domingo, 21 de marzo de 2010

MURCIA/ Y para colmo... las obras del tranvía


Los discapacitados que van en sillas de ruedas tienen dificultades para cruzar por las plataformas de los pasos peatonales
21.03.10 - 00:39 -
MARÍA JOSÉ MONTESINOS mjmontesinos@laverdad.es MURCIA.

MÁS OBSTÁCULOS
Si los discapacitados y las personas con problemas de movilidad ya lo tenían crudo para desplazarse cada día por la ciudad, sólo les faltaba enfrentarse a las trabas físicas impuestas por las obras del tranvía. Así lo explica María del Mar Martínez, vicepresidenta de Aspaym (Asociación de Parapléjicos y Grandes Discapacitados Físicos): «Las plataformas metálicas que han puesto para que crucen los peatones son demasiado estrechas y, muchas veces, se nos queda enganchada la silla». La casualidad quiso que momentos después de hacer estas declaraciones viviéramos un momento tenso en el paso de peatones de la avenida Ronda de Levante, más próximo a la plaza Circular, cuando nos cruzamos con un vendedor de la ONCE que iba en una silla de ruedas eléctrica y que no pudo controlar cuando las ruedas se le atravesaron en la plataforma. «¡Esto es una mierda!», gritó enfadadado. «¿Quiere que le ayude?» se apresuró a decirle uno de los trabajadores de la obra, aunque rechazó su ayuda para cruzar.
Otro de los pasos de peatones en obras por el tranvía y de uso diario por María del Mar es el de la Avenida Juan de Borbón más próximo al Centro de Salud, que cuenta con un jardín delante al que esta joven suele llevar a pasear a sus perros, Boro y Luna, un golden y una mestiza que, en ocasiones, se convierten en sus manos y sus pies, ya que tiran de ella a través de unas correas que lleva sujetas a la silla. «Como no es un piso firme, a mis perros les da miedo pasar por la plataforma y me veo obligada a cruzar por otro paso de peatones, que no tiene plataforma, delante del colegio de los Maristas».
María del Mar, que ahora tiene 45 años, está en silla de ruedas desde que un accidente de tráfico, por exceso de velocidad, en el que murieron sus otros dos acompañantes, la dejó parapléjica a los 17 años.
Además de ser vicepresidenta de Aspaym, se encarga de dar charlas a los chavales en colegios e institutos para evitar lesiones medulares. Les advierte de que deben llevar bien sujetas las cordoneras y evitar sentarse sobre dos patas en las sillas para evitar caídas. Y, por supuesto, les da consejos para que lleven siempre el casco si van en moto y eviten el exceso de velocidad si no quieren exponerse a un terrible accidente como el que sufrió ella y, por desgracia, otros muchos jóvenes.
Las dificultades impuestas por las obras del tranvía son tan sólo un añadido a las que ya se enfrentaban cada día al salir a la calle. «El problema es la falta de concienciación -indica-. La gente no piensa que si sube el coche o la furgoneta a la acera deja ésta sin espacio suficiente para que pase la silla de ruedas». Ella lo sabe y, por eso, en determinadas calles como las de Vistalegre, barrio que se conoce bien porque vive en él, prefiere ir por enmedio de la calzada. El motivo es claro, si se sube por el vado y avanza por la acera y se encuentra un obstáculo, entonces sí que necesita pedir ayuda a alguien para bajar de la acera porque no puede hacerlo por sí misma.
Otro problema es el de las plazas de aparcamiento para minusválidos. Ella conduce un coche. Aprendió a manejarlo durante el año de estancia en Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo, que precisamente visitaba esta semana pasada el consejero de Política Social Joaquín Bascuñana, donde hay 15 murcianos ingresados en estos momentos. «Es un problema que, por desgracia, afecta cada vez a más gente porque no sólo hay muchos jóvenes en sillas de ruedas, en gran parte por culpa de accidentes, sino también mucha gente mayor. Se vive más pero algunos en peores condiciones».
La Concejalía de Seguridad ha querido echarles una mano poniendo en marcha una campaña para multar sin piedad a quienes aparcan en plazas para minusválidos, sin estar autorizados para ello. En tan sólo un mes, entre el 15 de febrero y el 16 de marzo, la grúa retiró y sancionó a 116 conductores a los que multó con 200 euros por aparcar en zona de minusválidos más otros 70 por llevar el vehículo al depósito de la grúa. Otros 7 conductores llegaron justo cuando les estaban retirando el vehículo y sólo pagaron la mitad de la sanción.
Y si obstáculos hay en la vía pública, no digamos con los accesos a comercios o portales de viviendas. En muchos casos, el propietario se queda tan tranquilo pensando que vale cualquier rampa; pero no tiene en cuenta ni el grado de inclinación, ni si es lo suficientemente ancha para que quepa una silla de ruedas. Hay casos muy curiosos, como en un local de la plaza Circular donde han puesto rampa, pero la puerta abre hacia afuera, con lo cual un discapacitado físico en silla de ruedas no puede valerse por sí solo.
Por la puerta de atrás
Incluso en los organismos oficiales tienen problemas. Hasta hace algún tiempo no tenían rampa en la puerta principal de Delegación de Hacienda y tenían que entrar por detrás. Esto ya está solventado y cuenta con una rampa con una puerta de acceso exclusivo para minusválidos y carritos de niño pequeño, aunque hay que llamar al timbre para que abran. En el Instituto Nacional de la Seguridad Social, en el paseo de Alfonso X, también hay rampa, pero tiene tal grado de inclinación que hay que tomar carrerilla para subirla. De hecho, cuando María del Mar hizo la prueba, faltó tiempo para que un joven que pasaba por allí se brindara a ayudarla al verle realizar tan gran esfuerzo.
En cuanto a hoteles y restaurantes, María del Mar indica que «aún queda mucho por hacer. Estamos hartos de tener que entrar por las puertas de la cocina o la trasera porque en la puerta principal hay escalones. No hay derecho porque nosotros pagamos como el resto de los clientes».
Otro problema son los cines. Algunos de los más antiguos, como las salas de Centrofama, están descartadas porque hay escaleras y carecen de ascensor. Pero es que en las nuevas salas de los centros comerciales Thader y Nueva Condomina, como hay escalones en el interior, colocan a los discapacitados en la primera fila, por lo que se ven obligados a ver las películas muy de cerca.

