Los frescos se encuentran en el camarín de la Virgen de las Huertas y son las más antiguas del Santuario Patronal
08.09.10 - 01:11 - P. W. R. LORCA. / La Verdad
Las pinturas más antiguas del Santuario Patronal, las de la capilla del Cristo de Cope, en el camarín de la Virgen de las Huertas, sufren un grave deterioro. Los frescos datan de 1678 y fueron realizados mucho antes de que Baltasar Martínez Fernández de Espinosa y Antonio José Rebolloso Jiménez plasmaran con sus pinceles distintos pasajes en el antecamarín y la Tota Pulchra del monumento.
Estos últimos realizaron las pinturas en varias fases entre 1720 y 1760. El embellecimiento con pinturas del templo se llevó a cabo tras la riada del 4 de noviembre de 1653. La iglesia quedó destruida por la inundación. Tras el paso de la riada también desapareció una capilla que había situada bajo el coro del templo dedicada al Cristo de Cope que gozaba de gran devoción no sólo por parte de los franciscanos, sino también de la feligresía.
La reconstrucción fue aprovechada para recuperar la imagen del Cristo de Cope, situándolo en un lugar privilegiado, en el camarín de Santa María la Real de las Huertas. A ambos lados, se pintaron las imágenes de San Juan y la Virgen y dos parejas de angelotes. Del Cristo de Cope poco queda. Las últimas lluvias han deteriorado gravemente la pintura. «El agua se filtra por el techo y también por la pared. Se ha llevado prácticamente toda la pintura del Cristo», afirmó ayer en declaraciones a 'La Verdad' el vicario del Santuario Patronal, Jerónimo García Hernández.
El franciscano se muestra preocupado, ya que «nadie ha mostrado interés por su restauración hasta el momento», argumenta. El Cristo es casi una mancha blanca en la pared. Junto a él, una pareja de angelotes, también muy afectados. «El agua se ha llevado casi toda la pintura de sus caras». En el techo, muestra, todavía es visible una bolsa de agua.
El deterioro podría haber comenzado hace poco más de dos años. Entonces, fue cuando la torre del templo comenzó a asentarse. Ello habría provocado que el canalón de aguas del tejado se abriese, y por el lugar se filtrara el agua de la lluvia. En la base de la torre, varios testigos dan fe del inicio de los trabajos de restauración, anunciados en reiteradas ocasiones.
08.09.10 - 01:11 - P. W. R. LORCA. / La Verdad
Las pinturas más antiguas del Santuario Patronal, las de la capilla del Cristo de Cope, en el camarín de la Virgen de las Huertas, sufren un grave deterioro. Los frescos datan de 1678 y fueron realizados mucho antes de que Baltasar Martínez Fernández de Espinosa y Antonio José Rebolloso Jiménez plasmaran con sus pinceles distintos pasajes en el antecamarín y la Tota Pulchra del monumento.
Estos últimos realizaron las pinturas en varias fases entre 1720 y 1760. El embellecimiento con pinturas del templo se llevó a cabo tras la riada del 4 de noviembre de 1653. La iglesia quedó destruida por la inundación. Tras el paso de la riada también desapareció una capilla que había situada bajo el coro del templo dedicada al Cristo de Cope que gozaba de gran devoción no sólo por parte de los franciscanos, sino también de la feligresía.
La reconstrucción fue aprovechada para recuperar la imagen del Cristo de Cope, situándolo en un lugar privilegiado, en el camarín de Santa María la Real de las Huertas. A ambos lados, se pintaron las imágenes de San Juan y la Virgen y dos parejas de angelotes. Del Cristo de Cope poco queda. Las últimas lluvias han deteriorado gravemente la pintura. «El agua se filtra por el techo y también por la pared. Se ha llevado prácticamente toda la pintura del Cristo», afirmó ayer en declaraciones a 'La Verdad' el vicario del Santuario Patronal, Jerónimo García Hernández.
El franciscano se muestra preocupado, ya que «nadie ha mostrado interés por su restauración hasta el momento», argumenta. El Cristo es casi una mancha blanca en la pared. Junto a él, una pareja de angelotes, también muy afectados. «El agua se ha llevado casi toda la pintura de sus caras». En el techo, muestra, todavía es visible una bolsa de agua.
El deterioro podría haber comenzado hace poco más de dos años. Entonces, fue cuando la torre del templo comenzó a asentarse. Ello habría provocado que el canalón de aguas del tejado se abriese, y por el lugar se filtrara el agua de la lluvia. En la base de la torre, varios testigos dan fe del inicio de los trabajos de restauración, anunciados en reiteradas ocasiones.
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