miércoles, 18 de abril de 2012

SAN JAVIER/ El cierre del centro de día de La Ribera deja a siete trabajadoras en la calle

Alexia Salas/ la Verdad
El centro de estancias diurnas para mayores de La Ribera ha expirado antes de tiempo. En breve cerrará sus puertas a los ancianos que pasaban allí la jornada para volver a casa por la noche. Los 8 abuelos que contaban con la financiación pública de su plaza serán atendidos a partir de ahora en el centro del Instituto Murciano de Acción Social en San Javier, pero el resto tendrán que quedarse en su casa a pesar de que «esto era su vida, pues están enfermos y muchos de ellos solos», explica una de las trabajadoras del centro.
Para las 7 empleadas también se cierran las puertas, pues la clausura del servicio las deja en el paro y con 3 salarios pendientes de cobro después del calvario personal que les ha supuesto la irregularidad en el pago de los salarios por parte de la empresa Cruz Verde, la última adjudicataria del servicio, intervenida judicialmente a finales de 2011.
Creen que «las condiciones imposibles que ha puesto el Ayuntamiento en el concurso para adjudicar el servicio a una nueva empresa responden a una negligencia inexcusable o a una intención deliberada de eliminar a las trabajadoras y el propio servicio, evitando las gestiones y los gastos de funcionamiento del centro». Su crítica se dirige en concreto a la cláusula que «obliga a la nueva empresa a hacerse cargo del personal, así como sus derechos y obligaciones, lo que implica asumir una deuda de miles de euros con la Seguridad Social», señalan las trabajadoras. El concurso quedó finalmente desierto, lo que alega el Ayuntamiento para el cierre junto al hecho de que el centro no tiene todas las plazas cubiertas. Las empleadas creen que «han ido minando el servicio, porque primero quitaron el transporte hace 5 meses, así que muchos ancianos no tenían forma de venir, pero antes hemos tenido todo al completo».
Aún les queda la decisión del juez, ya que denunciaron a Cruz Verde y al Ayuntamiento, por responsabilidad solidaria.
Para el alcalde, Juan Martínez Pastor, «es doloroso, pero tengo que velar por el dinero de todos, y la Comunidad Autónoma nos ha recortado las subvenciones».

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