedo', incluyó entre los artistas participantes al chileno Alfredo Jaar, todo un lujo desaprovechado que, en una entrevista con 'La Verdad', advirtió: «Un peligroso viento fascista recorre Europa». Algo que añadir : ha cerrado sus puertas el espacio expositivo AV -c/ Santa Teresa, nº 14-, también gestionado en Murcia por la Consejería de Cultura y en el que han podido verse, en los últimos tiempos, exposiciones con la firma, por ejemplo, de Francesca Woodman, Louise Bourgeois -'La sage femme'- y 'Orlán+David Delfín'.
¿Y La Conservera? Que ni se toca. Abrió sus puertas en mayo de 2009, con el apasionado gestor cultural Pablo del Val (Madrid, 1964) al frente, y desde entonces este singular centro de arte dedicado a producir -totalmente o en parte- las exposiciones que programa, ha albergado entre sus salas, puestas a punto por el arquitecto murciano Fernando de Retes, trabajos tan interesantes como el bosque de inolvidables árboles calcinados recubiertos de pólvora creado por Loris Gréaud (Valle de Oise, 1979). Un bosque que no recibió las visitas que se merecía, porque la ausencia de público en La Conservera es el gran (y muy complejo) reto al que se enfrenta este centro, cuyos responsables, no obstante, están 'animados' con la cifra de visitantes - «diez mil», informan- con la que se clausuró recientemente su quinto ciclo de exposiciones, todo un cóctel de 'música y sangre' que no dejaba indiferente con su apuesta por la reflexión sobre la violencia brutal, el trabajo festivo-relajante del murciano Eduardo Balanza, y la llamativa pirámide psicodélica creada por el colectivo 'assume vivid astro focus'.
En los próximos días, La Conservera abrirá al público sus nuevas y espectaculares combinaciones de arte y 'show'. Eso sí, arte y 'show' con reducción notable de presupuesto: del millón de euros invertido en 2010, según fuentes de Cultura, se ha pasado a 250.000 euros para sufragar esta nueva oferta de cinco exposiciones conjuntas que podrán disfrutarse hasta, en principio, el 15 de mayo. No se las pierdan y juzguen por su cuenta. No se aburrirán -¿o sí?-, tranquilos.
Cruz afirma, animado por las simpatías que La Conservera despierta en círculos artísticos nacionales e internacionales, desde luego mucho mayores que las escasas que suscita en la Región, que «su pujanza es creciente» y que, pese a su corta existencia, «ya está siendo reconocida por los expertos a nivel mundial como uno de los grandes espacios de arte en España, en Europa y, en definitiva, en todo el mundo». Cruz es Cruz. Una 'pujanza creciente' que La Conservera celebra con la, a partir de ahora, suma de la murciana sala de exposiciones de Verónicas -c/ Verónicas, s/n- a su plantel de espacios. Verónicas, de cuya programación también se encargará Pablo del Val, se estrena el próximo miércoles como 'embajada de lujo' de La Conservera en Murcia con la inauguración de la delirante, cinematográfica, humorística, «elegante» e «impactante» exposición creada por dos artistas que prometen sensaciones fuertes: los franceses Brice Dellsperger y el desmesurado y tatuado por dentro y por fuera Jean-Luc Verna, quien entre otras muchas cosas sorprende por sus divertidas caracterizaciones de unos travestidos Tom Cruise y Nikole Kidman en la película de Dellsperger 'Body Double 22', una versión cachonda y descreída de 'Eyes Wide Shut', de Stanley Kubrick, que se proyectará en el cine en 'blanco y sobre todo rojo' en el que se ha transformado, con solemnidad, Verónicas.
Al día siguiente, jueves (3 de febrero), se inaugurarán en La Conservera las otras cuatro exposiciones de este sexto ciclo artístico que, a través de la fotografía, el cine, las instalaciones, las 'performances', la música, los 'collages' y el buen humor bucea, sin tapujos y con altas dosis de frescura, disparate y guiños culturales de lo más diversos, en el 'síndrome demonopático de doble personalidad', o sea: en la esquizofrenia desatada. Pero, esta vez, nada de violencia. «Sexo, sí; violencia, no», aclara Del Val. ¿De qué artistas estamos hablando? Pues: de la sevillana Pilar Albarracín -está «feliz, feliz, feliz» de exponer en La Conservera-, quien en su Espacio 2 muestra sus 'Coreografías para la salvación', un poético, colorista, original y respetuoso acercamiento al fenómeno religioso, que incluye una curiosa serie de fotografías tuneadas de «imágenes de vírgenes murcianas» a las que muestra «hablando entre ellas» con una humanidad contagiosa. Y hablamos también del italiano Francesco Vezzoli -todo un baño frívolo-inofensivo de 'star-system'-, del que, para su primera muestra individual en España, La Conservera presenta en su Espacio 1 un revisado proyecto producido por el artista en 2009 y sólo expuesto anteriormente en la Galería Gagosian de Roma. Un trabajo, 'Codicia, una nueva fragancia por Francesco Vezzoli', que sin duda agradará a muchos y que incluye la proyección de un 'spot' de 60 segundos en el que las actrices Natalie Portman y Michelle Williams, ambas nominadas a los próximos Oscar y dirigidas para la ocasión por Roman Polanski, pretenden 'vender' el inexistente perfume que da origen a todo el montaje.
