La Opinión
Los tribunales empiezan a cambiar su percepción sobre el exceso de ruido. Un juzgado acaba de imponer un año de prisión a los dueños de un bar de Mula por sobrepasar los niveles permitidos y la Audiencia Provincial de Murcia ha abierto la puerta para considerar como lesiones las molestias producidas por el volumen excesivo de la música
DAVID CANELLADA La Fiscalía de Medio Ambiente del TSJ de Murcia ha declarado la guerra al ruido excesivo de los bares. Poco a poco, el ministerio público ha ido ganando pequeñas batallas que han cambiado de forma progresiva la percepción de los tribunales sobre este fenómeno. Tanto, que la Audiencia Provincial de Murcia ya ha abierto el camino para que las molestias provocadas por los ruidos sean consideradas como un delito de lesiones. Las dos últimas batallas de esta particular guerra se han librado en Mula y en Archena. La primera, en concreto, condena a un año de cárcel a los propietarios de la discoteca Sabor Latino, ubicada en la carretera de Murcia, por un delito contra el medio ambiente. La sentencia -dictada por el Juzgado de lo Penal número Uno de Murcia el pasado mes de octubre- impone también una sanción de algo más de 1.400 euros a los propietarios, que deberán indemnizar con 12.000 euros a dos vecinos y a los que se prohíbe abrir un nuevo local durante un periodo de un año.La sentencia señala que el local posee una licencia municipal de café-bar con música ambiental, concedida por el ayuntamiento de Mula en el año 1993. Sin embargo, según el texto, la discoteca carecía de calificación ambiental y de acta de puesta en marcha y funcionamiento. Además, la sentencia tiene en cuenta varias mediciones realizadas por la Guardia Civil tras las denuncias de varias vecinos, que incluso necesitaron asistencia médica en urgencias en varias ocasiones. Las mediciones contenidas en la sentencia se produjeron entre el uno de junio del año 2003 y el cinco de diciembre de 2005. En la primera, los agentes realizaron hasta seis mediciones en casa de una de los vecinos afectados entre las doce y la una de la madrugada. Todas ellas superaban los niveles máximos fijados en la normativa autonómica (40 decibelios en el interior de las viviendas) y local (30 db). Las mediciones en el interior del local (95,40 db, 90,30 db y 93,20 db) también superaban los límites permitidos (80 db en la normativa autonómica y 75 en la local). En el segundo caso, la Audiencia Provincial de Murcia vincula de forma directa los excesos del pub Fraggel Rock, en Archena, con la ansiedad, el insomnio y los cuadros depresivos crónicos padecidos por un grupo de vecinos que vivían junto al citado local. Esta resolución -que confirma una decisión anterior del Juzgado de lo Penal número 5 de Murcia-, condena a los dueños de este bar a una pena de dos años y medio de prisión y a indemnizar a cada uno de los seis afectados con 10.000 euros. En este caso, la mediciones realizadas por los agentes de la Policía Local registraron niveles de hasta 102 decibelios, a las dos y media de la madrugada, en la vivienda de uno de los vecinos.
Los tribunales empiezan a cambiar su percepción sobre el exceso de ruido. Un juzgado acaba de imponer un año de prisión a los dueños de un bar de Mula por sobrepasar los niveles permitidos y la Audiencia Provincial de Murcia ha abierto la puerta para considerar como lesiones las molestias producidas por el volumen excesivo de la música
DAVID CANELLADA La Fiscalía de Medio Ambiente del TSJ de Murcia ha declarado la guerra al ruido excesivo de los bares. Poco a poco, el ministerio público ha ido ganando pequeñas batallas que han cambiado de forma progresiva la percepción de los tribunales sobre este fenómeno. Tanto, que la Audiencia Provincial de Murcia ya ha abierto el camino para que las molestias provocadas por los ruidos sean consideradas como un delito de lesiones. Las dos últimas batallas de esta particular guerra se han librado en Mula y en Archena. La primera, en concreto, condena a un año de cárcel a los propietarios de la discoteca Sabor Latino, ubicada en la carretera de Murcia, por un delito contra el medio ambiente. La sentencia -dictada por el Juzgado de lo Penal número Uno de Murcia el pasado mes de octubre- impone también una sanción de algo más de 1.400 euros a los propietarios, que deberán indemnizar con 12.000 euros a dos vecinos y a los que se prohíbe abrir un nuevo local durante un periodo de un año.La sentencia señala que el local posee una licencia municipal de café-bar con música ambiental, concedida por el ayuntamiento de Mula en el año 1993. Sin embargo, según el texto, la discoteca carecía de calificación ambiental y de acta de puesta en marcha y funcionamiento. Además, la sentencia tiene en cuenta varias mediciones realizadas por la Guardia Civil tras las denuncias de varias vecinos, que incluso necesitaron asistencia médica en urgencias en varias ocasiones. Las mediciones contenidas en la sentencia se produjeron entre el uno de junio del año 2003 y el cinco de diciembre de 2005. En la primera, los agentes realizaron hasta seis mediciones en casa de una de los vecinos afectados entre las doce y la una de la madrugada. Todas ellas superaban los niveles máximos fijados en la normativa autonómica (40 decibelios en el interior de las viviendas) y local (30 db). Las mediciones en el interior del local (95,40 db, 90,30 db y 93,20 db) también superaban los límites permitidos (80 db en la normativa autonómica y 75 en la local). En el segundo caso, la Audiencia Provincial de Murcia vincula de forma directa los excesos del pub Fraggel Rock, en Archena, con la ansiedad, el insomnio y los cuadros depresivos crónicos padecidos por un grupo de vecinos que vivían junto al citado local. Esta resolución -que confirma una decisión anterior del Juzgado de lo Penal número 5 de Murcia-, condena a los dueños de este bar a una pena de dos años y medio de prisión y a indemnizar a cada uno de los seis afectados con 10.000 euros. En este caso, la mediciones realizadas por los agentes de la Policía Local registraron niveles de hasta 102 decibelios, a las dos y media de la madrugada, en la vivienda de uno de los vecinos.
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