EFE
Que la Audiencia Provincial condene a dos vecinos por los delitos de robo y contra la salud pública no da la verdadera medida de los hechos que ha provocado la sentencia. Fue un jueves de finales de marzo, cuando los ya condenados -que reconocieron los hechos- entraron a un bar y preguntaron a la camarera por el dueño. Como éste no se hallaba en el local, exigieron a la chica que les diera una botella de whisky y varios refrescos, reforzando con la exhibición de una pistola -luego resultó falsa- su petición.
Satisfecha su exigencia, abandonaron el lugar, no sin antes destrozar una estantería de copas. De allí fueron a otro local del mismo dueño, «donde se pusieron a manipular cocaína, procediendo uno de ellos a preparar dicha sustancia para consumirla allí y entregar parte de la misma a una persona no identificada», reza la sentencia, que condena a uno de ellos a dos penas de nueve meses y un día de prisión, y al otro a seis meses.
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