El Encendido de la Antorcha de la Amistad da paso a tres días de música y baile a cargo de 11 grupos folclóricos
05.09.12 - 00:47 -
M. CARMEN RAMÍREZ | MURCIA./ La Verdad
Cae la tarde en la plaza Santo Domingo de Murcia. Pero tiene un color diferente. A los primeros grises del ocaso le empiezan a sonar de fondo los ritmos folclóricos. Se siente el sonido de los bongos. Se suma el de las castañuelas. Se funden los ritmos cuando por el Arco de San Juan asoman los primeros refajos. Llegan los grupos participantes del Festival de Folclore del Mediterráneo. Es su primera aparición. En el centro de la plaza un pebetero apagado. Al lado, dos caballos de cartón piedra luciendo enjaezamiento. Así transcurrió el encendido de la Antorcha de la Amistad, inaugurándose un festival que cumple 45 años. El público ansiaba el inicio de este acto cargado de simbolismo y con el que arrancan tres días de bailes, sonidos, ritmos lejanos y toda una serie de actividades en torno al folclore. A Murcia han llegado en esta edición cinco grupos internacionales (Senegal, Perú, Brasil, Portugal y Uzbekistán). De España nos visitan Ibiza y Tenerife. La Región está representada por Murcia, Beniaján y Yecla.
La comitiva apareció en la plaza entonando sus ritmos característicos. Como siempre, los africanos llaman la atención del público. Sus bailes, sus vestimentas, su música. Uzbekistán también impresionó con el brillo de sus túnicas. Perú destacó por el colorido fluorescente de su atuendo. Los portugueses, más cercanos, recordaban al traje típico gallego. El grupo ibicenco portaba castañuelas gigantes; los tinerfeños, pequeños sombreros de paja. Entonces, aparecieron los representantes locales: refajos bordados, zaragüelles, castañuelas...
El alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara les estaba esperando, acompañado del director del Festival, Manuel Fernández Delgado. La antorcha fue pasando de mano en mano por cada uno de los grupos. El fuego simboliza «la amistad, la unión de los grupos, los continentes, las culturas, las regiones», cuenta Fernández Delgado, y «el folclore hace que todos los grupos se unan en torno a él». Cuando todos acariciaron el fuego de la amistad, tres representantes encendieron el pebetero. Brillante comienzo para el 45º Festival de Folclore.
Tras el encendido de la antorcha, uno a uno, los grupos hicieron una pequeña representación de su repertorio. Y uno a uno, precedidos por los Caballos del Vino de Caravaca, que visitaron la ciudad para «acercar el folclore a otros pueblos», según Manuel Fernández Delgado, se dirigieron por la calle Trapería hacia la plaza del Cardenal Belluga.
Durante tres días las plazas y calles de Murcia se adornarán con el color del folclore y sonarán ritmos africanos, latinos, portugueses y, por supuesto, regionales. Hoy, a las doce, los grupos serán recibidos en el Ayuntamiento por la corporación municipal, en un acto oficial de bienvenida. Esta tarde empiezan las actuaciones. Portugal, en la avenida de la Libertad; Uzbekistán, en la plaza de Santo domingo e Islas Baleares en la Glorieta de España, todas a las siete y media. A la misma hora en la plaza Belluga, la Cuadrilla de Aledo participará como símbolo de «la unión de dos folclores diferentes». A las nueve y media tendrá lugar en la Plaza de la Universidad la sesión inaugural.
Pero este festival ha creado en torno al folclore una serie de actividades paralelas para entender mejor la cultura. Proyección de películas y documentales. Charlas y conferencias en torno al folclore y exposiciones. Después de 45 años, expone Manuel Fernández Delgado, «tenemos más actividades, a pesar de la crisis porque el festival está muy arraigado en la ciudad de Murcia y la gente se vuelca». En esto no se ha notado la crisis, sí en otras cuestiones: «Hemos tenido más dificultad para conseguir grupos. Antes había más ofertas, ahora a los grupos amateurs les cuesta mucho viajar porque reciben menos subvenciones». Aún así, el festival ha recibido la visita de cinco grupos extranjeros, de los que los africanos son, como viene siendo habitual, los más llamativos: «Son los que más llaman la atención, porque este festival tiene dos tipos de público, el que busca la calidad en el folclore y el que se entusiasma con el espectáculo. Este segundo perfil es el que se queda impresionado con los grupos africanos».
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