El gerente asegura que son producto de la bajada de la producción y que muchos de ellos se pactaron con los propios empleados
Medio centenar de personas, entre trabajadores y familiares, protestaron ayer a las puertas de la empresa Aceros 2001 -antiguamente conocida como Global Ends- para denunciar las «coacciones y amenazas» a las que dicen estar siendo sometidos desde hace dos años por el gerente de la firma, Rafael Vázquez. El paro -el segundo en lo que va de mes- comenzó a las seis de la mañana y sirvió también para manifestar su disconformidad con el despido reciente de 20 trabajadores.
El presidente del comité de empresa, Raúl Abenza, explicó que «aunque los problemas comenzaron hace dos años, en el último año las presiones se han recrudecido hasta límites que sobrepasan lo legal y razonable». Abenza denunció que «desde la gerencia les han obligado a trabajar 16 horas más al mes sin retribuir, se han suprimido días de vacaciones y se les ha negado la subida de salario que marca el convenio colectivo del sector». Además, denuncia que «se está despidiendo a trabajadoras por el hecho de estar embarazadas» y ha acusado a su jefe de «querer dejar morir la empresa».
Los trabajadores allí reunidos han querido mostrar también su descontento por el incidente que ha protagonizado el gerente a su llegada a la empresa, al que han acusado de «intentar atropellar a un grupo de trabajadores con su vehículo». Según los manifestantes «el jefe, tras abandonar su vehículo, les insultó y obligó, bajo amenaza de despido, a que abandonaran la protesta y se dirigieran a sus puestos de trabajo». Las amenazas e insultos han contribuido a que unos 25 trabajadores abandonaran la protesta y se incorporaran a sus puestos de trabajo, algo que ha lamentado el comité de empresa.
Despidos «pactados»
Por su parte, el empresario Rafael Vázquez ha desmentido que haya querido atropellar a sus trabajadores, a la vez que ha negado que coaccione y amenace a sus empleados. Vázquez ha especificado que «los despidos de las embarazadas fueron pactados con las propias trabajadoras, que me pidieron su despido para cobrar del Fondo de Garantía Social y el paro, ya que la empresa se encuentra en concurso de acreedores». Sobre los últimos despidos, Vázquez los ha justificado como consecuencia de la caída en la producción.
El gerente se amparó para justificar la congelación de salarios en el derecho que tiene su empresa a descolgarse del convenio colectivo dada la situación de concurso de acreedores y expresó que «no es justo que no pueda pagar a los proveedores y que tenga que subir los sueldos porque lo diga el convenio». Por último, el dueño de Aceros 2001 lamentó que desde el propio Gobierno regional «me tengan frito a inspecciones de todo tipo y no me dejen trabajar».
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