Más: Pablo del Val habla con verdadero entusiasmo del estadounidense Kalup Linzy, «uno de los artistas multidisciplinares más interesantes de los últimos años», quien presenta 'Melodies, Drama, Limerence' en un Espacio 3 perfectamente recreado como una antigua sala de cine en la que se pueden ver, y escuchar, las propuestas que el hiperactivo y 'gamberro' artista negro ha elegido para su primera exposición individual en una institución pública europea. Una exposición, con fondo y forma de telenovela, en la que el melodrama, la música, el humor corrosivo, el travestismo y la atmósfera de culebrón perpetuo sirve para sumergirse en las trampas y complicaciones de las relaciones personales, el género, el sexo y los ámbitos -de todo hay- del arte contemporáneo. Y en el Espacio 4, por último, otro artista que por vez primera expone de forma individual en Europa, el peruano William Cordova, quien en 'Yawar Malku (Royalti, Abduction & Exiles), expone una escultural réplica, construida en contrachapado de madera en la empresa murciana Zigurat, de la nave Halcón Milenario de la película 'El imperio contraataca', de George Lucas. Cordova comparte con H. G. Wells esta reflexión: «La historia de la humanidad es en esencia la historia de las ideas».
Pablo del Val confía en el éxito «que la indudable alta calidad» de las exposiciones a punto de 'enfrentarse' al público pueden lograr. Pero no todo el mundo está de acuerdo con su visión. El veterano galerista murciano José Fermín Serrano, por ejemplo, en cuya galería, La Aurora, exponen creadores tan diferentes como Rafael Canogar y Agatha Ruiz de la Prada, es rotundo cuando opina sobre este lugar: «La Conservera me parece un espacio arquitectónico muy interesante, pero como proyecto pienso que es un absoluto disparate». Y, sobre sus exposiciones, más caña crítica sin concesiones: «Son muy caras y de muy dudosa calidad la mayoría de ellas». Así es que, «como resultado de esto y de su situación geográfica, las visitas son mínimas y nunca van a aumentar». Por tanto, concluye, «lo más sensato sería cerrarla y ocuparse de la cultura de base en Murcia, que está absolutamente desatendida». Lo del cierre no es algo que comparta la crítica de Arte Mara Mira, respetada exdirectora del Centro Párraga: «La Conservera es un espacio para el arte que todos los murcianos deberían visitar. No es una anécdota social, sino un espacio que se codea con los mejores centros de arte de este país». Un centro artístico «casi desconocido de esta Región, en parte debido a las confusas campañas de comunicación con las que se ha publicitado». Y le hace una recomendación a la dirección de La Conservera: «Debería fomentarse más la comunicación con todos los galeristas y artistas de esta Región», en la línea de lo que ya se ha hecho «con Fod y Eduardo Balanza», y «hay que buscar nuevas estrategias de mediación para que todo tipo de público acuda a ver sus ciclos expositivos, por lo que resulta indispensable afrontar de forma rigurosa otra fórmula de implicación social más activa».
Pablo del Val defiende con vehemencia el trabajo que se hace en La Conservera, que cuenta también con un director de Proyectos, Pablo Lag. «Nunca -afirma- ha habido críticas negativas sobre nuestras exposiciones, y ni un solo crítico le ha dado un palo a La Conservera, ¡el palo me lo dieron a mí cuando el consejero me nombró director porque eso escoció a mucha gente!». Rechaza igualmente las acusaciones de despilfarro y capricho dirigidas hacia el centro que dirige (con una autonomía de actuación envidiable): «Ni es un despilfarro, ni es un capricho de nadie; es una gran apuesta por la cultura que está recibiendo muchos elogios. Yo no busco el aplauso, ni me dedico a hacer por ahí la mona, yo me me dedico a currar mucho y punto, y me duele que nos den más aplausos fuera (de la Región) que dentro».
