La joven, de 27 años y nacionalidad boliviana, cayó por un segundo piso y los familiares intentan demostrar que se trató de un asesinato
20.04.11 - 02:38 -
JUAN LUIS VIVAS |/ La Verdad
El 17 de mayo se iniciará en la Audiencia Provincial el juicio con jurado popular contra Javier M.T, quien presuntamente asesinó a su novia, Gabriela Butrón, boliviana de 27 años, la madrugada del 26 de agosto de 2009, y para quien tanto el fiscal como la acusación particular piden 20 años de cárcel, además de indemnización económica, según ha podido saber esta redacción de fuentes cercanas a la víctima. El hombre acusado de homicidio, de nacionalidad colombiana, está ingresado en la prisión de Sangonera la Verde después de que, a los pocos días, pasara a disposición judicial.
Entonces, Javier M.T se entregó de forma voluntaria en la Comisaría de Leganés, donde explicó que comparecía porque sabía que la policía lo buscaba y declaró ante los agentes que, posteriormente, lo trasladaron a las dependencias judiciales de Molina de Segura. Durante su declaración, en ningún momento se confesó autor de la muerte de su pareja.
En concreto, los hechos ocurrieron sobre las seis de la madrugada del citado día cuando un vecino alertó al teléfono de emergencias 112 de que una mujer yacía en la acera, tras caer por la ventana de un segundo piso en la calle Estación, de Molina. La joven murió horas después en el hospital Virgen de la Arrixaca, adonde fue trasladada con múltiples fracturas de carácter grave.
La víctima sólo llevaba viviendo en Molina unas semanas, procedente de Madrid, y se dedicaba al cuidado de una anciana, y el hombre compartía piso con ella. Familiares de la joven declararon a los pocos días del suceso que Javier «es una persona que bebe mucho y muy violenta» y añadieron que «hay indicios de que Graciela había sido maltratada». Al parecer, sólo presentó denuncia por violencia de género en una ocasión, pero la retiró, según fuentes familiares. Las mismas fuentes indican que al juicio están citados varios testigos que podrían corroborar los malos tratos sufridos por la víctima y, por otro lado, su presencia en Molina de Segura la noche anterior al presunto homicidio, algo que él negó inicialmente, aduciendo que estaba de viaje.
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