El cuarto ciclo de La Conservera de Ceutí muestra obras de cuatro mujeres, desde un inquietante cuarto oscuro a un diáfano espacio rosa repleto de flores pintadas
27.03.10 - 01:16 -
GONTZAL DÍEZ gdiez@laverdad.es MURCIA.
Cuarto ciclo de La Conservera, Centro de Arte Contemporáneo de Ceutí (algo más de un millón de euros de presupuesto para el 2010. Unos 4.000 visitantes al trimestre). De la oscuridad a la luz. Galaxias desplomadas, cuartos oscuros, espacios floreados color rosa y torbellinos marítimos. Diversas intenciones, estéticas diversas y propuestas en muchas direcciones. Cuatro artistas, según Pablo del Val, que tienen en común «la relación entre la experiencia y la naturaleza, lo onírico y la memoria».
Cuatro mujeres de cuatro generaciones: Lili Dujourie (Roeselare, Bélgica, 1941), Carolina Silva (Madrid, 1975), Lily van der Stokker (Hertogenbosch, Países Bajos, 1954) y Elena del Rivero (Valencia, 1949). ¿Existe un arte feminista? No está claro. Van der Stokker se define como una «artista pop feminista», a Del Rivero no le interesa «revisar conceptos caducos», pero sí «la diferencia como fenómeno social y en ese sentido sí me interesa el feminismo»; para Dujourie, feminismo es «una palabra más cercana al 68 que a la actualidad», Silva cree que es un concepto que «no pertenece al presente en el contexto en el que yo me muevo».
Polvo de cristal
Lentejuelas, perlas, polvo de cristal y azabaches son los brillantes materiales que emplea Elena del Rivero en 'A drawing fallen from the sky' ('Un dibujo caído del cielo'). Un espacio oscuro en el que hay una enorme nebulosa caída. Del Rivero ya había trabajado en otras ocasiones con el concepto de Vía Láctea. «Un viaje de la luz a la oscuridad», argumenta la artista valenciana. «Todo un reto», añade. Temperatura y sonido en ese extraño espacio oscuro. Hace frío y se escucha el ruido de Ceutí en tiempo real: el tráfico, las campanas, algún que otro claxon. Es como llegar al cráter y descubrir una inmóvil danza de pequeños objetos brillantes. «Habla de lo exterior y de lo interior, de lo público y lo privado», señala. La pieza está basada en el mito de Andrómeda, a quien el rey Cefeo la dejó encadenada a una roca, desnuda y enjoyada, donde la encontró Perseo. Tras su muerte, Andrómeda fue situada por Atenea entre las constelaciones del Norte, cerca de Perseo y Casiopea.
Esta muestra conecta con 'Flying letters', que Elena del Rivero expone en Espacio AV. Elena del Rivero se encontraba en Nueva York el 11-S. Con los cientos de papeles -3.500 trozos- que entraron en su estudio presentó en 2006 una instalación en el IVAM. «Me interesa los conceptos de herida y remiendo y emplear todo aquello que tengo cerca. En esa pieza del 11-S descubrí la importancia del paso del tiempo en el arte contemporáneo, donde todo ocurre rápidamente».
- ¿Una mujer optimista?
- Me gusta la vida.
- ¿El arte nos salva de algo?
- No, el arte es aprendizaje, curiosidad, reto, comunicación.
Cuarto oscuro
'Sombras de duda', de Carolina Silva, es una video-instalación, en un espacio circular a oscuras, de once metros de diámetro. Una animación protagonizada por figuras de niños, dibujados a lápiz, que aparecen como fantasmas en el espacio. Silva habla de conceptos como «aparición, desaparición, levitación, espacios cerrados y abiertos, ausencia y presencia».
Otra sala -'Agua eléctrica'- es un auténtico, claustrofóbico e inquietante cuarto oscuro tapizado (un raro color marfil o un blanco sucio) con cientos de pequeños carteles de 'Peligro de muerte' con sus calaveras electrocutadas. La luz se enciende y se apaga. El suelo, además, está en desnivel. Un fogonazo que permite ver una claraboya y una escalera de cristal (realizada a mano por la Real Fábrica de Cristales de La Granja). Regresa la oscuridad, vuelve por unos instantes la luz. Clic, clac. Apagado, encendido. Clic, clac. Una instalación, argumenta, «relacionada con elementos de la infancia y la memoria». Un espacio que propone una línea entre «lo conocido y lo desconocido, el interior y el exterior y que busca la forma de conectar estas dos realidades».
