«El fuego tenía tres focos, pudo ser provocado». Las palabras del director general de Emergencias, Luis Gestoso, evidenciaban que una vez más, la mano del hombre podría estar detrás del incendio que ayer movilizó a efectivos del Plan Infomur y tres helicópteros, con base en Zarcilla de Ramos y la Sierra de la Pila, además del Kamov, con base en La Alberquilla, para atajar las llamas del Santuario de la Virgen de la Esperanza en Calasparra.
Justo donde el pasado uno de julio se levantó el Puesto de Mando Avanzado de la dirección general para luchar con las llamas que cercaron a Salmerón. La pesadilla de volver a revivir lo sufrido en la pedanía de Moratalla, provocó la movilización masiva de Guardia Civil, bomberos de Caravaca de la Cruz, Calasparra y Policía Local. Todo era poco para evitar que el fuego afectase al santuario y a la Finca Cañaverosa.
En principio las llamas se cebaron con monte bajo, propagándose por el esparto y amenazando a varias pinadas cerca del río Segura. Tras varias descargas aéreas la noche obligó a los helicópteros a ceder el grueso de las labores de extinción a los forestales que controlaron el perímetro del incendio a las 22.30 horas. Varios retenes refrescaron la zona durante toda la madrugada.
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