Nueva Condomina sólo ha levantado 250 casas y de los seis planes de alrededor hay dos aprobados, todavía sin obras
M. BUITRAGO MURCIA / La Verdad
M. BUITRAGO MURCIA / La Verdad
El hundimiento del sector inmobiliario ha convertido el tiro a meta en un saque de córner. Cuando se van a cumplir nueve años desde que se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia, que clasificó como suelo urbanizable nueve millones de metros cuadrados al norte de la autovía A7, el ladrillo apenas emerge en esta vasta zona repartida en cinco sectores, uno de los cuales corresponde al plan Nueva Condomina. Sobre el papel, toda la zona puede acoger unas 26.000 viviendas que, por ahora, sólo se han quedado en varias torres de apartamentos y oficinas.
Jesús Samper y su cuñado Juan Manuel Trujillo, que son el nexo de unión de un entramado de sociedades que reúne al Real Murcia, Santa Mónica, Sport Management and Project y Desarrollos Nueva Condomina, envueltos en el Grupo Trusam, han hecho más negocio urbanizando el suelo y vendiéndolo a otras empresas que construyendo viviendas. Por ahora sólo han levantado las torres que aparecen cerca del estadio.
La foto fija de la oferta residencial de Trusam se quedá ahí por el momento, lejos de las 800 viviendas de lujo previstas. El mercado se ha parado en seco, precisamente ahora en que el Real Murcia atraviesa sus horas más bajas. Su particular annus horribilis.
MOVIENDO PAPELEO
Lo mismo ocurre con los otros seis planes parciales situados al Este y Norte de Nueva Condomina, haciendo también fachada con la A7. Sólo dos tienen la aprobación definitiva, a la espera de que se anime el sector y se pidan las licencias de obras. El resto va más atrasado, según la Gerencia de Urbanismo. A través de los convenios firmados hace tres años con cuatro grupos empresariales, el Ayuntamiento autorizó un máximo de 22.700 viviendas que iban a mover unos 6.000 millones de euros. Los promotores se comprometieron a pagar 170 millones a las arcas municipales, de los que 150 serían en metálico. El PSOE consideró baja la valoración municipal y denunció que el municipio salían perdiendo porque a los promotores se les favorecía con un exceso de edificabilidad. Tres años después, en estos desarrollos de 7,2 millones de metros cuadrados sólo se ha movido papeleo.
Volviendo a Nueva Condomina, el concejal de Urbanismo, Fernando Berberena, calcula que un 70% del terreno terciario está ejecutado, si por ello se entiende el estadio y la superficie comercial. Peor suerte corre la parte residencial, que no llega al 8%. En unión con Torre Alcayna, el grupo Trusam vendió suelo urbanizable a varias empresas de ámbito nacional, como Apex (filial de Iberdrola), Realia y Noza. Iberdrola se quedó con un tercio de las parcelas urbanizables, el equivalente a 1.250 viviendas.
Como se sabe, Desarrollos Nueva Condomina surgió como entidad urbanizadora sin poseer ni un metro cuadrado de terreno. El acuerdo consistía en urbanizar el terreno -2,1 millones de metros- a cambio de parcelas residenciales y de uso comercial. La mayor parte correspondía a un particular, que tenía 1,1 millones. Samper y Trujillo, a través de Sport Management and Project, otra de sus empresas, pusieron 800.000 metros adquiridos a cooperativas de La Ladera. Un grupo de éstos presentó después una denuncia por presunta estafa, que perdieron. Declararon que Samper compró en posición ventajosa por un precio bajo que después multiplicó su valor cuando se aprobó definitivamente el PGOU quince meses después.
BAJAN LAS LICENCIAS
A resultas del proceso de reparcelación, Desarrollos Nueva Condomina pasó a controlar 181.211 metros cuadrados residenciales (sobre un total de 509.627) y otros 230.000 metros cuadrados de uso terciario (sobre 248.713 totales), según datos de la Gerencia de Urbanismo. El índice de edificabilidad pasó de un coeficiente inicial de 0,09 metros cuadrados construidos sobre cada metro cuadrado a 0,4. El convenio con el Ayuntamiento indicaba que las plusvalías de los terrenos servirían para financiar todo el proyecto deportivo, residencial, comercial y de ocio. Samper y Trujillo construían el estadio y el campo de golf, junto a parte de los accesos y una depuradora a cambio del «aprovechamiento urbanístico susceptible de enajenación o explotación comercial que se generen, ya que se consideran medios necesarios para poder desarrollar y financiar el proyecto, junto con la subvención del Ayutamiento que se determinará en el proyecto», rezaba el acuerdo.
