Denuncian la vuelta de las meretrices a la plaza San Francisco y la calle San Fernando donde ofrecen sus servicios de noche y «semi desnudas» a los viandantes
11.11.10 - 03:19 -
«Más dureza policial, para acabar con la prostitución en las calles del casco antiguo de Cartagena». Eso es lo que los vecinos de la plazas San Francisco y calle San Fernando han vuelto a exigir al Ayuntamiento de Cartagena, ante el aumento del número de meretrices de los últimos meses. Después de varias redadas, de la continua presión de las policías Local y Nacional y de las numerosas quejas vecinales, las mujeres se trasladaron a otra zona del municipio a principios de este año, pero han vuelto, y ahora campan a sus anchas día y noche, sin a veces respetar nada ni a nadie.Los responsables de las asociaciones de vecinos Casco Antiguo, Isidoro Máiquez y Barrio Universitario coincidieron ayer en que el número de quejas han aumentado considerablemente en los últimos meses y que se hace necesaria una intervención urgente para erradicar el problema
Provocan a los peatones
«Por las noches, la calle San Fernando parece un auténtico burdel. Las prostitutas provocan a los viandantes desde los balcones, a veces, semidesnudas. Por el día también aunque menos, pero porque están las tiendas abiertas», explicó la presidenta de la asociación Casco Antiguo, Natividad Guerra.
Y es que sólo con dar un breve paseo por esta calle y la Plaza San Francisco, un ciudadano puede ver y sufrir personalmente esta situación. Las prostitutas acosan literalmente a plena luz del día a los transeúntes y les ofrecen sus servicios sin importarles la presencia de otros ciudadanos e incluso de menores.
El presidente de la Asociación de Vecinos Isidoro Máiquez, Jaime Gómez, calcula que pueden haber cerca de cuarenta mujeres ejerciendo en todo el casco antiguo. Las últimas en ubicarse son las de la Plaza San Francisco. «Son marroquíes que se ofrecen a los hombre que pasean por allí», dijo. Su lucha y la de su junta directiva por erradicar esta lacra de las calles se centra en exigir una y otra vez al Ayuntamiento de Cartagena que dé un remedio urgente.
«Creo que no hay otra solución que la de que haya más presencia de la Policía Local y Nacional y más presión y acoso para que se vayan a otro sitio», dijo Jaime Gómez. Tanto él como sus vecinos están «cansados» de ver cómo cada vez que la presencia policial y la quejas vecinales descienden vuelve haber un repunte de la prostitución, por eso aboga por una presión «continua hacia estas mujeres».
La opinión de Jaime Gómez es compartida por el presidente de la Asociación Barrio Universitario, Fulgencio López. «Cuando te quejas el problema se aplaca un poco, pero a las escasas semanas vuelve a aparecer», afirmó.
«Nuestra oficina está abierta dos horas al día y casi a diario nos llegan quejas sobre la prostitución, hasta de la Plaza San Francisco donde no tenemos competencia», comentó López. Estas quejas las pasamos por registro cada cierto tiempo para que quede constancia de nuestro problema», añadió.
Quejas al Ayuntamiento
La última que remitieron fue anteayer en la que denunciaban la presencia continua de prostitutas en el eje López Pinto, Serreta, Caridad y Risueño. Además, pusieron en conocimiento del Consistorio la ubicación de un burdel y los problemas que ocasionan a los residentes. «Los vecinos están más que hartos de esta situación, no saben si ir a Lourdes a pedir un milagro o marcharse a vivir a otro sitio», reza en uno de los escritos remitidos al Ayuntamiento.
Las tres asociaciones también coincidieron en la necesidad de celebrar una reunión con el Ayuntamiento para buscar soluciones a un problema «que daña la imagen turística de la ciudad», dijo Guerra.
Precisamente, para erradicar este problema de las calles de Cartagena, la Policía Nacional creó hacer un par de semanas un grupo especial dedicado a la prostitución y las mafias que trafican con inmigrantes. La intención es estrechar el cerco a las redes de explotación laboral o a las de explotación sexual de mujeres, es decir actuar directamente contra los proxenetas o 'chulos'.
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