jueves, 2 de septiembre de 2010

LORCA/ Reconocimiento a cinco siglos de historia, devoción y tradición oral

La Verdad
Independientemente de los beneficios administrativos, patrimoniales y turísticos que pueda llevar consigo la declaración BIC del Calvario, para la cofradía del Paso Morado, encargada de la conservación de la tradición del rezo del Vía Crucis, la catalogación realizada por Cultura «es una reconocimiento al pueblo lorquino, a sus pemitentes y a los rezaores que han ido transmitiendo la tradición oral de generación en generación».
La práctica del Vía Crucis de Lorca se remonta a las primeras décadas del siglo XVII, concretándose como unrecorrido articulado por pequeñas capillas a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. Se debe a los franciscanos, especialmente a la figura de Fray Alonso de Vargas, el enraizamiento de esta devoción a través de distintas cofradías que han mantenido la práctica.
El establecimiento del itinerario pretendía facilitar un peregrinaje de sustitución, habilitando una especia de Vía Dolorosa, en un paisaje bien parecido al descrito como escenario real de la pasión y muerte de Cristo.

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