lunes, 20 de diciembre de 2010

YECLA/ El mal tiempo respetó a la Patrona

La Verdad
Riada humana con la Patrona. Miles de personas estuvieron cerca de la Virgen del Castillo, Patrona de Yecla, en el día de La Subida, en el que regresa al santuario después de estar en Yecla desde el pasado día 7.
La de ayer fue una de las subidas más multitudinaria de los últimos años. Tal vez debido a que la noche terminó arreglándose en lo meteorológico, después de un día de lluvias. El caso es que la imagen de La Virgen estuvo arropada hasta llegar a la explanada del santuario del Castillo, donde no cabía más gente.
Los negros nubarrones con los que amaneció el día dieron tregua a unas fiestas que, por la mañana, vivieron el acto de la Minerva, consistente en la bendición de la soldadesca y el pueblo con la custodia, una vez terminada la función religiosa, que congregó a cientos de fieles dentro de la Basílica de la Purísima.
En el atrio del templo, el mayordomo de la Bandera, Miguel Palao, juró la insignia acompañado del mayordomo del Bastón, Alfredo Ruiz, quien dio la orden del comienzo de las arcas cerradas, que tronaron mientras se realizó la bendición. Los mayordomos también encabezaron la larga comitiva de la compañía Capitán Martín Soriano Zaplana, formada por cientos de arcabuces que escupían pólvora con precaución, a causa de las rachas de viento que hicieron resaltar los restos de pólvora incandescente.
Los escuadritas llegaron hasta el santuario abriendo el paso a la Virgen del Castillo, que sobre las 19.30 horas se hacía presente entre el repicar de las campanas.
Allí, de nuevo se juró la bandera y sonaron los últimos disparos de arcabuz mientras se daban las tres tradicionales 'vueltas al pino' que preludian la entrada de la Virgen a su santuario.
Con un castillo de fuegos de artificio Yecla despidió los actos centrales de las fiestas patronales para dar paso a las celebraciones de Navidad, presentes ya con los villancicos cantados en el descenso del santuario.

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