- Inquietante.
- Busca crear un cierto desasosiego en el espectador.
- ¿A qué tiene miedo?
- A lo demasiado controlado y ordenado: los hospitales, las oficinas... Los cuartos oscuros siempre me han parecido espacios mágicos donde ocurren cosas que no pueden pasar en ningún otro lugar.
- ¿El arte ayuda a conjurar el miedo o a adentrarnos en el conflicto?
- Nos permite abrir ventanas a otros mundos y adentrarnos en otros misterios. El arte crea situaciones y rompe la mirada de la cotidianidad. Quizá el arte esté muy cerca del silencio y la oscuridad.
En el exterior, en lo alto, una chimenea en desuso comienza a humear. Es su tercera pieza, titulada 'Todas las voces muertas'.
Un mundo rosa
Y de la oscuridad más profunda a una claridad desmedida. Lily van der Stokker ha realizado una pintura de descomunales dimensiones en el suelo, 'Flower Floor Painting', 40 x 14 metros, que repta por la pared hasta alcanzar el metro y medio. Rosa chicle, flores inmensas -muchas flores-, colores naif -colores de ropa de bebé-. Todo con un depurado aspecto inocente. Una especie de gran guardería a la que hay que entrar descalzos (te dejan unos bonitos calcetines de colores, yo elijo unos color pistacho). Van der Stokker dice que ella busca la belleza. ¿Qué es la belleza? No lo sabe, ella «busca», dice dentro de ese espacio-parvulario. En la Expo 2000 de Hanover presentó un gran edificio pintado de rosa. Otra, dice, intensa búsqueda de la belleza. «Todo el mundo me preguntaba por qué había realizado algo tan feo..., pero, ¿qué es la belleza?».
-¿Qué es este jardín, jardín de infancia más bien?
-Me gusta el arte en el que uno puede entrar en vez de mirar. Soy una artista optimista. Me apasiona el color y me interesan mucho las flores vinculadas con el concepto de belleza. Tantas flores suelen molestar a la gente. Pero mi misión, como artista y persona, es mostrar un lado amable y amistoso.
- ¿Usted cree que se puede ser optimista en el siglo XXI?
- ¡Claro! Cada uno de nosotros, en nuestra casa, con nuestra familia, somos gente optimista.
- ¿Qué es el arte?
- Una aventura. Una aventura donde las realidades nacen de las fantasías. He denominado a mi trabajo 'el grafiti que surge de una chica dulce'. Esa soy yo.
- Se declara feminista.
- Sí, pero mi arte no trata de la vitimización sino de la celebración de ser mujer. No me dan miedo los clichés feministas.
Hacia el mar
La artista belga Lili Dujourie presenta cinco nuevas esculturas en papel tituladas 'Maelstrom'. Estas piezas se asemejan a formas orgánicas que surgen del suelo como si fuesen raíces y toman su nombre del torbellino marítimo noruego. En una sala hay siete monitores (uno por cada día de la semana). Está en movimiento el que corresponde al viernes. La playa de Ostende. Pasa una gaviota. Las otras seis televisiones muestran la misma playa inmóvil, con distintas mareas. Hoy se encenderá el monitor del sábado. «El mar es una metáfora de lo que hemos sido y de lo que seremos. El mar es siempre una posibilidad de huida», subraya.
En todo el espacio se exponen obras en barro cocido tituladas 'Memorias de las manos', que se centran en «la sensualidad e inmediatez del material». Una vuelta, explica, «a la esencia de las cosas». «Todo lo que hemos tocado en la vida está en las manos; es algo así como la búsqueda del tiempo perdido de Proust. Estas piezas dialogan con las piezas del suelo que parecen raíces. Hablan de la experiencia», argumenta Dujourie.
En el segundo piso se ubica una de las piezas más importantes y centrales de la artista,' Jeu de Dames', 1987 ('Juego de damas'). Obra realizada en mármol y terciopelo que engloba todo el vocabulario estético que ha desarrollado Dujourie.
- ¿El arte es memoria?
-No. Vivimos en un tiempo caótico que, a la vez, es una fantástica aventura. El arte tiene la memoria de las cosas, pero en movimiento.
