Las pintadas han dañado los muros del baluarte, el alumbrado ha sido arrasado por los gamberros y la maleza se adueña del recinto
06.02.11 - 01:05 -
MIGUEL RUBIO | MAZARRÓN./ La Verdad
Iba a ser un buque insignia de la cultura, pero hoy reina la desolación. Cuando se cumple un año desde que parte del graderío del auditorio Marquesa de los Vélez, habilitado en el patio de armas del castillo de Mazarrón, se viniera abajo, el recinto, en el que se gastaron más de 400.000 euros, continúa patas arriba, y por tanto, fuera de uso. El deterioro no ha encontrado freno, porque a los daños en la estructura de asientos se han sumado los destrozos causados por los gamberros. Pintadas en los paños de la muralla, las láminas de madera del suelo dispersas por el entorno y el alumbrado de las escaleras hecho añicos. Puro abandono.
El auditorio se abrió al público en junio de 2008, y ha estado en servicio apenas veinte meses. El 6 de febrero de 2010, 250 metros cuadrados de las gradas se hundieron, por lo que hubo que clausurar la instalación para evitar riesgos hasta comprobar el alcance de los daños. Los estudios geotécnicos realizados sobre el terreno confirmaron que el origen del accidente fue el colapso de una galería minera horadada bajo la colina donde se asienta la fortaleza, debido probablemente a las intensas lluvias del otoño anterior. Desde entonces, la degradación ha ido avanzando por el entorno monumental.
Rafael Pardo Prefasi, uno de los dos arquitectos que diseñaron el acondicionamiento del auditorio en el patio de armas, señala que entre los motivos de la demora en la reparación de los desperfectos está que antes se ha procedido a vallar el recinto, con el fin de intentar poner freno al vandalismo que sufre este equipamiento cultural. Pero aunque se ha colocado una puerta en el acceso principal, todavía es posible entrar al recinto de la fortaleza por un camino lateral.
La estampa que ofrecía el auditorio la semana pasada era descorazonadora. A los daños en el graderío se suman los destrozos en el alumbrado, literalmente arrasado. También han aparecido pintadas en las paredes del baluarte, un monumento del siglo XV protegido como bien de interés cultural. La maleza crece entre las históricas piedras y muchas de las láminas de madera que formaban el suelo del auditorio aparecen tiradas por los alrededores.
Pardo Prefasi anuncia que las obras de reparación están a punto de iniciarse, y que supondrán una inversión de 60.000 euros. El recinto deberá quedar como nuevo en el plazo de tres meses.
El arquitecto explica que en este último año también se han completado los estudios técnicos para comprobar el estado de todo el subsuelo donde se levanta la fortaleza. Porque los trabajos de recuperación del castillo todavía no han acabado. Ahora se pretende acondicionar para uso cultural y turístico el resto del conjunto amurallado. Las obras se centrarían en el corazón del fortín, donde estaban los aposentos de la guardia y las estancias para los nobles propietarios del inmueble. El proyecto de recuperación está terminado, pero continúa guardado en un cajón a la espera de que llegue la financiación.
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