«El cultivo de cerezas en el Altiplano diversifica laproducción y sirve decomplemento a los cultivos tradicionales», dice García Lidón
LA VERDAD MURCIA
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Una finca de Jumilla, integrada en un proyecto regional de I+D sobre el cerezo, ha conseguido producir frutas que superan los estándares de calibres máximos conseguidos en las zonas tradicionales de producción, según informó el director general de Modernización de Explotaciones, Ángel García Lidón.
Lidón explicó que el cultivo del cerezo en la comarca del Altiplano murciano permite diversificar la producción y sirve de complemento a otros cultivos tradicionales. En este sentido puso como ejemplo esta explotación familiar, que de forma tradicional se dedicaba al cultivo de vid para vinificación, e introdujo hace años la producción de cerezas y picotas.
El director general, que visitó la finca para comprobar los resultados del cultivo y el comportamiento de las diferentes variedades y patrones implantados, indicó que el ciclo corto que se puede practicar en esta zona plantea menos necesidades de agua que otros cultivos más tardíos.
La finca Toli produce más de una decena de variedades de cereza, con fecha de maduración escalonada, entre la segunda quincena de mayo y la primera de julio, que se comercializan tanto como marca propia como dentro de un consorcio empresarial que destina el producto al mercado nacional y a la exportación a varios países de la Unión Europea.
García Lidón destacó que las producciones logradas en esta finca de Jumilla, que cuenta con parcelas de ensayo y otras de seguimiento para la mejora de las técnicas de cultivo, «logran superar los estándares de calibres máximos conseguidos en zonas tradicionales de producción de cerezas».
Lidón explicó que el cultivo del cerezo en la comarca del Altiplano murciano permite diversificar la producción y sirve de complemento a otros cultivos tradicionales. En este sentido puso como ejemplo esta explotación familiar, que de forma tradicional se dedicaba al cultivo de vid para vinificación, e introdujo hace años la producción de cerezas y picotas.
El director general, que visitó la finca para comprobar los resultados del cultivo y el comportamiento de las diferentes variedades y patrones implantados, indicó que el ciclo corto que se puede practicar en esta zona plantea menos necesidades de agua que otros cultivos más tardíos.
La finca Toli produce más de una decena de variedades de cereza, con fecha de maduración escalonada, entre la segunda quincena de mayo y la primera de julio, que se comercializan tanto como marca propia como dentro de un consorcio empresarial que destina el producto al mercado nacional y a la exportación a varios países de la Unión Europea.
García Lidón destacó que las producciones logradas en esta finca de Jumilla, que cuenta con parcelas de ensayo y otras de seguimiento para la mejora de las técnicas de cultivo, «logran superar los estándares de calibres máximos conseguidos en zonas tradicionales de producción de cerezas».
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