Alfonso Ruiz eligió el esparto para encarnar a la bestia mitológica en su recorrido hasta la plaza de España
13.02.10 - 00:57 -
A. SOLER / La Verdad
13.02.10 - 00:57 -
A. SOLER / La Verdad
La Mussona ya anda suelta por Águilas. Alfonso Ruiz de Haro se transformó en un híbrido entre en un ser humano y un animal, con forma de jabalí y la cara tiznada, que salió de la oscuridad del Castillo San Juan de las Águilas tras ser invocada. Su séquito, integrado por 30 pequeñas Mussonas, imploró al ser con el sonido de las caracolas y, una vez resurgió de entre las rocas, se encargó de guiarle en el tradicional recorrido que une la cima de la fortaleza con el centro del pueblo, la plaza de España, descendiendo por la Calle Murillo.
Domada por su antecesor
La bestia no paró de gruñir, de trepar por los peñascos y paredes de casas que se encontró a su paso y de asustar a los curiosos que quisieron ver al personaje desde cerca. Al grito unánime de «¡Mussonana, Mussonana!», el ser nigromántico fue descendiendo del Castillo, domado por la anterior Mussona, Ángela Cegarra, tal y como manda la tradición.
Alfonso Ruiz se atavió con un traje lleno de esparto, con un hocico pronunciado, larga melena morena, unos colmillos afilados apuntando hacia arriba y, en definitiva, con un aspecto bestial. Sobre la madrugada, llegó a su destino, donde su séquito volvió a entonar el sonido de las caracolas (en una actuación idéntica a la que expuso en la gala del Cambio de Poderes) y oficiar definitivamente la suelta de la Mussona y el inicio del Carnaval 2010.
Domada por su antecesor
La bestia no paró de gruñir, de trepar por los peñascos y paredes de casas que se encontró a su paso y de asustar a los curiosos que quisieron ver al personaje desde cerca. Al grito unánime de «¡Mussonana, Mussonana!», el ser nigromántico fue descendiendo del Castillo, domado por la anterior Mussona, Ángela Cegarra, tal y como manda la tradición.
Alfonso Ruiz se atavió con un traje lleno de esparto, con un hocico pronunciado, larga melena morena, unos colmillos afilados apuntando hacia arriba y, en definitiva, con un aspecto bestial. Sobre la madrugada, llegó a su destino, donde su séquito volvió a entonar el sonido de las caracolas (en una actuación idéntica a la que expuso en la gala del Cambio de Poderes) y oficiar definitivamente la suelta de la Mussona y el inicio del Carnaval 2010.
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