La Verdad
Romeros, caballistas y caravaqueños. La alegría volvió a reinar un año más en el paraje de las Fuentes del Marqués. Este espacio natural, situado a las afueras de la ciudad, se convirtió ayer en el escenario festero por excelencia para acoger la Romería del Bando de los Caballos del Vino. Unas 6.000 personas participaron en esta jornada de convivencia, destacando la presencia de unos 300 jinetes y amazonas que a lomos de sus caballos recorrieron los dos kilómetros que separan este singular paraje del centro de la localidad.
A primeras horas de la mañana, los responsables del Bando de los Caballos del Vino se dirigieron hasta los domicilios de Laura Pérez y Nuria Castillo, las amazonas Mayor e Infantil, para realizar la 'recogida'. Ambas presidieron los pasacalles que recorrieron el centro del casco urbano para dirigirse, primero hasta la iglesia de El Salvador y, a continuación, hasta la Ermita de Santa Elena donde tuvo lugar la bendición de los romeros. Entre el cortejo se encontraba el Caballista del Año, Salvador García Pérez 'el Florete', y el presidente de este populoso colectivo festero, Antonio Caballero.
En el exterior de la pequeña ermita, en pleno casco antiguo, el coro rociero de Caravaca de la Cruz, recibió a los romeros cantando un pasodoble y un fandango inspirados en la ciudad de la Cruz. Éstos fueron recibidos con aplausos por parte de todos los presentes. En el interior del templo, el sacerdote Fernando Gómez López-Egea bendijo a todos los romeros y realizó el 'envío' de estos singulares peregrinos hacia las Fuentes del Marqués. El cortejo reinició su marcha para dirigirse hasta la plaza Tuzla, donde esperaban los carruajes y el resto de jinetes y amazonas para iniciar el recorrido hacia las Fuentes del Marqués.
Las peñas caballistas habían preparado el paraje acondicionando cada rincón. A la llegada de la comitiva oficial, tras un receso para almorzar, se iniciaron los preparativos para la celebración de la misa de campaña en la explanada central del paraje. El coro rociero caravaqueño alegró la eucaristía con sus canciones finalizando con la Salve que arrancó un fuerte aplauso de los participantes en la celebración.
Al finalizar la eucaristía, las autoridades festeras iniciaron el acostumbrado recorrido por las peñas. El Bando de los Caballos del Vino continuó adelante con su programa y se sirvieron más de un millar de platos de arroz, del que dieron buena cuenta los romeros participantes. Su fiesta se prolongó durante toda la tarde.
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