El concejal Fernando Berberena y el director de la Gerencia de Urbanismo, Alberto Guerra, inciden en que el sector de la construcción y el mercado inmobiliario «están totalmente ralentizados». «En el último año, el número de licencias ha bajado de 10.000 a 1.000. Lo que se está construyendo ahora corresponde a licencias que se dieron hace dos años. Muchos están deseando escriturar para coger dinero», comentan.
¿CONVENIO CUMPLIDO?
La Gerencia de Urbanismo considera que Samper y sus socios están cumpliendo el convenio que firmaron con el Ayuntamiento de Murcia en mayo del 2001. Sólo queda por terminar el campo de golf municipal. Berberena y Alberto Guerra explican que Samper ha atendido su parte con el estadio de fútbol -«siempre ha sido municipal, desde el principio», recalca el concejal- y el campo de golf, que ya se está construyendo y que también será municipal, aunque la gestión se encargará a una entidad privada. El grupo de Samper también ha terminado el desdoblamiento de uno de los puentes que cruzan la autovía A7.
El acuerdo se completaba con el desarrollo de la urbanización de la zona, que llevaba incluida una depuradora, una subestación eléctrica y un tanque de tormentas; así como el coste de una parte de los viales de la avenida Juan de Borbón. Todos los gastos deben repartirse entre los miembros de la junta de compensación, ya que además de Trusam y Torre Alcayna está Desarrollos Urbanos y otros pequeños propietarios.
El uso del nuevo estadio está en los tribunales. Navega por la via del contencioso administrativo porque Jesús Samper no está de acuerdo con las condiciones que estableció el Ayuntamiento de Murcia, que le concedió al club grana un derecho preferente sobre las instalaciones, pero poco más. Apuntan a que habrá acuerdo.
Después de un largo tira y afloja, Samper y Trujillo han entregado al Ayuntamiento los 58.000 metros cuadrados como compensación por el 10% del aprovechamiento del suelo, según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia. La Gerencia de Urbanismo señala que esos metros se sitúan en la mejor zona, en la fachada de la autovía, y que han pasado a formar parte del patrimonio municipal.
Jesús Samper y su cuñado Juan Manuel Trujillo, que son el nexo de unión de un entramado de sociedades que reúne al Real Murcia, Santa Mónica, Sport Management and Project y Desarrollos Nueva Condomina, envueltos en el Grupo Trusam, han hecho más negocio urbanizando el suelo y vendiéndolo a otras empresas que construyendo viviendas. Por ahora sólo han levantado las torres que aparecen cerca del estadio.
La foto fija de la oferta residencial de Trusam se quedá ahí por el momento, lejos de las 800 viviendas de lujo previstas. El mercado se ha parado en seco, precisamente ahora en que el Real Murcia atraviesa sus horas más bajas. Su particular annus horribilis.
MOVIENDO PAPELEO
Lo mismo ocurre con los otros seis planes parciales situados al Este y Norte de Nueva Condomina, haciendo también fachada con la A7. Sólo dos tienen la aprobación definitiva, a la espera de que se anime el sector y se pidan las licencias de obras. El resto va más atrasado, según la Gerencia de Urbanismo. A través de los convenios firmados hace tres años con cuatro grupos empresariales, el Ayuntamiento autorizó un máximo de 22.700 viviendas que iban a mover unos 6.000 millones de euros. Los promotores se comprometieron a pagar 170 millones a las arcas municipales, de los que 150 serían en metálico. El PSOE consideró baja la valoración municipal y denunció que el municipio salían perdiendo porque a los promotores se les favorecía con un exceso de edificabilidad. Tres años después, en estos desarrollos de 7,2 millones de metros cuadrados sólo se ha movido papeleo.
