El pueblo de Barinas da cobijo a más de 60 jóvenes de Quito (Ecuador) hasta el próximo lunes, día que partirán a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). El propio pedáneo, Evedasto Lifante, ha prestado su casa como comedor social. Allí desayunan, comen y cenan. «Todo esto lo hacemos con mucha ilusión. Además se me ponen los pelos de punta por lo educados que son», confiesa.
La mayoría de la comida ha sido donada por los vecinos de la pedanía y por las empresas. Cientos de kilos de fruta, carne y pescado fueron llevadas a la parroquia. «Todo surgió gracias al sacerdote, Manuel Guillén, que nos animó y este pueblo siempre está dispuesto a ayudar», comenta Evedasto.
En total 50 voluntarios de todas las edades acompañan a estos chicos en las excursiones por toda la Región. Preparan las comidas y les organizan 'gymkanas' y conciertos. «Algunos de nosotros también dormimos con ellos, ya que son muy jóvenes», comenta Elías uno de los voluntarios.
Durante la noche estos peregrinos duermen en un polideportivo acondicionado con colchones y con sus divisiones pertinentes entre sexos con telas colgadas con cuerdas. Además, la instalación cuenta con una 'habitación' privada para el sacerdote que les acompaña.
Son un grupo entre los 14 y 18 años que vienen del colegio católico Giovani Antonio Farina. Como agradecimiento esta noche harán un baile tradicional de su tierra.
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