lunes, 18 de octubre de 2010

CARAVACA/ Nazarenos y peregrinos

Cofrades de casi cuarenta localidades ganan el Jubileo en un multitudinario acto en la basílica de la Vera Cruz .Más de 6.000 personas participan en la mayor peregrinación del Año Santo
Juan F. Robles/ La Verdad
Más de 6.000 nazarenos de distintas cofradías y hermandades de Semana Santa, llegados desde 39 localidades de la Región, participaron durante la mañana de ayer en la peregrinación más multitudinaria de las que han tenido lugar durante el presente Año Jubilar.
La eucaristía, celebrada con la explanada llena a rebosar de fieles, estuvo presidida por el obispo de la diócesis, monseñor José Manuel Lorca Planes, y fue concelebrada por el vicario general, Juan Tudela, el delegado episcopal para las cofradías y hermandades, Silvestre del Amor, y por numerosos sacerdotes y capellanes que acompañaron a sus respectivas cofradías desde sus poblaciones de origen.
En la explanada también se dieron cita numerosos grupos de peregrinos procedentes de otras regiones y diócesis españolas, entre los que se encontraba un coro rociero de una localidad granadina, que alegró con sus cantos la ceremonia.
Bendición de las aguas
Antes de la eucaristía, los cofrades se congregaron de buena mañana en la plaza del Templete, donde tuvo lugar la renovación de las promesas bautismales. El vicario de la zona Caravaca-Mula, Jesús Aguilar, recordó que, en este lugar -también conocido como el Bañadero-, se celebra en la tarde de cada 3 de mayo, desde el siglo XIV, el ritual de la Bendición de las Aguas con la inmersión de la Vera Cruz en el caudal que riega la huerta caravaqueña y que dio origen a las Fiestas Patronales de la Ciudad de la Cruz.
Tras renovar las promesas, los nazarenos, acompañados por bandas de cornetas y tambores( y portando sus estandartes), participaron en una procesión que recorrió el centro de la localidad. Al paso de los peregrinos se iban sumando nuevos grupos de vecinos y personas de otras localidades, que fueron dirigiendo sus pasos hacia el montecillo sobre el que se levanta la Real Basílica Santuario de la Vera Cruz.
Solemnidad
Cuando las últimas cofradías llegaron a la Esquina de la Muerte -lugar donde se inicia la subida hacia el castillo-, se produjo un momento lleno de emotividad y solemnidad. Un grupo de cofrades caravaqueños que portaba en andas la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno salía de la parroquia de El Salvador para cerrar con el trono el cortejo procesional.
Con gran dificultad y sacrificio, los anderos lograron subir las empinadas cuestas y atravesar la puerta de acceso al interior de la explanada, momento que fue acogido por un fuerte aplauso por los peregrinos.
Antes de iniciarse la eucaristía, el capellán del Santuario, Pedro Ballester, mostró a la asamblea la Sagrada Reliquia en su custodia. En la monición ambiental, leída por el periodista y cofrade murciano José Emilio Rubio, se recordó el verdadero sentido del nazareno y de la peregrinación, que se celebró bajo el lema 'Unidos a nuestro obispo y abrazados a la Cruz'.
En la homilía, Lorca Planes invitó a los cofrades a ser fieles a su espíritu nazareno. «Os necesito, la iglesia os necesita, para construir una humanidad nueva», les dijo. El obispo agradeció la gran labor de las cofradías, al expresar el «el gozo que experimento al comprobar el cuidado e interés con que cada año preparáis la Semana Santa, sabiendo que os exige mucha dedicación y que ponéis mucho corazón en el esfuerzo por mejorarla».
«Salvo dificultades puntuales -añadió-, el desfile por las calles del pueblo o de la ciudad sale con toda dignidad, y mucha gente tiene la oportunidad de acercarse al rostro de Jesús y de su Madre Santísima. De esta forma, también estáis en la dinámica de la evangelización. Os animo a seguir trabajando en esta dirección, con un solo corazón y una sola alma, como los primeros cristianos, como fieles hijos de la Iglesia».

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