La Verdad
Santomera acogió ayer el II Encuentro de Cuadrillas y Auroros, organizado por la Asociación Amigos de la Música y las Tradiciones. La cita estuvo condicionada por el cielo gris que amenazó todo el día pero, aunque deslució algunos momentos y obligó a improvisar algunas variaciones, no impidió que se completara el programa de actividades previsto.
Arrancó en el templo de Nuestra Señora del Rosario, donde las cuadrillas participantes (de Las Torres de Cotillas, Abanilla, Blanca, Sangonera la Verde con Pasiones Huertanas, Fuente Librilla, Raiguero de Bonanza y Santomera) acompañaron con su música el rezo de los diferentes misterios del Santo Rosario de la Aurora.
A la salida de la iglesia, y tras más acordes y las primeras muestras de baile en la propia plaza, cada grupo fue desfilando en una dirección y ocupando distintos espacios de la calle. Todos ellos pasaron por Casa Grande, donde hasta el próximo martes estará montada la exposición de cultura popular que alberga, además de trabajos artesanales, trajes tradicionales y fotos antiguas, un rincón en memoria de David Castejón -'el Patriarca del Trovo'- y un amplio espacio dedicado al gusano de seda.
Con el tiempo como estaba, el festival de cuadrillas se desplazó desde la plaza del Ayuntamiento -lugar previsto inicialmente- hasta dos focos techados: la propia Casa Grande y el Salón de Actos Municipal. No se deslucieron las danzas ni los cantos, pero se limitó en mucho el aforo posible y la repercusión del evento.
Muestra de ello es que, cuando la actividad volvió al aire libre para comer, cerca de mil personas se acercaron para degustar chatos de vino y platos de sabrosas migas preparadas por unos setenta voluntarios. Las canciones y los bailes volvieron entonces a la calle y ya no pararon durante cerca de dos horas.
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