La hoja de ruta de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del colegio concertado Azalea no ha variado ni un solo milímetro. Su plan para seguir presionando a la Consejería de Educación hasta que resuelva el conflicto generado en el centro tras la matriculación de 'El Rafica', un joven de 14 años que llega precedido por un extenso currículo lleno de expedientes sancionadores de todos los centros educativos de Beniel, sigue adelante y ayer los padres volvieron a concentrarse ante la fachada del edificio y los alumnos -sus hijos- no acudieron a clase.
Por segundo día consecutivo, las aulas del centro se han vuelto a quedar huérfanas. Sólo 12 de los 352 alumnos matriculados (un paupérrrimo 3,4%) asistieron a clase sorteando en la entrada a decenas de padres y al resto de sus compañeros, que protestaban por la llegada de 'El Rafica', que en su paso por su último colegio llegó a coleccionar varias denuncias por amenazas y acoso escolar. El objetivo de la protesta es obligar a la Consejería de Educación a que encuentre una solución «satisfactoria para ambas partes que pasa por el traslado de 'El Rafica' a un centro adecuado», explican desde el AMPA.
Tras la visita el jueves de un inspector, un equipo de convivencia y un trabajador social al centro para realizar un completo informe del adolescente, la consejería adoptó como primera medida «aislarlo del resto, vigilado por un profesor todo el tiempo, en un aula separada y sólo en el recreo», explica el presidente del AMPA, Olivier Nortes, al tiempo que lamenta que la medida adoptada «no es para un niño, es como una cárcel».
El menor no fue a clase
Precisamente el adolescente, ante la presión social, institucional y mediática que se ha montado en torno a su figura, no acudía ayer a clase. Por el contrario, su padre se desplazaba hasta el colegio en medio de la protesta, para mantener una tensa y dura reunión de dos horas con la directora del Azalea, Juana Pellicer, en la que le comunicaba a la dirección que su hijo «no puede seguir aislado y debería cambiar de colegio».
En este punto coinciden la familia del menor y el AMPA. «No es forma de escolarizar a un alumno; la consejería no ha estudiado bien el caso; tiene problemas de comportamiento y adaptación, hay centros adecuados para este niño», afirma Nortes, quien recuerda que el Azalea «no dispone de medios, recursos ni especialistas para un menor para el que aún hay esperanza; aún están a tiempo de encauzarlo». Eso sí, lo que n o quieren es que sea en el Azalea.
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