El Real Murcia terminó ganando un partido que muy pronto se le puso cuesta arriba tras la expulsión de Gotor por roja directa en el minuto tres por una supuesta agresión a Zamorano
La Verdad
MANUEL SÁNCHEZ BREIS/ MURCIA.- La Verdad
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MANUEL SÁNCHEZ BREIS/ MURCIA.- La Verdad
Lo que mal empieza no siempre mal acaba. Y es que el Real Murcia terminó ganando un partido que muy pronto se le puso cuesta arriba tras la expulsión de Gotor por roja directa en el minuto tres por una supuesta agresión a Zamorano en una disputa de balón.
Un triunfo que se obtuvo gracias a la buena predisposición del equipo, a la inteligente labor táctica que Iñaki Alonso transmitió desde el banquillo y al gol de Pedro conseguido en el tramo final de la primera parte tras un claro derribo a Gago.
Una victoria que al Real Murcia no le vale para tomar las riendas de la clasificación el grupo IV, ya que el Cádiz también cumplió con su misión en el encuentro que disputó contra el Unión Estepona. Eso sí, la trayectoria grana continua siendo casi inmaculada, ya que hasta la fecha no ha perdido ninguno de los partidos oficiales que ha disputado.
El encuentro contra el Melilla fue trabado, muy disputado y poco vistoso para el espectador, todo ello condicionado por la decisión de Mateo Valero, colegiado que buscó en todo momento su protagonismo dentro del partido. En el Real Murcia destacó la actuación de Iván Amaya, Aguilera, Richi y Pedro, quienes se crecieron ante la adversidad junto al resto del equipo.
La emoción en el partido fue tal que quedó demostrada una vez concluido el choque cuando el entrenador vasco del Real Murcia se marchó corriendo hasta el centro del campo para fundirse en un abrazo con sus jugadores y recibir del público de Nueva Condomina una merecida ovación.
Lo que sí debería intentar corregir Iaki Alonso es el capítulo de las expulsiones, ya que el conjunto grana no ha sido capaz de concluir con once futbolistas la mitad de los partidos en Liga jugados. La superioridad grana es notable con respecto a sus rivales, pero este tipo de lances no ayudan para nada a demostrarlo
Un triunfo que se obtuvo gracias a la buena predisposición del equipo, a la inteligente labor táctica que Iñaki Alonso transmitió desde el banquillo y al gol de Pedro conseguido en el tramo final de la primera parte tras un claro derribo a Gago.
Una victoria que al Real Murcia no le vale para tomar las riendas de la clasificación el grupo IV, ya que el Cádiz también cumplió con su misión en el encuentro que disputó contra el Unión Estepona. Eso sí, la trayectoria grana continua siendo casi inmaculada, ya que hasta la fecha no ha perdido ninguno de los partidos oficiales que ha disputado.
El encuentro contra el Melilla fue trabado, muy disputado y poco vistoso para el espectador, todo ello condicionado por la decisión de Mateo Valero, colegiado que buscó en todo momento su protagonismo dentro del partido. En el Real Murcia destacó la actuación de Iván Amaya, Aguilera, Richi y Pedro, quienes se crecieron ante la adversidad junto al resto del equipo.
La emoción en el partido fue tal que quedó demostrada una vez concluido el choque cuando el entrenador vasco del Real Murcia se marchó corriendo hasta el centro del campo para fundirse en un abrazo con sus jugadores y recibir del público de Nueva Condomina una merecida ovación.
Lo que sí debería intentar corregir Iaki Alonso es el capítulo de las expulsiones, ya que el conjunto grana no ha sido capaz de concluir con once futbolistas la mitad de los partidos en Liga jugados. La superioridad grana es notable con respecto a sus rivales, pero este tipo de lances no ayudan para nada a demostrarlo
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