El asalto a una antigua casa de empeños deja malherida a la dueña y eleva la alerta del gremio
07.03.10 - 00:59 -
ROCÍO GONZÁLEZ CARTAGENA. / la Verdad
07.03.10 - 00:59 -
ROCÍO GONZÁLEZ CARTAGENA. / la Verdad
El negocio del oro sigue atrayendo a los ladrones y atemoriza cada vez más a los comerciantes. Regentar una casa de empeño se está convirtiendo en un peligro para sus dueños. Ya van dos agresiones en menos de un mes. El primero en sufrir un altercado fue un joyero de la calle Cuatro Santos. La siguiente atacada ha sido la dueña de una antigua casa de compraventa de oro del barrio de la Concepción. La sorpresa también se la llevó el ladrón al descubrir que en este último comercio se venden ahora periódicos.
«Mira, tengo puñaladas por todo el cuerpo», mostró ayer P. B. A., la mujer agredida el pasado miércoles en su quiosco del barrio de la Concepción. El agresor iba con un cuchillo jamonero, que utilizó para ensañarse con ella. La víctima está cubierta de cortes en los muslos, la barriga y los brazos. Nunca olvidará quién le hizo esas marcas. «Sí, aún me acuerdo de su cara. Era un muchacho joven. ¡Madre mía, llevaba el cuchillo más grande que he visto en mi vida!», repite una y otra vez la tendera.
La mujer está asustada y ni se lo piensa dos veces cuando advierte de que la próxima vez que no esté su marido en la tienda, cerrará la puerta con llave y sólo abrirá a los conocidos.
Dos atracos en un mes
Al matrimonio le consuela saber que podría haber sido peor. «Me llamó diciendo que la habían matado pero por lo menos está bien», comentó el marido de la agredida.
Esta vecina cuenta que es la segunda vez que se libra de algo así. Conocía a José Antonio, el joyero asaltado hace dos semanas en su establecimiento de la calle Cuatro Santos. «El mismo día que entraron los atracadores en su tienda iba a ir a verle. Al final me lo pensé mejor y le llamé por teléfono», recuerda mientras suspira aliviada, ya que podría estar en peores condiciones de las que se encuentra.
Los sistemas de vigilancia y las alarmas de poco le sirvieron de poco. «Pulsé el botón para avisar a la Policía Nacional y vinieron a los quince minutos.», aseguró la agredida.
No es la única que se queja. Juan Dato, el presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio de la Concepción, reclama más presencia policial: «La Policía Local sólo viene a poner multas pero en otro tipo de casos como en los robos no se le ve el pelo y si se les avisa, llegan tarde».
El director general de Seguridad del Ayuntamiento, Carlos Nieto, afirmó que en el barrio de Quitapellejos hay presencia constante de la Policía Local y recordó que la seguridad ciudadana es competencia de la Comisaría.
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