Exige al Consistorio que archive la multa y asegura que el teatro «nunca ha estado en peligro de derrumbe»
23.10.10 - 01:06 - MANUEL MADRID / MURCIA.La Verdad
«Esperemos que ésta sea la última vez que tengamos que decir las cosas tan altas y tan claras sobre la rehabilitación del Romea», desembuchó ayer Miguel del Toro, gerente de Trimtor, una de las empresas de la UTE concesionaria de la tercera fase de los trabajos de restauración del teatro más emblemático de la Región, tras denunciar públicamente «la actitud obstruccionista, los ataques feroces y la persecución» que realiza la Oficina Técnica de Arquitectura (OTA) a sus empleados por un choque de criterios sobre el proyecto de reforma.
Tras la sanción de 40.000 euros impuesta a la UTE por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento por una supuesa demora en la ejecución de la última fase de obra -remodelación de accesos, taquillas, escaleras y camerinos, sustitución de butacas de patio, palcos, platea y paraíso, instalación de aire acondicionado y un ascensor-, Del Toro compareció ante los medios acompañado por el gerente de Azuche 88, Luis Fernández Mula, y el gerente de la UTE, Patricio Tripiana, quienes arremetieron contra los técnicos municipales «por su comportamiento fiscalizador y cambiante» en la supervisión de las obras, que podrían haber finalizado en noviembre próximo, si no fuera por las trabas que les pusieron desde el primer día en que firmaron el acta de replanteo.
«Desde el día uno -explicó Del Toro- el jefe de la Oficina Técnica nos invitó literalmente a irnos y a abandonar las obras, no sabemos por qué, y todo han sido impedimentos. Pero no vamos a abandonar la obra, a no ser que nos echen a patadas. Es más, vamos a terminarla en óptimas condiciones y con las garantías de calidad y seguridad».
La UTE no se siente responsable de la demora que acumula la reforma y exige al Ayuntamiento la anulación y archivo de la multa, pues Trimtor y Azuche 88 firmaron el contrato para la tercera fase el 12 de julio de 2009 y no fue hasta seis meses después, el 12 de enero de 2010, cuando el Ayuntamiento les autorizó a poner pie en el teatro. Lo que encontraron, según los contratistas, fueron graves daños en las instalaciones del edificio «ignoradas incluso por los propios técnicos».
Entre las deficiencias detectadas había grietas en camerinos, forjados calcinados, necesidad de apuntalamiento de palcos, falsos techos en pésimo estado... En febrero, la UTE propuso distintas soluciones, aunque los técnicos municipales se limitan a responder que las obras llevan retraso y la Junta de Gobierno exige un nuevo plan de obra. Un mes más tarde, la UTE informa de la existencia de grietas en la fachada y de la necesidad de realizar estudios de resistencia de los forjados dado su mal estado. Ante la obligación de subsanar las deficiencias inesperadas, las empresas presentaron en abril un plan de obra adaptado a las necesidades y solicitan una ampliación del plazo de cuatro meses para ejecutar esos trabajos, aunque el Ayuntamiento sólo autoriza dos meses y la OTA rechaza la propuesta económica de la UTE, que valora el proyecto modificado -aún pendiente de aprobación- en 421.762 euros, cuando la OTA lo cuantifica en 201.048 euros. En julio, el Ayuntamiento exige realizar obras urgentes en un forjado del ala oeste ante el riesgo de derrumbe.
«Nunca existió tal riesgo, fue sólo un acto de alarmismo muy duro para nosotros», reconoció Del Toro, quien admitió ayer que «antes del verano» puso en conocimiento del alcalde todos estos problemas, aunque la respuesta ha sido la sanción.
«Todo lo hemos hecho con buena fe, pero nos han querido convertir en los malos de la película», reprochó Patricio Tripiana, quien acusó a la OTA de obligarles a trabajar «en condiciones indecentes e inseguras» y de dañar su imagen y reputación profesional responsabilizándoles de unos retrasos que, según la UTE, sólo son achacables a la aparición de daños imprevistos.
En este sentido, Fernández-Mula, quien dijo que «en el Romea no hay fantasmas, sino vehemencias de personas con malas intenciones que, actuando de forma improvisada constantemente, tratan de impedir que el teatro pueda ser disfrutado», apuntó que es inconcebible que para la restauración de un bien cultural como el Romea no se planteara desde el principio un Plan Director de Restauración Integral, como es habitual, «pensado con el máximo respeto y cariño hacia el patrimonio. ¿Cuándo y dónde se ha visto que lo primero en restaurar es la fachada?».
«Nos da la sensación -reiteró Del Toro- que somos el destino de todas las frustraciones que tiene el Ayuntamiento y la OTA con las obras».
CRONOLOGÍA
Junio de 2007. El Ayuntamiento cierra las puertas del Romea para una rehabilitación de cubiertas y fachadas. El plazo de obra sería de 6 meses y la inversión estimada 425.000 euros.
Julio de 2008. El Ayuntamiento destina dos millones para reformas en el peine, con un plazo de ejecución de cuatro meses.
Octubre de 2008. Consistorio, Gobierno de Murcia, Cajamurcia y CAM firman un convenio para sufragar a partes iguales los 6 millones de euros que prevén que se inviertan en el Teatro Romea.
Julio de 2009. La Junta de Gobierno aprueba destinar 2,4 millones y 4 meses de plazo (prorrogados luego otros 2) a la UTE formada por Azuche y Trimtor.
Octubre de 2009. La Junta de Gobierno sanciona a Azuche y Trimtor por retrasos en el plazo de ejecución. La UTE achaca la responsabilidad a los técnicos
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