martes, 30 de junio de 2009

SAN PEDRO DEL PINATAR/ Tecnología militar para salvar La Llana

Un sónar localizará los bancos de arena necesarios para recuperar la línea de costa original de la playa
ALEXIA SALAS/ SAN PEDRO DEL PINATAR/ La Verdad
La tecnología militar salvará la playa de La Llana, una de las últimas costas vírgenes de la Región. El Ayuntamiento empleará un sónar para detectar los bancos de arena perdidos en las últimas décadas por acción del cambio en las corrientes marinas, provocadas sobre todo tras la construcción del puerto. La anchura de esta playa de arena fina, de casi 3.000 metros de largo desde el puerto hasta la Punta de Algas donde casi se asoma a La Manga, ha menguado 70 metros desde 1930, según el director del proyecto, Juan Carlos Blanco. En otros tramos de la playa, una de las pocas sin urbanizar, la reducción oscila entre los 30 y los 40 metros. «Si no se hiciera nada, en 40 años las salinas se vaciarían y se perderían las dunas protegidas y la playa», alerta Blanco.
Además de la influencia del puerto, los expertos incluyen el cambio climático entre las causas del retroceso de la línea de costa, y también la construcción de embalses que retienen las aguas del Segura, resta sedimentos arenosos a las olas que llegan a La Llana. El relajante vaivén que ha alimentado sus dunas ya no viene cargado de harina de roca y, por tanto, el colchón natural de esta playa parece cada vez más delgado.
Con la subvención de 86.000 euros que ha aportado la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, el Ayuntamiento emprende la recuperación de esta apreciada franja litoral, la cara marítima del Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro. Los expertos llevarán, a partir de esta semana, en un barco el sónar, que emite ondas que rebotan en el fondo y regresan con la información necesaria sobre la presencia de arena. Registra imágenes de los fondos marinos y recoge muestras de sedimentos. «Queremos localizar los bancos de arena y extraerlos con un mecanismo más artesanal», explica Blanco.
Para no causar excesivo impacto en el mar, no se extraerán los sedimentos en gran cantidad, sino cada año una parte de lo que va perdiendo. «Se trata de reproducir el sistema natural de mantenimiento de la playa, pero con la ayuda del hombre», afirma el director del proyecto. De lo contrario, la barrera arenosa que separa el Mediterráneo de las salinas, menguaría hasta permitir el salto de las olas a las balsas de desecación de la sal, acabando con los flamencos que las habitan.
En los últimos años, han surgido no pocas ideas para recuperar La Llana. Se propuso crear un arrecife que cambiara las corrientes u horadar la dársena para dejarles paso. Ésta será, sin embargo, la primera actuación firme, además de la intensa campaña de protección de la poseidonia que sirve de sujeción a las dunas.

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