Más de 30.000 personas acuden a la Fiesta de las Cuadrillas
La Hermandad de Ánimas cantó en la misa con la que se inició el programa
J. F. Robles/ La Verdad
Parecía imposible pero sucedió. Barranda multiplicó por treinta su población y acogió a unas 30.000 personas en la XXXIV edición de la Fiesta de las Cuadrillas. La música tradicional y el baile suelto desafiaron una vez más al frío invierno del Noroeste murciano. Los acordes de los instrumentos de cuerda brillaron por encima de las bajas temperaturas.
Barranda volvió a ser, pese a la crisis y la falta de subvenciones de otras ediciones, la meca de las cuadrillas de toda España. Las calles de la localidad mostraron su cara más amable y hospitalaria para acoger a quienes decidieron no perderse 'la fiesta'.
La cuadrilla de la Hermandad de Ánimas de Caravaca de la Cruz cantó en la misa con la que se iniciaba el programa, mientras la organización disponía todo lo necesario en las calles principales de esta pedanía caravaqueña para servir, una vez más, un exquisito menú salpicado con música de raíz y aderezado por el baile suelto de los más atrevidos. Al finalizar la eucaristía, en la puerta del templo, se procedió a realizar la recepción de las cuadrillas participantes.
Homenaje a Alfonso Botía
Los Aguilanderos de Barranda, anfitriones de la fiesta, decidieron en esta ocasión rendir un merecido homenaje a Alfonso Botía 'El Minchel', de la cuadrilla de La Encarnación. En el transcurso de la mañana, Carlos Blanco, director del Museo de Música Étnica de Barranda, dio a conocer la decisión de los rectores del museo de dedicar una sala al Tío Juan Rita, guión de la Cuadrilla de Aledo, que ayer fue uno de los principales protagonistas de la jornada en las vísperas de su centenario. Juan Rita cumplirá 100 años el próximo mes de febrero y sus compañeros le han preparado un homenaje que tendrá lugar el sábado, 11 de febrero, en el restaurante Pedro Miras, de Totana.
El Mercado de Tradiciones Campesinas se ha convertido, en su segunda edición, en el completo gastronómico y artesanal de la fiesta. La presencia de miles de personas recorriendo las principales calles de la localidad hacían casi imposible el tránsito desde el lugar en el que estaba una cuadrilla hasta donde estaba ubicada la siguiente.
Desde la cuadrilla de Aledo, ubicada en El Muelle, hasta la Hermandad de Ánimas de Caravaca, situada en la antigua carretera de Caravaca, los amantes de la música tradicional y al baile suelto pudieron disfrutar con las actuaciones de la Ronda de Lucena del Cid (Castellón), la cuadrilla de Cuesta de Gos (Águilas), la cuadrilla de Aguaneras (Lorca), la cuadrilla del Campo San Juan, El Sabinar y Calar de la Santa (Moratalla), la Ronda de Los Llanos (Albacete), la cuadrilla de Zarcilla de Ramos (Murcia), la Panda de Verdiales Baños del Carmen (Málaga), la cuadrilla de Torreagüera (Murcia), la cuadrilla de Purias (Murcia), la Ronda de Motilleja (Albacete) y, por supuesto, con los Aguilanderos de Barranda.
Durante toda la mañana, la música se adueño de las calles de Barranda. Hubo un receso para reponer fuerzas y las cuadrillas se refugiaron en el salón social para dar cuenta de las viandas preparadas por la organización. No hubo tiempo para la digestión, ya que a primera hora de la tarde las cuadrillas volvieron a tomar la calle para el tradicional 'choque' entre unas y otras agrupaciones.
Cientos de personas se agolpaban en torno a cada grupo en un rosario musical al amparo de olmos, álamos y casas.
Cuando los primeros rayos del sol se perdían por encima de las cumbres de la Sierra de Mojantes, músicos y cuadrilleros regresaron al salón para iniciar el baile suelto que se prolongó hasta bien entrada la noche.
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