- ¿Una mujer nostálgica?
- No, siempre miro hacia delante, jamás hacia atrás.
27.03.10 - 01:16 -
GONTZAL DÍEZ gdiez@laverdad.es MURCIA.
Cuarto ciclo de La Conservera, Centro de Arte Contemporáneo de Ceutí (algo más de un millón de euros de presupuesto para el 2010. Unos 4.000 visitantes al trimestre). De la oscuridad a la luz. Galaxias desplomadas, cuartos oscuros, espacios floreados color rosa y torbellinos marítimos. Diversas intenciones, estéticas diversas y propuestas en muchas direcciones. Cuatro artistas, según Pablo del Val, que tienen en común «la relación entre la experiencia y la naturaleza, lo onírico y la memoria».
Cuatro mujeres de cuatro generaciones: Lili Dujourie (Roeselare, Bélgica, 1941), Carolina Silva (Madrid, 1975), Lily van der Stokker (Hertogenbosch, Países Bajos, 1954) y Elena del Rivero (Valencia, 1949). ¿Existe un arte feminista? No está claro. Van der Stokker se define como una «artista pop feminista», a Del Rivero no le interesa «revisar conceptos caducos», pero sí «la diferencia como fenómeno social y en ese sentido sí me interesa el feminismo»; para Dujourie, feminismo es «una palabra más cercana al 68 que a la actualidad», Silva cree que es un concepto que «no pertenece al presente en el contexto en el que yo me muevo».
Polvo de cristal
Lentejuelas, perlas, polvo de cristal y azabaches son los brillantes materiales que emplea Elena del Rivero en 'A drawing fallen from the sky' ('Un dibujo caído del cielo'). Un espacio oscuro en el que hay una enorme nebulosa caída. Del Rivero ya había trabajado en otras ocasiones con el concepto de Vía Láctea. «Un viaje de la luz a la oscuridad», argumenta la artista valenciana. «Todo un reto», añade. Temperatura y sonido en ese extraño espacio oscuro. Hace frío y se escucha el ruido de Ceutí en tiempo real: el tráfico, las campanas, algún que otro claxon. Es como llegar al cráter y descubrir una inmóvil danza de pequeños objetos brillantes. «Habla de lo exterior y de lo interior, de lo público y lo privado», señala. La pieza está basada en el mito de Andrómeda, a quien el rey Cefeo la dejó encadenada a una roca, desnuda y enjoyada, donde la encontró Perseo. Tras su muerte, Andrómeda fue situada por Atenea entre las constelaciones del Norte, cerca de Perseo y Casiopea.
Esta muestra conecta con 'Flying letters', que Elena del Rivero expone en Espacio AV. Elena del Rivero se encontraba en Nueva York el 11-S. Con los cientos de papeles -3.500 trozos- que entraron en su estudio presentó en 2006 una instalación en el IVAM. «Me interesa los conceptos de herida y remiendo y emplear todo aquello que tengo cerca. En esa pieza del 11-S descubrí la importancia del paso del tiempo en el arte contemporáneo, donde todo ocurre rápidamente».
- ¿Una mujer optimista?
- Me gusta la vida.
- ¿El arte nos salva de algo?
- No, el arte es aprendizaje, curiosidad, reto, comunicación.
Cuarto oscuro
'Sombras de duda', de Carolina Silva, es una video-instalación, en un espacio circular a oscuras, de once metros de diámetro. Una animación protagonizada por figuras de niños, dibujados a lápiz, que aparecen como fantasmas en el espacio. Silva habla de conceptos como «aparición, desaparición, levitación, espacios cerrados y abiertos, ausencia y presencia».
Otra sala -'Agua eléctrica'- es un auténtico, claustrofóbico e inquietante cuarto oscuro tapizado (un raro color marfil o un blanco sucio) con cientos de pequeños carteles de 'Peligro de muerte' con sus calaveras electrocutadas. La luz se enciende y se apaga. El suelo, además, está en desnivel. Un fogonazo que permite ver una claraboya y una escalera de cristal (realizada a mano por la Real Fábrica de Cristales de La Granja). Regresa la oscuridad, vuelve por unos instantes la luz. Clic, clac. Apagado, encendido. Clic, clac. Una instalación, argumenta, «relacionada con elementos de la infancia y la memoria». Un espacio que propone una línea entre «lo conocido y lo desconocido, el interior y el exterior y que busca la forma de conectar estas dos realidades».