Tiene las ideas muy claras: «No nos olvidemos de que La Conservera es un centro público para que lo disfrutemos los que pagamos impuestos en esta Región, y ojalá que también para otros muchísimos que nos visiten de fuera. Yo no quiero que entre alguien a La Conservera y que se vaya de aquí espeluznado porque no ha entendido lo que ha visto; ese sería nuestro primer gran fracaso». Intenta «que la gente se lo pase bien aquí. Me parece fantástico que una exposición sea divertida y que no aburra, ni eche a la gente a la calle». Al hablar de arte contemporáneo, precisa, «una de mis obsesiones es la sensualidad de la obra, la 'fisicalidad' de las exposiciones. El objetivo es provocar en el espectador sensaciones vitales...; que el espectador se divierta, o que le repulse lo que está viendo, o que sienta pánico, ¡que reaccione! Para mí, lo interesante es que cualquier exposición de La Conservera, además de lo espectacular que pueda resultar, puede ir pelándose como una cebolla y ofreciendo muchas lecturas, no una sola».
Con respecto al tipo de exposiciones que programa -«estupendas», según la artista Elena del Rivero, quien destaca 'la magia' que se respira en La Conservera-, Del Val se muestra tajante en un punto (y seguido): «Yo no acepto que se nos llame elitistas, porque no es verdad. Es uno de los centros de arte de toda España -la revista estadounidense Monocle lo destacó como uno de los más importantes del país-, más plásticos que hay, más sensoriales». En parte, explica, por el entusiasmo con el que los creadores invitados a exponer en el lugar se abrazan a la propuesta, y también por el modo en el que se les arropa. «Para mí, ellos son las únicas estrellas, ellos son los que tienen el protagonismo absoluto», dice. Unas estrellas, añade, «que al final se terminan involucrando en lo local, al producirse aquí sus obras, con lo cual casi siempre hay una presencia de Murcia en los proyectos que presentamos». Además, explica deseoso, «en este proceso de producción colaboran muchas empresas y profesionales murcianos: electricistas, carpinteros, herreros, pintores... Se ha creado una dinámica de proveedores murcianos que trabajan también en cuerpo y alma en este proyecto».
Esfuerzos
Pablo del Val ha conseguido, reconoce, no vivir sin descanso pendiente del público que no acude a La Conservera: «Que no venga más público ha dejado ya de quitarme el sueño, porque no se puede vivir tan obsesionado con eso como yo he vivido. Estamos haciendo esfuerzos ímprobos para conseguir público, y de hecho los números demuestran que lo vamos consiguiendo». Para intentar mejorar el número de visitas, por ejemplo, los horarios se han cambiado: de martes a viernes (de 16.00 a 20.00 horas), y los sábados y domingos (de 11.00 a 20.00 horas). Buscar públicos, conquistarlos, fidelizarlos...; no se olvida de ese objetivo Pablo del Val, pero tampoco hay que engañarse a uno mismo, ni a los demás: «La Conservera está en la periferia de la periferia de la periferia, y eso, precisamente, es parte del encanto que tiene: el lugar donde está». En Ceutí.
Elena del Rivero, una de las artistas españolas más internacionales, y que mostró en su día en La Conservera una galáctica y poética instalación misteriosa de efectos balsámicos, apunta desde un Nueva York nevado por completo: «Quizás el problema resida en que a los españoles, en general, les gusta poco desplazarse, no tienen la curiosidad necesaria y, también por regla general tienden a pensar que todo lo de fuera es mejor. El que se lo pierde es el que no va a Ceutí a ver La Conservera, e incluyo al público en general, a los críticos y a los educadores».
Elena del Rivero afirma: «A mí me gusta soñar lo imposible e ir a por ello, es el reto de estar viva». Una frase que gusta al consejero Cruz, dispuesto a defender los proyectos en los que cree «hasta el final». Sin cansancio. Podría intentar convencer a la mismísima y balcánica Marina Abramovic, la gran sacerdotisa de las 'performances' que él mismo invitó a venir a Murcia en mayo de 2005, para protagonizar el seminario 'Una historia subjetiva del Body Art' en el Cendeac (Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo), que por entonces dirigía, de que los burros vuelan, incluso alguno que otro que en algún momento pudiera inmortalizar en formol Damien Hirst. Pero, ay, Marina Abramovic tampoco es tonta. No vuelan.
La Conservera ni se toca. ¿Punto? Y el jueves -21.00 horas-, habrá fiesta de inauguración: Kalup Linzy realizará una 'performance' acompañado de distintos instrumentistas e ideada para esta cita y, a continuación, actuará la banda de rock I Apologize, de la que Jean-Luc Verna forma -¿ruidosa?- parte. Música y ¡humor! Atrás queda el recuerdo del aterrador filme 'Goner' que protagonizaba una enloquecida Sonja Kinski, quien paseó su belleza de zombi por La Conservera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario