Los alcaldes reclaman que la crítica se centre en la gestión y se evite el ataque personal tras las amenazas de muerte que sufrió en un foro de Internet el primer edil de Archena
La Opinión
DAVID GÓMEZ Las amenazas de las que fue víctima el alcalde de Archena, el popular Manuel Marcos Sánchez Cervantes, a través de un comentario en un foro de Internet -en el que, tal y como publicó LA OPINIÓN, se le decía que iba a acabar "como el alcalde de Fago, que apareció 'reventao' en un barranco"- ha abierto un debate sobre la seguridad de los políticos y para determinar dónde se encuentra la línea que separa la legítima crítica a la gestión municipal de la coacción, el insulto y el ataque personal.
Y es que el mismo cargo de un alcalde democrático lleva incluido en el sueldo tener que escuchar y respetar las opiniones de todos los vecinos, tanto las que son favorables como las que no. Pero hay fronteras que no se deberían sobrepasar. Este periódico se ha puesto en contacto con regidores de la Región, tanto del Partido Popular como del PSOE, para que ellos mismos sean los que establezcan dónde está la barrera que no se debe superar en política municipal.
Aunque ninguno ha vivido una experiencia tan grave como la del primer edil de Archena, algunos de estos munícipes también han tenido que soportar hechos desagradables. Es el caso del alcalde de La Unión, Francisco Bernabé, del PP. Con motivo de una protesta para denunciar la suciedad de un colegio público, un grupo de manifestantes liderados por la esposa del secretario general del PSOE en la localidad asaltó el despacho de la alcaldía para dejarle a Bernabé la basura que previamente habían recogido del centro. "Me pareció una salvajada fuera de todo lugar. Se puede reclamar y criticar políticamente, y lo acepto, pero las formas son fundamentales", explica el primer edil, para quien "el límite está en el respeto a la dignidad de las personas. Críticas las acepto todas, pero las faltas de respeto personales no". Sobre los comentarios en los foros de Internet, el alcalde de La Unión, quien asimismo es abogado, reclama "una reacción de la Justicia. "Tal y como están configurados Internet y los foros de opinión no puedes evitar los desmanes. Pero, cuando éstos se produzcan, la Justicia debe actuar de forma ejemplarizante", dice.
El alcalde de Caravaca, Domingo Aranda, no recuerda que nadie le haya faltado al respeto en los diez años que lleva al frente del Ayuntamiento. "Siempre hay gente que te critica, pero nunca me ha llegado a pasar lo de Manuel Marcos", indica en referencia al alcalde de Archena. No obstante, es consciente de que "parece que ahora vale todo en política y no es así. Hechos como el de Archena dan la razón a los que dicen que la crisis no es sólo económica, sino de toda la sociedad, que piensa que todo es válido".
"Un insulto es un insulto"
La alcaldesa de San Javier, la socialista Pepa García, vive en esta legislatura su primera experiencia política. Y no lo ha tenido fácil, porque gobierna en precaria minoría frente a la oposición (siete ediles del PSOE y uno del CDL contra once de PP e Independientes). García dice que acepta la crítica política, pero no tolera el insulto ni la mentira. "Las palabras tienen su significado. Un insulto siempre es un insulto y una mentira es una siempre una mentira. Parece que todo vale si va acompañado del sustantivo 'política' y no es así", considera la primera edil, para quien "la política es el arte de gobernar. Y se puede gobernar bien, mal y regular, y te deben juzgar por eso. Mentir con conocimiento, insultar y faltar al respeto es desvirtuar la política".
La alcaldesa marmenorense cree que "tenemos que aplicar los parámetros de la vida diaria a la política. Y nunca en el día a día está bien visto mentir o insultar a las personas. ¿Por qué sí tiene que ser lícito en política?".
Pepa García reconoce que en estos años ha sentido que le han faltado al respeto "y con cuestiones anteriores a mi etapa como alcaldesa. Hay gente que lo utiliza todo y no tiene escrúpulos".
La Opinión
DAVID GÓMEZ Las amenazas de las que fue víctima el alcalde de Archena, el popular Manuel Marcos Sánchez Cervantes, a través de un comentario en un foro de Internet -en el que, tal y como publicó LA OPINIÓN, se le decía que iba a acabar "como el alcalde de Fago, que apareció 'reventao' en un barranco"- ha abierto un debate sobre la seguridad de los políticos y para determinar dónde se encuentra la línea que separa la legítima crítica a la gestión municipal de la coacción, el insulto y el ataque personal.
Y es que el mismo cargo de un alcalde democrático lleva incluido en el sueldo tener que escuchar y respetar las opiniones de todos los vecinos, tanto las que son favorables como las que no. Pero hay fronteras que no se deberían sobrepasar. Este periódico se ha puesto en contacto con regidores de la Región, tanto del Partido Popular como del PSOE, para que ellos mismos sean los que establezcan dónde está la barrera que no se debe superar en política municipal.
Aunque ninguno ha vivido una experiencia tan grave como la del primer edil de Archena, algunos de estos munícipes también han tenido que soportar hechos desagradables. Es el caso del alcalde de La Unión, Francisco Bernabé, del PP. Con motivo de una protesta para denunciar la suciedad de un colegio público, un grupo de manifestantes liderados por la esposa del secretario general del PSOE en la localidad asaltó el despacho de la alcaldía para dejarle a Bernabé la basura que previamente habían recogido del centro. "Me pareció una salvajada fuera de todo lugar. Se puede reclamar y criticar políticamente, y lo acepto, pero las formas son fundamentales", explica el primer edil, para quien "el límite está en el respeto a la dignidad de las personas. Críticas las acepto todas, pero las faltas de respeto personales no". Sobre los comentarios en los foros de Internet, el alcalde de La Unión, quien asimismo es abogado, reclama "una reacción de la Justicia. "Tal y como están configurados Internet y los foros de opinión no puedes evitar los desmanes. Pero, cuando éstos se produzcan, la Justicia debe actuar de forma ejemplarizante", dice.
El alcalde de Caravaca, Domingo Aranda, no recuerda que nadie le haya faltado al respeto en los diez años que lleva al frente del Ayuntamiento. "Siempre hay gente que te critica, pero nunca me ha llegado a pasar lo de Manuel Marcos", indica en referencia al alcalde de Archena. No obstante, es consciente de que "parece que ahora vale todo en política y no es así. Hechos como el de Archena dan la razón a los que dicen que la crisis no es sólo económica, sino de toda la sociedad, que piensa que todo es válido".
"Un insulto es un insulto"
La alcaldesa de San Javier, la socialista Pepa García, vive en esta legislatura su primera experiencia política. Y no lo ha tenido fácil, porque gobierna en precaria minoría frente a la oposición (siete ediles del PSOE y uno del CDL contra once de PP e Independientes). García dice que acepta la crítica política, pero no tolera el insulto ni la mentira. "Las palabras tienen su significado. Un insulto siempre es un insulto y una mentira es una siempre una mentira. Parece que todo vale si va acompañado del sustantivo 'política' y no es así", considera la primera edil, para quien "la política es el arte de gobernar. Y se puede gobernar bien, mal y regular, y te deben juzgar por eso. Mentir con conocimiento, insultar y faltar al respeto es desvirtuar la política".
La alcaldesa marmenorense cree que "tenemos que aplicar los parámetros de la vida diaria a la política. Y nunca en el día a día está bien visto mentir o insultar a las personas. ¿Por qué sí tiene que ser lícito en política?".
Pepa García reconoce que en estos años ha sentido que le han faltado al respeto "y con cuestiones anteriores a mi etapa como alcaldesa. Hay gente que lo utiliza todo y no tiene escrúpulos".
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