M. DE LA VIEJA MURCIA/ la Verdad
Quince coches de época, pertenecientes al club Ruta del Sol, con sus propietarios ataviados con indumentarias de los años veinte, formaron ayer la comitiva triunfal que trajo a la Sardina a la ciudad, tras pasearla por varias pedanías.
En la plaza de Santa Isabel, aguardaron a la Sardina los miembros del grupo Ulises, con sus charangas, sumándose después otros grupos sardineros, para escoltarla a hombros hasta el propio ayuntamiento. Numeroso público se dio cita en el jardín para arropar el acto.
La Sardina hizo su aparición bien colocada sobre el capó de un coche americano Grahaam Patge, conducido por el presidente del club Ruta del Sol, Joaquín Ros y su esposa Ana Fernández. Detrás en otro vehículo llegó doña Sardina, Noelia Arroyo que, junto al Gran Pez, Pepín Liria, que lucía el uniforme del grupo Polifemo, y los sardineros del grupo Ulises, llevaron la sardina hasta la Glorieta, para depositarla en el ayuntamiento, hasta el momento de la entrega oficial.
Más tarde, desde Alfonso X, salió el desfile oficial de llegada de la sardina, encabezada por las majorettes de Hungría, seguidas por varias comparsas de carnaval de Puente Tocinos y grupos de animación, como el de Asterix y Obelix del Brotons, y el grupo internacional Caribe. Detrás de la animada cabeza del desfile marchaban los grupos sardineros, lo más esperado por niños y mayores, que se lanzaron rápidos a la captura de los preciados regalos que salían de las bolsas que a modo de caja de Pandora llevan los miembros de los grupos sardineros. En primer lugar iban los del grupo Apolo y Ulises, seguidos por los de Saturno, Eros y Polifemo, en cuyas filas iba enrolado Pepín Liria, Gran Pez del Entierro. Las charangas musicales, pusieron la nota de alegría al desfile, intercaladas estratégicamente entre los grupos sardineros
Una vez que llegó la comitiva a la Glorieta, el alcalde, Miguel Ángel Cámara entregó la sardina al presidente de la Agrupación Sardinera, pidiendo que la cuidara y mimara hasta su Entierro.
En la plaza de Santa Isabel, aguardaron a la Sardina los miembros del grupo Ulises, con sus charangas, sumándose después otros grupos sardineros, para escoltarla a hombros hasta el propio ayuntamiento. Numeroso público se dio cita en el jardín para arropar el acto.
La Sardina hizo su aparición bien colocada sobre el capó de un coche americano Grahaam Patge, conducido por el presidente del club Ruta del Sol, Joaquín Ros y su esposa Ana Fernández. Detrás en otro vehículo llegó doña Sardina, Noelia Arroyo que, junto al Gran Pez, Pepín Liria, que lucía el uniforme del grupo Polifemo, y los sardineros del grupo Ulises, llevaron la sardina hasta la Glorieta, para depositarla en el ayuntamiento, hasta el momento de la entrega oficial.
Más tarde, desde Alfonso X, salió el desfile oficial de llegada de la sardina, encabezada por las majorettes de Hungría, seguidas por varias comparsas de carnaval de Puente Tocinos y grupos de animación, como el de Asterix y Obelix del Brotons, y el grupo internacional Caribe. Detrás de la animada cabeza del desfile marchaban los grupos sardineros, lo más esperado por niños y mayores, que se lanzaron rápidos a la captura de los preciados regalos que salían de las bolsas que a modo de caja de Pandora llevan los miembros de los grupos sardineros. En primer lugar iban los del grupo Apolo y Ulises, seguidos por los de Saturno, Eros y Polifemo, en cuyas filas iba enrolado Pepín Liria, Gran Pez del Entierro. Las charangas musicales, pusieron la nota de alegría al desfile, intercaladas estratégicamente entre los grupos sardineros
Una vez que llegó la comitiva a la Glorieta, el alcalde, Miguel Ángel Cámara entregó la sardina al presidente de la Agrupación Sardinera, pidiendo que la cuidara y mimara hasta su Entierro.
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