martes, 1 de junio de 2010

MAZARRÓN/ Durán abandona el tomate

La firma deja la producción de su producto emblemático y se pasa a los cítricos
01.06.10 - 01:15 -
GUILLERMO HERMIDA / la Verdad

«El tomate era nuestra vida desde hace más de cincuenta años, pero después de varios años de lucha no nos queda otro remedio». Las palabras de Miguel Durán, consejero delegado de la firma que lleva su apellido y que durante medio siglo ha estado ligada al rojo fruto, suenan a claudicación y epitafio, pero también a duro realismo empresarial y a crisis.
Y es que, hoy por hoy, cultivar tomates en Mazarrón -y por extensión, al resto de zonas tradicionales, como sobre todo Águilas- es «antirrentable», explica Durán, que además de dirigir su firma fue presidente hasta el pasado año de Proexport, la asociación que engloba a los grandes productores y exportadores agrarios de la la Región. La situación se ha hecho tan insostenible que la empresa presentó hace 18 días un expediente de regulación de empleo que afectaría a los 130 trabajadores de la planta-almacén de manipulado de la firma en Mazarrón, lo que supondría su cierre definitivo. «Es el único ERE que hemos presentado este año», explica Durán, «pero es inaplazable después de una década de lucha por mantener el cultivo». La empresa recalca que el 90% de esta plantilla está formada por trabajadores «fijos discontinuos».
El ERE ha sido ampliamente contestado por los sindicatos, que cargaron contra las razones de la empresa para llevarlo a cabo, apuntando a una «deslocalización del cultivo» para trasladarlo a Marruecos. «Es absurdo, nosotros fuimos pioneros en cultivar en el país vecino y empezamos hace 21 años, pero lo que cultivamos allí es la variedad cherry, que por sus características no puede desarrollarse bien en Mazarrón. No nos llevamos la producción a ningún lado, simplemente la dejamos», añade Durán.
El abandono del que fuera su producto estrella por parte de Durán conllevará que un centenar de hectáreas actualmente dedicadas a su cultivo -una quinta parte del total de las que dispone la firma en la localidad costera- se queden en barbecho. Eso sí, desde la firma se insiste en que las instalaciones -sistemas de riego, invernaderos, pistas y las tradicionales tomateras, las estructuras sobre las que la planta crece y que son tan características del paisaje mazarronero- no serán desmanteladas por ahora. «Hemos ensayado otros cultivos -explica Durán-, como los pimientos, pero de momento no obtenemos buenos resultados».
La salida de los cítricos
La crisis del tomate no supondrá un recorte del peso de la agricultura en el negocio de la firma, que se mantuvo relativamente a salvo de la vorágine constructora en la que sí entraron otros competidores. Y es que desde hace una década -coincidiendo con el inicio de los problemas de virus que afectaron al cultivo, y que se han recrudecido durante los últimos tres años con la aparición de la mortífera 'tuta absoluta'- Durán decidió apostar por la diversificación y comenzó a plantar cítricos tanto en Mazarrón como en Santomera. A ello se sumaba el problema de que con la crisis, las grandes distribuidoras «nos apretaban cada vez más, haciendo el cultivo de tomate nada rentable», explica el consejero delegado.
En la actualidad, los cítricos suponen ya dos tercios de la producción de la firma -el otro sigue siendo el tomate, incluyendo la parte marroquí-, y cuentan con 400 hectáreas cultivadas, la mitad de ellas en el propio Mazarrón. La firma estudia también otras posibilidades, como los frutales o las cerezas, pero de momento, la tierra quedará en barbecho un año.
De todos modos, Durán deja una puerta abierta: «Si logramos variedades resistentes a las plagas y que sean rentables, volveremos a plantar tomates», asegura, aunque también reconoce que los tempos de la investigación en este campo y los de la rentabilidad en el sector agrario «son muy diferentes». Según el consejero delegado, lograr una variedad resistente podría llevar una década, lo que condena a Mazarrón a sobrevivir unos años sin tomate.

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