miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Cómo era la Murcia del siglo XII?

En las ruinas se halla una mezquita, un cementerio y lo que podrían ser unos baños públicos; falta saber qué aparecerá más abajo
Los arqueólogos prevén restos de mayor monumentalidad en la época almorávide y hudí

El baúl de regalos históricos que supone el yacimiento de San Esteban sorprende cada día con un nuevo hallazgo. Ayer surgió de entre las ruinas una gran vasija con elementos decorativos y muros policromados, o lo que es lo mismo, pintados. Y eso que se trata de restos de la época «decadente» de los almohades y benimerines. Pues aún falta por conocer lo que aparecerá en la capa arqueológica inferior, la correspondiente al siglo XII, considerado por los expertos como «la edad de oro» de la Murcia árabe, cuando fue gobernada por el reino hudí del Rey Lobo y los almorávides.
Las construcciones que se espera surjan de las excavaciones en la zona palaciega del yacimiento -la que rodea el actual Palacio de San Esteban- serán de una monumentalidad «diez veces superior» a lo encontrado hasta el momento, según el profesor Javier García del Toro, que aventura inminentes descubrimientos: arcos polilobulados, yeserías policromadas, azulejos, arcos de herradura con dobeles blancos y rojos...
Pero para García del Toro no cabe justificación para el desmantelamiento de las construcciones ajenas a la zona palacial, bajo las que no cree que haya nada sustancialmente diferente. Por lo que aboga por la conservación 'in situ' de, entre otros elementos, la mezquita hallada. «La única en planta completa que aparece en la Región y una de las 15 que Alfonso X atestiguó existían en Murcia y que cristianizó con el nombre de Pasos de Santiago». Junto a la mezquita se ha encontrado un cementerio en el que, frente a lo dicho por Cultura, se hallan «una treintena de cadáveres». Los ediles socialistas que ayer visitaron el yacimiento confirman la presencia de restos óseos. Para García del Toro, el tesoro más preciado de las ruinas son «los baños públicos del barrio» que localiza en unas construcciones no identificadas aún por los arqueólogos de la obra y que, interpreta, cuentan con «hipocaustum, frigidarium, caldarium y tepidarium». Esto es, hasta tres cuatro salas diferentes.
Para el arqueólogo Julio Navarro, director de estudios árabes en la Universidad de Granada, tampoco cabe el traslado pues considera que el yacimiento presentará «sustancialmente la misma realidad» en ambos siglos. «Serán los mismo edificios, con estructurales similares y pavimentos superpuestos. Existe una unidad de yacimiento inseparable», argumenta.

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