La Policía Nacional está buscando al empleado, del que nada se sabe desde el 20 de abril
12.05.12 - 01:23 -
RICARDO FERNÁNDEZ |/ la Verdad
Haciendo buena la frase que el cineasta Woody Allen elevó a categoría en 1969, el hombre tomó el dinero y echó a correr. Si ha parado ya o sigue corriendo nadie más que él lo sabe, pero lo cierto es que hasta el momento está logrando su objetivo de que la pasma no le ponga la mano encima.
La última vez que se le vio fue el pasado día 20 de abril. Este empleado de Banco CAM en la oficina de la calle España, número 16, de Yecla, con atribuciones como cajero, tomó las de Villadiego al acabar su jornada y, según algunas fuentes próximas al caso, después de haberse permitido el lujo de invitar a sus compañeros al aperitivo.
Desde ese momento, nadie conoce su paradero, como tampoco -lo cual no es baladí- el de los en torno a 500.000 euros de los que supuestamente se apropió antes de dejar atrás, en un instante, su antigua forma de vida.
Las mismas fuentes han explicado que el trabajador en el que se centran las investigaciones policiales es natural de Molina de Segura, aunque se trasladaba diariamente desde esta localidad hasta Yecla. Allí desempeñaba desde hace meses labores de cajero en la mencionada sucursal.
Si bien desde la entidad se guarda un escrupuloso silencio, testigos presenciales aseguran que hace un par de semanas, en las horas previas a darse a la fuga, cuando la entidad se encontraba en plena actividad, unos agentes de la policía judicial se presentaron en las dependencias para mantener una conversación con ese empleado. Todo apunta a que, para ese momento, ya existían algunos datos que indicaban que podía haber estado apoderándose de ciertas cantidades de dinero.
La presencia de los policías habría convencido al trabajador de banca de que había llegado la ocasión de dar un giro radical a su vida. Tras finalizar el turno y después de haber compartido unas cañas y un rato de conversación con sus compañeros, el hombre se marchó en apariencia hacia su domicilio, como hacía cada día, pero ya no volvieron a saber de él.
Después de veinte días, todas las gestiones realizadas por agentes del Cuerpo Nacional de Policía para dar con su paradero han resultado inútiles. Desde ámbitos próximos a la investigación, que ha sido asumida desde hace unos días por la Unidad de Delitos Económicos de la Jefatura Superior de Policía de Murcia, se tiene la convicción de que el sospechoso, cuya identidad no ha trascendido, no ha actuado de manera impulsiva y que, de hecho, podría llevar tiempo preparando la sustracción del dinero y su posterior huida. Solo así se explican que se haya esfumado y que, al menos hasta el momento, no hay ido dejando tras de sí algún rastro que permita seguirle la pista.
Oficialmente, la Policía guarda estricto silencio para no perjudicar la operación y, a la vez, para no dañar la imagen de la entidad, cuyo propósito era que el asunto no trascendiera públicamente. De ahí que apenas se conozca dato alguno sobre la forma en la que su empleado se habría ido apoderando del dinero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario