La Guardia Civil detuvo en el centro médico de Abarán a C.M.C., que había causado daños en un bar y en los coches aparcados en Gran Vía
01.08.12 - 00:39 -
Fueron los vecinos los que dieron la voz de alerta: un hombre, tras discutir con su novia y con sangre en la mano, estaba destrozando los espejos de los coches estacionados en la Gran Vía. Pasaban las tres de la tarde del lunes cuando dos agentes de la Policía Local se encontraron a C.M.C., de 32 años y vecino de Abarán, gritando y fuera de sí. Previamente y en las inmediaciones del bar Cal Periquín, había tirado las mesas y sillas que estaban en la calle.
Los agentes le pidieron que saliera de su coche, en el que el hombre manifestaba que se marchaba a Abarán. Fue entonces cuando «aceleró bruscamente hacia atrás, arrollando a los dos agentes sin contemplación alguna, pasándole las ruedas del vehículo por encima de las piernas», según reza el atestado. Los agentes lesionados, de 59 y 29 años y con 32 y 5 de antigüedad, respectivamente, fueron trasladados al centro de policía, mientras la Guardia Civil detenía a C.M.M. -que se había dado a la fuga- en el centro de Urgencias de Abarán, donde llegó para curarse de unas heridas en el brazo.
El agente más veterano fue el que salió peor parado. Presenta lesiones en la espalda, pecho, brazos y hombros, mientras que el otro sufrió lesiones en el brazo derecho. Ambos fueron trasladados al hospital Lorenzo Guirao, de Cieza, donde les realizaron las correspondientes radiografías.
Los dos policías interpusieron la correspondiente denuncia por agresión a la autoridad, daños personales y físicos y alteración de orden público contra el autor de la agresión, que fue puesto a disposición judicial por la Guardia Civil. Tras prestar declaración, el detenido quedó en libertad con cargos.
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