- Inquietante.
- Busca crear un cierto desasosiego en el espectador.
- ¿A qué tiene miedo?
- A lo demasiado controlado y ordenado: los hospitales, las oficinas... Los cuartos oscuros siempre me han parecido espacios mágicos donde ocurren cosas que no pueden pasar en ningún otro lugar.
- ¿El arte ayuda a conjurar el miedo o a adentrarnos en el conflicto?
- Nos permite abrir ventanas a otros mundos y adentrarnos en otros misterios. El arte crea situaciones y rompe la mirada de la cotidianidad. Quizá el arte esté muy cerca del silencio y la oscuridad.
En el exterior, en lo alto, una chimenea en desuso comienza a humear. Es su tercera pieza, titulada 'Todas las voces muertas'.
Un mundo rosa
Y de la oscuridad más profunda a una claridad desmedida. Lily van der Stokker ha realizado una pintura de descomunales dimensiones en el suelo, 'Flower Floor Painting', 40 x 14 metros, que repta por la pared hasta alcanzar el metro y medio. Rosa chicle, flores inmensas -muchas flores-, colores naif -colores de ropa de bebé-. Todo con un depurado aspecto inocente. Una especie de gran guardería a la que hay que entrar descalzos (te dejan unos bonitos calcetines de colores, yo elijo unos color pistacho). Van der Stokker dice que ella busca la belleza. ¿Qué es la belleza? No lo sabe, ella «busca», dice dentro de ese espacio-parvulario. En la Expo 2000 de Hanover presentó un gran edificio pintado de rosa. Otra, dice, intensa búsqueda de la belleza. «Todo el mundo me preguntaba por qué había realizado algo tan feo..., pero, ¿qué es la belleza?».
-¿Qué es este jardín, jardín de infancia más bien?
-Me gusta el arte en el que uno puede entrar en vez de mirar. Soy una artista optimista. Me apasiona el color y me interesan mucho las flores vinculadas con el concepto de belleza. Tantas flores suelen molestar a la gente. Pero mi misión, como artista y persona, es mostrar un lado amable y amistoso.
- ¿Usted cree que se puede ser optimista en el siglo XXI?
- ¡Claro! Cada uno de nosotros, en nuestra casa, con nuestra familia, somos gente optimista.
- ¿Qué es el arte?
- Una aventura. Una aventura donde las realidades nacen de las fantasías. He denominado a mi trabajo 'el grafiti que surge de una chica dulce'. Esa soy yo.
- Se declara feminista.
- Sí, pero mi arte no trata de la vitimización sino de la celebración de ser mujer. No me dan miedo los clichés feministas.
Hacia el mar
La artista belga Lili Dujourie presenta cinco nuevas esculturas en papel tituladas 'Maelstrom'. Estas piezas se asemejan a formas orgánicas que surgen del suelo como si fuesen raíces y toman su nombre del torbellino marítimo noruego. En una sala hay siete monitores (uno por cada día de la semana). Está en movimiento el que corresponde al viernes. La playa de Ostende. Pasa una gaviota. Las otras seis televisiones muestran la misma playa inmóvil, con distintas mareas. Hoy se encenderá el monitor del sábado. «El mar es una metáfora de lo que hemos sido y de lo que seremos. El mar es siempre una posibilidad de huida», subraya.
En todo el espacio se exponen obras en barro cocido tituladas 'Memorias de las manos', que se centran en «la sensualidad e inmediatez del material». Una vuelta, explica, «a la esencia de las cosas». «Todo lo que hemos tocado en la vida está en las manos; es algo así como la búsqueda del tiempo perdido de Proust. Estas piezas dialogan con las piezas del suelo que parecen raíces. Hablan de la experiencia», argumenta Dujourie.
En el segundo piso se ubica una de las piezas más importantes y centrales de la artista,' Jeu de Dames', 1987 ('Juego de damas'). Obra realizada en mármol y terciopelo que engloba todo el vocabulario estético que ha desarrollado Dujourie.
- ¿El arte es memoria?
-No. Vivimos en un tiempo caótico que, a la vez, es una fantástica aventura. El arte tiene la memoria de las cosas, pero en movimiento.
- ¿Una mujer nostálgica?
- No, siempre miro hacia delante, jamás hacia atrás.
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