La Casa de Cultura acoge una exposición de juguetes centenarios propiedad del hostelero Alfonso Cobarro
05.01.11 - 01:00 -
El elixir de la eterna juventud está escondido entre los juguetes que estos días se exponen en la Casa de Cultura de Caravaca de la Cruz. Muñecas, trenes eléctricos, caballos de cartón, soldaditos de plomo, cocinas… y un largo etcétera de juguetes que harían las delicias de los niños del siglo pasado.
Alfonso García Lopez, 'Cobarro' tal como se le conoce en Caravaca, regenta una cafetería junto al Templete, pared con pared con la sala de exposiciones donde, desde ayer, se exhiben 350 juguetes de su colección particular. Las vitrinas instaladas en la sala sólo recogen una tercera parte de lo que este hostelero caravaqueño ha ido recopilando durante los últimos años.
Esta afición nació de otra anterior. Cobarro es un afamado motero y en un viaje a Valencia adquirió sus tres primeros 'juguetes', tres coches que fueron el germen de una completísima colección que bien podría ser el inicio de un Museo del Juguete, como ya los hay en otras ciudades españolas.
La procedencia de los juguetes expuestos es tan variopinta como los mismos objetos que se exponen. Desde compras a anticuarios en tiendas perdidas hasta las conseguidas mediante donaciones de amigos que, sabiendo del interés de Cobarro por los juguetes, no han dudado en ofrecérselos para su colección. «Nunca he comprado por Internet, ese mercado es de coleccionista y muy caro». Él confiesa, sin pudor, que, cuando puede, comprueba que sus juguetes siguen funcionando, quizás por eso mantiene su alma de niño casi intacta al paso del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario