Agricultura cuenta ya con más de un millar de cruces genéticos de la variedad de uva reina en la DO Jumilla
04.06.12 - 00:46 -
I. MATEO / G. HERMIDA |/ La Verdad
En quince años, 1.033 cruces con éxito. Es decir, uno cada cinco días -una nada desdeñable media- han llevado a cabo los técnicos del Grupo de Investigación en Viticultura y Enología del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida) para mejorar la variedad genética de la uva monastrell, la mayoritaria en la Denominación de Origen Jumilla.
El resultado es una mejora de la calidad de la uva -tanto para consumo de mesa como para vinificación-, y «variedades resistentes a las enfermedades y más adaptadas a las condiciones de mayor temperatura y calor extremo», según explicó el consejero de Agricultura, Antonio Cerdá, durante la clausura de la XXV Jornada de transferencia de resultados de investigación, celebrada en el Centro Integrado de Formación y Experiencias Agrarias (Cifea) de Jumilla.
El trabajo que llevan a cabo los técnicos en la Región es «único», destacó Cerdá: «El Imida es el único organismo en España que trabaja en la mejora genética de la vid, tanto en uva de mesa como en uva para vinificación». El resultado de los cruces y mejoras genéticas se puede consultar anualmente en los anales de las jornadas, cuya primera edición tuvo lugar en 1997.
Cuatro 'parejas de baile'
El Grupo de Investigación en Viticultura y Enología del Imida inició entonces sus trabajos para la consecución de nuevas variedades de vid para vinificación. Para ello, tomaron como muestra de partida clones seleccionados de la variedad monastrell. Los cruces de la uva más 'murciana' han sido llevados a cabo principalmente con otras cuatro variedades -cabernet sauvignon, syrah, tempranillo y barbera- lo que ha dotado a la monastrell de un ingente arsenal genético que le permite adaptarse a prácticamente cualquier tipo de terreno o régimen pluviométrico.
Estas mejoras han permitido a la DO Jumilla 'conquistar' nuevas zonas de cultivo, al contar con variedades resistentes, por ejemplo, a suelos menos llanos (laderas de monte) o con menor riqueza de nutrientes. Los 1.033 híbridos permiten también abrir el abanico de posibilidades organolépticas a casi cualquier requerimiento, posibilitando la conquista de mercados en los que el 'gusto' de nuestra monastrell no era tan apreciado.
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