La murciana se lleva tres orejas y Luis Miguel Casares dos apéndices
25.01.10 - 00:28 -
FRANCISCO OJADOS RICOTE./ la Verdad
25.01.10 - 00:28 -
FRANCISCO OJADOS RICOTE./ la Verdad
Con menos frío que otros años pero sí con un leve lluvia se celebró la novillada de ayer de Ricote, la única finalmente del trofeo Uva de oro al quedar definitiva suspendida la anunciada para domingo 17 de enero.
La novillada resultó interesante, sobre todo por la disposición y admirable evolución de Conchi Ríos y la solvencia del líder del escalafón, Luis Miguel Casares.
Abrió plaza el extremeño Manuel Larios, que entró en el festejo por la vía de la sustitución. Su labor tuvo lagunas. Si bien en su primero, un novillo con cierta nobleza y justo de fuerzas, como el grueso de la novillada de Hermanos Sampedro, demostró cualidades como el temple, llevando empapado al astado en la muleta en series con al diestras que tuvieron cadencia, ante su segundo no hubo la conjunción necesaria para que un trasteo que pareció de tramite llegase a los tendidos. Además pinchó a su primero cuando podría haber obtenido algún premio.
Luis Miguel Casares por su parte es un novillero que anda en estos festejos con mucha superioridad sobre sus oponentes. A sus dos novillos les tapó los defectos, aguantó coladas y les realizó faenas largas sobre la base del oficio y el conocimiento de la profesión. Torero para empresas mayores y para pensar ya en la alternativa. Cortó las dos orejas de su primero y las perdió al fallar a espadas en el quinto, del que pese al error con los aceros debería haber obtenido algo más, pero para entonces ya el público estaba demasiado frío.
En calor entró la afición con Conchi Ríos. Su labor tuvo un gran mérito. A su primero lo toreó con mucho gusto, asentadas las zapatilla y dando el pecho por delante en los cites, queriendo hacer el toreo de verdad, rematando detrás de la cadera los muletados de limpio trazo. Le cortó dos orejas a ese, pero donde de verdad estuvo importante fue ante el sexto, un novillo burriciego que causó pánico en la plaza al acudir cruzado a los cites. Aprovechó Conchi el pitón derecho, el bueno del toro, y con serenidad, valor y raza sacó muletazos excelentes. Perdió los máximos trofeos al pinchar, pero lo importante es la sensación de que estamos ante una torera a seguir.
La novillada resultó interesante, sobre todo por la disposición y admirable evolución de Conchi Ríos y la solvencia del líder del escalafón, Luis Miguel Casares.
Abrió plaza el extremeño Manuel Larios, que entró en el festejo por la vía de la sustitución. Su labor tuvo lagunas. Si bien en su primero, un novillo con cierta nobleza y justo de fuerzas, como el grueso de la novillada de Hermanos Sampedro, demostró cualidades como el temple, llevando empapado al astado en la muleta en series con al diestras que tuvieron cadencia, ante su segundo no hubo la conjunción necesaria para que un trasteo que pareció de tramite llegase a los tendidos. Además pinchó a su primero cuando podría haber obtenido algún premio.
Luis Miguel Casares por su parte es un novillero que anda en estos festejos con mucha superioridad sobre sus oponentes. A sus dos novillos les tapó los defectos, aguantó coladas y les realizó faenas largas sobre la base del oficio y el conocimiento de la profesión. Torero para empresas mayores y para pensar ya en la alternativa. Cortó las dos orejas de su primero y las perdió al fallar a espadas en el quinto, del que pese al error con los aceros debería haber obtenido algo más, pero para entonces ya el público estaba demasiado frío.
En calor entró la afición con Conchi Ríos. Su labor tuvo un gran mérito. A su primero lo toreó con mucho gusto, asentadas las zapatilla y dando el pecho por delante en los cites, queriendo hacer el toreo de verdad, rematando detrás de la cadera los muletados de limpio trazo. Le cortó dos orejas a ese, pero donde de verdad estuvo importante fue ante el sexto, un novillo burriciego que causó pánico en la plaza al acudir cruzado a los cites. Aprovechó Conchi el pitón derecho, el bueno del toro, y con serenidad, valor y raza sacó muletazos excelentes. Perdió los máximos trofeos al pinchar, pero lo importante es la sensación de que estamos ante una torera a seguir.
EL FESTEJO
Ricote. Plaza portátil. Entrada: menos de media. Seis novillos toros de Hermanos Sampedro, desiguales y correctos de presentación, manejables en distinto grado.
Manuel Larios (de salmón y oro), pinchazo y estocada, ovación con saludos; pinchazo, estocada tendida y tres descabellos, silencio.
Luis Miguel Casares (de azul y oro), estocada, dos orejas; dos pinchazos y estocada trasera, silencio.
Conchi Ríos (de rosa y oro), estocada caída, dos orejas; dos pinchazos y entera, oreja.
Incidencias. Manuel Larios sustituyó al anunciado Juan Pablo Sánchez
Manuel Larios (de salmón y oro), pinchazo y estocada, ovación con saludos; pinchazo, estocada tendida y tres descabellos, silencio.
Luis Miguel Casares (de azul y oro), estocada, dos orejas; dos pinchazos y estocada trasera, silencio.
Conchi Ríos (de rosa y oro), estocada caída, dos orejas; dos pinchazos y entera, oreja.
Incidencias. Manuel Larios sustituyó al anunciado Juan Pablo Sánchez
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