PACO ESPADAS / la Verdad
El Museo Arqueológico 'Los Baños' acoge desde mañana una exposición sobre los trabajos en la cueva, única en Europa
Los espeleólogos luchan contra la falta de oxígeno y el calor para explorar sus 80 metros
Cuenta la leyenda que en el siglo I después de Cristo, los romanos encontraron a los pies de un cerro un manantial de agua caliente. Como buenos amantes del termalismo, el pueblo nacido a orillas del Tíber construyó en ese lugar una termas que se utilizaron hasta el siglo IV, y que después aprovecharon los musulmanes, reutilizando las salas abovedadas romanas incorporaron nuevos lucernarios. Dicen que quizás ese fue el momento del nacimiento del poblado al que se llamo Al-hamma, la actual Alhama, literalmente, 'baño de aguas calientes'.
En la Edad Media las 'aguas calientes' sufrieron una época de declive, hasta que en el año 1848 se construyó en ese lugar un hotel-balneario, demolido en 1972. En años posteriores los arqueólogos encontraron un auténtico tesoro, se trataba de los restos de las anteriores civilizaciones y sus baños, hoy en día todo esto se puede ver en el Museo Arqueológico 'Los Baños de Alhama', museo que alberga desde mañana la exposición 'La Sima del Vapor del Cerro del Castillo de Alhama, la sima caliente más profunda de Europa'.
El nivel freático en la Región ha descendido con el paso del tiempo más de cien metros de profundidad. Y eso ha provocado que ahora las aguas calientes de Alhama no manen por sí solas, pero se sientan en la piel cuando te acercas a la Sima del Vapor, o Cueva del Vapor, como se la conoce popularmente.
Se trata de una estrecha y circular gruta con ochenta metros de profundidad en el Cerro del Castillo, que alcanza los cuarenta grados de temperatura en su interior, así como un 97% de humedad relativa y un nivel de oxígeno de tan sólo el 17%. Estas circunstancias son todo un riesgo, porque en su interior el cansancio y la somnolencia pueden llevarte a lo que los espeleólogos llaman 'la muerte dulce', ya que en ese momento no nos daríamos cuenta que se está acabando nuestra vida.
En palabras del espeleólogo murciano Andrés Ros, que junto a su equipo realiza estos días una exploración de la sima -trabajo que se podrá ver precisamente en el Museo Arqueológico Los Baños a partir de mañana- los niveles de oxígeno en esta cueva son muy bajos, haciendo falta equipos de aire para respirar en su interior. Se trata de una cueva «de alto riesgo y difícil», pero considerada una joya científica en la que se soportan condiciones muy duras. De hecho, para tomar las imágenes se tuvieron que utilizar siete flashes y dos cámaras.
Vida en condiciones extremas
La Falla de Alhama o del Guadalentín es la culpable del calentamiento de las aguas subterráneas que llegan hasta Mazarrón, Cartagena, Fortuna y Mula. En su interior se llegan a alcanzar temperaturas de hasta sesenta grados. La sima de Alhama está considerada como 'extrema', de hecho, por la boca de la sima sale un vapor casi constante y se alcanzan los treinta grados de temperatura en comparación con los doce que en ese instante había en el exterior.
Según Ros, en la década de los años cincuenta del pasado siglo un equipo de espeleólogos suizos realizo una expedición en esta cueva, encontrando una fauna cavernícola adaptada a la cueva. Se trata de una vida muy pequeña que vive en ambientes extremos sin nada que comer, y que está dando resultados excepcionales en la lucha contra enfermedades como el cáncer, según los últimos estudios realizados en cuevas similares de Estados Unidos.
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