Abanilla celebró la tradicilonal corrida de toros con motivo de su feria y fiestas en honor a la Santísima y Vera Cruz. Se lidiaron dos toros de Guillermo Acosta, para rejones, y cuatro de Juan Albarrán, en lidia ordinaria. El rejoneador Antonio Domécq se las entendió con dos toros de buena condición, pues al principio clavó dos rejones de castigo a cada uno de sus oponentes. Después, puso banderillas largas, algunas al quiebro, y también cortas. A dos manos, dejó un par, que fue aplaudido. A su primero lo mató de dos rejones echando pies a tierra para descabellar, se le ovacionó en este primero.
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