23.01.10 - 00:21 -
I. MATEO / J. G. BADÍA
«He ido a buscarla porque es una prenda importante para mí y para la Semana Santa», relata Amancio Alcaraz, presidente de la cofradía
Una abuela y su nieta, heridas leves en el incendio de la casa en la que se custodia la enseña de la cofradía del Cristo del Calvario, rescatada intacta por un familiar
La Semana Santa, el gran relato de la Pasión de Cristo, está llena de pequeñas historias de pasión que tienen como protagonistas a los comunes mortales. Una de ellas se produjo ayer en Santomera.
Todo empezó alrededor de las 9.30 horas. El pánico se apoderó de los vecinos de la avenida Juan Carlos I, que vieron cómo a través de la puerta y las ventanas de la casa ubicada en su número 3 se elevaba un espeso humo negro, señal inequívoca de una alarma por fuego que afortunadamente no terminó en tragedia. En ese momento estaban dentro de la casa Adela Morales, de 79 años, y su nieta María, de 16. Ambas pudieron salir a la calle por su propio pie en busca del auxilio de sus vecinos, los mismos que alertaron al 112, que activó su protocolo de actuación.
Hasta el lugar se desplazaron cuatro efectivos de la Policía Local, un retén del Consorcio de Extinción de Incendios de Abanilla y una Unidad Médica de Emergencias. Mientras los bomberos sofocaban rápidamente el fuego, localizado en la cocina e iniciado presumiblemente por un cortocircuito, los sanitarios atendían a la anciana, afectada por inhalación de humos.
Pero una vez a salvo las dos mujeres, aún quedaba algo de gran valor en el interior de la casa: el estandarte de la Cofradía del Cristo del Calvario. Preciosamente elaborado sobre una base de terciopelo negro y morado, bordado con hilo de oro y embellecido con incrustaciones de pedrería, manda al centro un óleo de la imagen del Cristo que reposa en la ermita del Calvario. Apenas tiene cuatro años y costó en su día de 6.000 euros. Es todo un referente en la Semana Santa de Santomera y, tras la hermosa escultura, sin duda el tesoro más preciado para sus cofrades, que lo resguardan con celo durante todo el año. ¿Dónde? Pues precisamente en el número 3 de la avenida Juan Carlos I. Amancio Alcaraz, hijo de Adela, es, además de presidente de la Cofradía, el custodio de la valiosa enseña.
Arrojo cofrade
Alertado por los vecinos y preocupado por el estado de su madre y su sobrina, Amancio se presentó ante la puerta de la que durante muchos años fue su casa. Después de asegurarse de que estaban bien, una de las primeras cosas que se le vino a la mente fue el estandarte. En ese momento, los bomberos, aún equipados con máscaras de oxígeno, aireaban la vivienda con la ayuda de extractores. Sin atender al riesgo que entrañaba la acción -a la que Amancio quita mérito diciendo que «estaba en la primera habitación del edificio»-, se adentró en la vivienda para rescatarlo, demostrando que la pasión y el sentimiento cofrade pueden con todo.
«He ido a buscarlo porque es una prenda importante para mí y para nuestra Semana Santa», aseguró horas después a 'La Verdad'. «Estaba perfectamente embalado porque es muy delicado y no ha sufrido ningún daño», concluyó tranquilo. Gracias a Dios, cuando vuelva a salir a la calle el próximo Domingo de Ramos -y más tarde en las procesiones de Nuestro Padre Jesús Nazareno y del Santo Entierro, así como en el día del Corpus- el estandarte seguirá despertando la admiración de los vecinos.
Se da la circunstancia de que el de Juan Carlos I no fue el único fuego declarado en el municipio ayer. Hacia las 18.45 horas se desató un pequeño incendio en el cuadro de luces de la confitería Carlos Onteniente, por una sobrecarga. La Polica Local y otros cuatro bomberos de Abanilla evitaron males mayores.
I. MATEO / J. G. BADÍA
«He ido a buscarla porque es una prenda importante para mí y para la Semana Santa», relata Amancio Alcaraz, presidente de la cofradía
Una abuela y su nieta, heridas leves en el incendio de la casa en la que se custodia la enseña de la cofradía del Cristo del Calvario, rescatada intacta por un familiar
La Semana Santa, el gran relato de la Pasión de Cristo, está llena de pequeñas historias de pasión que tienen como protagonistas a los comunes mortales. Una de ellas se produjo ayer en Santomera.
Todo empezó alrededor de las 9.30 horas. El pánico se apoderó de los vecinos de la avenida Juan Carlos I, que vieron cómo a través de la puerta y las ventanas de la casa ubicada en su número 3 se elevaba un espeso humo negro, señal inequívoca de una alarma por fuego que afortunadamente no terminó en tragedia. En ese momento estaban dentro de la casa Adela Morales, de 79 años, y su nieta María, de 16. Ambas pudieron salir a la calle por su propio pie en busca del auxilio de sus vecinos, los mismos que alertaron al 112, que activó su protocolo de actuación.
Hasta el lugar se desplazaron cuatro efectivos de la Policía Local, un retén del Consorcio de Extinción de Incendios de Abanilla y una Unidad Médica de Emergencias. Mientras los bomberos sofocaban rápidamente el fuego, localizado en la cocina e iniciado presumiblemente por un cortocircuito, los sanitarios atendían a la anciana, afectada por inhalación de humos.
Pero una vez a salvo las dos mujeres, aún quedaba algo de gran valor en el interior de la casa: el estandarte de la Cofradía del Cristo del Calvario. Preciosamente elaborado sobre una base de terciopelo negro y morado, bordado con hilo de oro y embellecido con incrustaciones de pedrería, manda al centro un óleo de la imagen del Cristo que reposa en la ermita del Calvario. Apenas tiene cuatro años y costó en su día de 6.000 euros. Es todo un referente en la Semana Santa de Santomera y, tras la hermosa escultura, sin duda el tesoro más preciado para sus cofrades, que lo resguardan con celo durante todo el año. ¿Dónde? Pues precisamente en el número 3 de la avenida Juan Carlos I. Amancio Alcaraz, hijo de Adela, es, además de presidente de la Cofradía, el custodio de la valiosa enseña.
Arrojo cofrade
Alertado por los vecinos y preocupado por el estado de su madre y su sobrina, Amancio se presentó ante la puerta de la que durante muchos años fue su casa. Después de asegurarse de que estaban bien, una de las primeras cosas que se le vino a la mente fue el estandarte. En ese momento, los bomberos, aún equipados con máscaras de oxígeno, aireaban la vivienda con la ayuda de extractores. Sin atender al riesgo que entrañaba la acción -a la que Amancio quita mérito diciendo que «estaba en la primera habitación del edificio»-, se adentró en la vivienda para rescatarlo, demostrando que la pasión y el sentimiento cofrade pueden con todo.
«He ido a buscarlo porque es una prenda importante para mí y para nuestra Semana Santa», aseguró horas después a 'La Verdad'. «Estaba perfectamente embalado porque es muy delicado y no ha sufrido ningún daño», concluyó tranquilo. Gracias a Dios, cuando vuelva a salir a la calle el próximo Domingo de Ramos -y más tarde en las procesiones de Nuestro Padre Jesús Nazareno y del Santo Entierro, así como en el día del Corpus- el estandarte seguirá despertando la admiración de los vecinos.
Se da la circunstancia de que el de Juan Carlos I no fue el único fuego declarado en el municipio ayer. Hacia las 18.45 horas se desató un pequeño incendio en el cuadro de luces de la confitería Carlos Onteniente, por una sobrecarga. La Polica Local y otros cuatro bomberos de Abanilla evitaron males mayores.
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