CAMPAÑA DE LA GRÚA
116 vehículos han sido retirados por la grúa en el último mes por aparcar indebidamente en zona reservada a minusválidos
200 euros es el importe de la multa a quienes no respetaron la zona reservada, además de otros 70 euros por el traslado de la grúa
ALGUNOS PROBLEMAS DE ACCESIBILIDAD
Utilizan los probadores deminusválidos como almacén. Una socia de Aspaym se queja de que cuando va a centros comerciales tiene que esperar a que el responsable de probadores retire todas las cajas y «luego está todo lleno de pelusas y polvo».
Cines. «La moda de los arquitectos, para ahorra espacio, es poner el salón de butacas hacia arriba, por lo que hay que subir escalones. El sitio reservado a miusválidos está en la primera fila, a 5 ó 6 metros del a pantalla, con lo que terminas con tortícolis y mareo
Baños en discotecas y pub. Suelen ser muy estrechos y no entra la silla o el reservado para minusválidos está ocupado por personas que no están discapacitadas
Cruzar el puente de Terra Natura. Guzmán vive en el Mirador de Agridulce II y algunas veces ha querido bajar hasta la parada del tranvía de Espinardo en silla, y tiene grandes problemas para cruzar justo antes de Terra Natura. «Las veces que he querido bajar a Espinardo he tenido que ir por la carretera, con el peligro que ello conlleva»
Ocupan los aparcamientos de minusválidos. «Casi siempre están ocupados por coches que no tienen tarjeta y, lo que es peor, a veces tienen tarjeta y cuando he visto llegar al dueño del vehículo no tiene ningún problema».

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