Volviendo a Nueva Condomina, el concejal de Urbanismo, Fernando Berberena, calcula que un 70% del terreno terciario está ejecutado, si por ello se entiende el estadio y la superficie comercial. Peor suerte corre la parte residencial, que no llega al 8%. En unión con Torre Alcayna, el grupo Trusam vendió suelo urbanizable a varias empresas de ámbito nacional, como Apex (filial de Iberdrola), Realia y Noza. Iberdrola se quedó con un tercio de las parcelas urbanizables, el equivalente a 1.250 viviendas.
Como se sabe, Desarrollos Nueva Condomina surgió como entidad urbanizadora sin poseer ni un metro cuadrado de terreno. El acuerdo consistía en urbanizar el terreno -2,1 millones de metros- a cambio de parcelas residenciales y de uso comercial. La mayor parte correspondía a un particular, que tenía 1,1 millones. Samper y Trujillo, a través de Sport Management and Project, otra de sus empresas, pusieron 800.000 metros adquiridos a cooperativas de La Ladera. Un grupo de éstos presentó después una denuncia por presunta estafa, que perdieron. Declararon que Samper compró en posición ventajosa por un precio bajo que después multiplicó su valor cuando se aprobó definitivamente el PGOU quince meses después.
BAJAN LAS LICENCIAS
A resultas del proceso de reparcelación, Desarrollos Nueva Condomina pasó a controlar 181.211 metros cuadrados residenciales (sobre un total de 509.627) y otros 230.000 metros cuadrados de uso terciario (sobre 248.713 totales), según datos de la Gerencia de Urbanismo. El índice de edificabilidad pasó de un coeficiente inicial de 0,09 metros cuadrados construidos sobre cada metro cuadrado a 0,4. El convenio con el Ayuntamiento indicaba que las plusvalías de los terrenos servirían para financiar todo el proyecto deportivo, residencial, comercial y de ocio. Samper y Trujillo construían el estadio y el campo de golf, junto a parte de los accesos y una depuradora a cambio del «aprovechamiento urbanístico susceptible de enajenación o explotación comercial que se generen, ya que se consideran medios necesarios para poder desarrollar y financiar el proyecto, junto con la subvención del Ayutamiento que se determinará en el proyecto», rezaba el acuerdo.
El concejal Fernando Berberena y el director de la Gerencia de Urbanismo, Alberto Guerra, inciden en que el sector de la construcción y el mercado inmobiliario «están totalmente ralentizados». «En el último año, el número de licencias ha bajado de 10.000 a 1.000. Lo que se está construyendo ahora corresponde a licencias que se dieron hace dos años. Muchos están deseando escriturar para coger dinero», comentan.
¿CONVENIO CUMPLIDO?
La Gerencia de Urbanismo considera que Samper y sus socios están cumpliendo el convenio que firmaron con el Ayuntamiento de Murcia en mayo del 2001. Sólo queda por terminar el campo de golf municipal. Berberena y Alberto Guerra explican que Samper ha atendido su parte con el estadio de fútbol -«siempre ha sido municipal, desde el principio», recalca el concejal- y el campo de golf, que ya se está construyendo y que también será municipal, aunque la gestión se encargará a una entidad privada. El grupo de Samper también ha terminado el desdoblamiento de uno de los puentes que cruzan la autovía A7.
El acuerdo se completaba con el desarrollo de la urbanización de la zona, que llevaba incluida una depuradora, una subestación eléctrica y un tanque de tormentas; así como el coste de una parte de los viales de la avenida Juan de Borbón. Todos los gastos deben repartirse entre los miembros de la junta de compensación, ya que además de Trusam y Torre Alcayna está Desarrollos Urbanos y otros pequeños propietarios.
El uso del nuevo estadio está en los tribunales. Navega por la via del contencioso administrativo porque Jesús Samper no está de acuerdo con las condiciones que estableció el Ayuntamiento de Murcia, que le concedió al club grana un derecho preferente sobre las instalaciones, pero poco más. Apuntan a que habrá acuerdo.
Después de un largo tira y afloja, Samper y Trujillo han entregado al Ayuntamiento los 58.000 metros cuadrados como compensación por el 10% del aprovechamiento del suelo, según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia. La Gerencia de Urbanismo señala que esos metros se sitúan en la mejor zona, en la fachada de la autovía, y que han pasado a formar parte del patrimonio municipal.
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