domingo, 26 de abril de 2009

El IEO detecta en San Pedro del Pinatar la presencia "puntual" de una medusa cuya picadura puede ser mortal

SAN PEDRO DEL PINATAR (MURCIA), 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han detectado en la costa de San Pedro del Pinatar (Murcia) la presencia "puntual y, probablemente, fortuita" de unos hidrozoos con apariencia de medusa conocidos como 'carabelas portuguesas' (Physalia physalis), cuya picadura puede llegar a ser mortal, según informó a Europa Press el experto en estos animales del Centro Oceanográfico de Los Alcázares, Ignacio Franco.
Esta especie tiene aspecto de medusa porque "son gelatinosas y pican" pero, en realidad, son otro tipo de organismos llamados sifonóforos que viven en colonias. El animal tiene una parte en forma de globo de color azulado y violeta iridiscente, con un tamaño máximo que oscila entre diez y 15 centímetros, y que siempre permanece en la superficie, aunque bajo el agua esconde unos tentáculos de hasta 30 metros de largo.
La 'carabela portuguesa', que procede del océano Atlántico, no había sido detectada en las costas murcianas desde 1989, cuando el propio Franco la avistó en la playa de La Llana. Y es que se trata de una especie "muy ocasional en el Mediterráneo, donde es bastante rara de ver y a donde, probablemente, llegan desde el océano".
El experto advirtió que "hay que estar muy alerta" con este tipo de animales porque, internacionalmente, "se ha registrado también algún caso de fallecimiento por picadura, sobre todo en Brasil, donde los ejemplares suelen aparecer mucho, y el aumento de los casos eleva el porcentaje de posibilidades de ser picados, lógicamente".
Y es que la picadura "es bastante complicada y, al margen de los muertos que pueda ocasionar, entre un 30 y un 50 por ciento de la gente a la que le afecta puede acabar hospitalizada", según el experto, quien puntualizó que las víctimas "comienzan a tener síntomas como la taquicardia, sudoración, mareos y dificultad al respirar, que pueden desencadenar un paro cardiaco".
Por ello, se trata de una especie considerada como "peligrosa o muy peligrosa, sobre todo, si afecta a menores de edad o personas mayores y débiles", y se recomienda tomar "las máximas precauciones, especialmente con los niños, que pueden intentar jugar con las que aparecen en la orilla, ya que su aspecto es el de un globito coloreado de rosa y resultan muy llamativas". En caso de picadura, Franco aconsejó "ser atendido por personal sanitario sin demora".
En concreto, esta especie ha sido detectada hasta tres veces en la costa murciana en menos de seis meses. El primer avistamiento fue en octubre, cuando el IEO recibió la alerta por parte de unos pescadores deportivos que habían localizado entre 40 y 50 ejemplares en alta mar, a unas cuatro o cinco millas de San Pedro del Pinatar, ocasión en la que "no representaban ningún peligro porque era una época en la que no hay bañistas, y fue tratada como un problema puntual".
El segundo aviso que recibió el Instituto Oceanográfico se produjo el pasado mes de marzo, cuando científicos embarcados se cruzaron estos hidrozoos en su camino y llegaron a fotografiar a los ejemplares. Igualmente, ese mismo mes, la 'carabela portuguesa' fue vista por un amigo de Franco que viajaba en piragua, pegado al litoral de San Pedro del Pinatar, "muy cerca de la costa".
Franco explicó que, estas medusas flotan y cuentan con una especie de velamen, por lo que su llegada al litoral depende mucho más del viento que otras especies. De esta forma, dedujo que todas las veces que estos animales han aparecido "lo han hecho en San Pedro del Pinatar, por lo que todo indica a que lo hacen cuando sopla viento de Levante".
En cuanto a su posible llegada a las aguas del Mediterráneo, Franco determinó que puede tratarse de una entrada ocasional por el Estrecho de Gibraltar como consecuencia del viento, ya que es una especie propia de aguas más frías y abiertas. De hecho, mostró su esperanza en que "su aparición sea fortuita y no vuelva a aparecer ni a generar ningún problema, ya que su aparición en verano puede desembocar en una situación preocupante".
Sin embargo, Franco indicó que "también puede ser que haya entrado y esté empezando a cerrar su ciclo de vida en el Mediterráneo, en una migración motivada por el cambio climático, la sobrepesca, la abundancia de alimento, y el cambio de especies en las comunidades". Esta segunda hipótesis "supondría un problema mucho más importante", aunque no se atrevió a pronosticar nada, ya que "hay que llegar más afondo en las investigaciones".
SISTEMA DE ALERTA
Estas especies "dieron muchos problemas el año pasado en la costa de Cantabria", donde se produjo una plaga que fue "controlada excepcionalmente, gracias a un operativo muy bien coordinado en el que los puestos de primeros auxilios y Cruz Roja patrullaban todos los días las costas, sobrevolaban la costa con helicópteros e hicieron una red de vigilancia seria, gracias a la que sacaban una cantidad determinada al día, hasta 52 ejemplares".
Además, esta plaga en Cantabria "contó con la salvedad de que allí, las aguas están más frías y la gente se baña menos", motivo por el que "probablemente se produjeron menos víctimas", según Franco, quien determinó que, si eso mismo sucediera en la costa murciana en verano "puede generar grandes problemas y situaciones dramáticas, con motivo de la afluencia de veraneantes".
Para dar respuesta a una eventual llegada de estas medusas, el Centro Oceanográfico de Murcia dispone de un sistema de alerta que Franco coordina directamente con los puestos de primeros auxilios de las playas, cuyo personal activa la red de alerta "en cuanto empiezan a haber más medusas de las normales".
Si la red se activa, los científicos del Centro "acudimos al lugar del avistamiento y comprobamos si se trata de medusas peligrosas o no, así como si la población está aumentando en función de los vientos, y mandamos un aviso a los puestos de primeros auxilios colindantes a los que puede afectar, para prevenir y cerrar la playa cuando llegan las medusas, no cuando hay víctimas".
Este año, el IEO tiene previsto mantener la red de detección y primeros auxilios en las playas, que financia la Comunidad Autónoma y que abarca desde Santa Pola (Alicante) a Garrucha (Almería), con la intención de tener "un margen de aviso suficientemente amplio más allá de la frontera marítima de la costa murciana y para que no nos pille por sorpresa las vemos venir por Torrevieja y Guardamar".
La información de los puestos "loa complementamos con la información de los clubes de buceo y de otros organismos relacionados con su actividad en el mar". En definitiva, el Centro Oceanográfico "trata de implicar a cualquiera que nos pueda facilitar información de utilidad".
En esta línea, el año pasado se incorporó a la red la Federación Española de Pesca Marítima de Recreo, conformada por los pescadores deportivos que se echan a la mar para capturar atunes, gente que sale regularmente y se aleja bastante de la playa, por lo que nos ayuda a complementar la información a pie de playa con alta mar, para saberlo antes, incluso de que lleguen a la playa.
De hecho, el propio Franco tenía previsto reunirse el próximo viernes, 22 de abril, con la Confederación y con el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), en Madrid para pactar las pautas de planificación a nivel nacional. En adelante, seguro que van a tomar los datos, van a mandar la posición y vamos a estar muy pendientes por si genera un problema.
Si la carabela portuguesa llega a las playas, la Comunidad Autónoma "tendrá que gestionar cómo retirarlas y los operativos para cerrar una playa cuando empiecen a aparecer", según Franco, quien manifestó que "lo ideal es que cuando tú vas a la playa, figure una bandera con la que tuvieras la certeza de que no hay medusas".

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